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VALENCIA. La Marina Real sigue rentabilizando todas sus instalaciones que fueron concebidas durante la America's Cup con el fin de saldar la deuda que el Consorcio Valencia 2007 utilizó para realizar estas obras y organizar el evento. Llega periodo de elecciones y el ente continúa explotando todo lo que tiene alrededor, pero aún sigue demasiado lejos de cubrir parte de la deuda con las licitaciones realizadas entre 2013 y 2015.

Alrededor de 1,5 millones es lo que la Marina Real tiene como seguro ingresos por concursos en estos momentos para 2016, aunque probablemente sea algo más ya que algunas concesiones como la del Veles e Vents parte de 30.000 euros mensuales pero la empresa adjudicataria podría pujar más alto al igual que con algunos restaurantes que también pagan variaciones dependiendo de los ingresos.

Pero lo cierto es que a pesar de los esfuerzos por explotar todos los rincones para pagar el crédito del ICO, aún se dista mucho de llegar a la meta todo y que el número de restaurantes y quioscos licitados es de un total de 8, con el High Cube como principal fuente  de ingresos, mientras que está pendiente de adjudicar el Veles y ya se ha hecho con otros como el club de playa conn una puja bastante más alta que el canon o la adjudicación a dos de las bases para el traslado de Edem y Lanzadera.

La semana que viene está previsto licitar la demolición de la base del Luna Rossa, y la rehabilitación del Tinglado número dos , pero no entrará dinero de ninguna de estas acciones, aunque aún siguen pendientes adjudicaciones como el uso para un mercado gourmet de este tinglado, la antigua estación marítima para oficinas o un poblado naútico con un pequeño centro comercial.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, volvía descartar a principios de 2015 perdonar la deuda del Consorcio Valencia aunque buscando fórmulas para su redefinición y que no sea un obstáculo para el futuro de la Marina. "Las deudas hay que pagarlas", defendía Montoro, quien aseguraba que si se perdona una deuda, no volverá a prestar a esa persona "ni medio euro", pues se convierte en "un deudor poco fiable".

Por ello, se mostraba partidario de mantener las deudas pero hacer viable la relación entre acreedor y deudor para que se pueda hacer frente al compromiso e esa deuda. Finalmente, la intención que propone el Gobierno es la de acometer una recomposición o redefinición de esa deuda para que no impida seguir haciendo inversiones privadas en este espacio.