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VALENCIA (EFE/VP). El candidato a la alcaldía de Valencia de València en Comú, Jordi Peris, admite que el 25 de mayo "habrá que hablar" de pactos aunque rechaza como socios a PP y Ciudadanos y reprocha a la alcaldesa, Rita Barberá, que haya puesto a la ciudad "como ejemplo mundial de mala política, clientelismo y corrupción".

En una entrevista con la Agencia EFE, Jordi Peris Blanes (Valencia, 1972) asegura que el "gran desafío" será revertir la imagen de la ciudad provocada por el gobierno de Barberá que ha llevado al "descrédito" de las instituciones y al "despilfarro de recursos públicos" y se ha basado en la "especulación inmobiliaria".

"Barberá ha desarrollado un gobierno desastroso que ha puesto a Valencia como ejemplo mundial de las malas prácticas políticas, del clientelismo y de la corrupción", defiende Peris, que llega a la política desde una trayectoria académica como profesor universitario.

Para él, que aclara que su formación es herencia de Guanyem y Podemos se integra en su candidatura de forma "fuerte y explícita", una de sus "máximas prioridades" es que el PP salga del gobierno por lo que no lo contempla como futuro socio como tampoco a Ciudadanos, al que ve como "una limpieza de caras pero las mismas propuestas" que los populares.

Sin embargo, admite que un cuatripartito con PSPV, Compromís y EU sería "un escenario entre los posibles", aunque su prioridad ahora no es hacer "aritmética electoral" sino contarle a la gente su proyecto y esperar as ver qué opción eligen el día 24.

"Preferimos tratarlo con cautela y el día 25 hablaremos de pactos, porque todo apunta a que habrá que hablar de eso, y lo haremos en términos de construir un proyecto de cambio para la ciudad y por tanto, en términos de sintonía programática y de ideas y no tanto de siglas y partidos", agrega.

Entre las 30 medidas más urgentes que plantea su formación para los cien primeros días de gobierno, destaca una auditoría completa del estado del Ayuntamiento "a nivel de deuda, estado de cuentas, contratos firmados y comprometidos, subvenciones o posibles casos de corrupción".

"Queremos saber a qué se han dedicado recursos y dinero de la ciudad para conocer el margen de maniobra real para hacer políticas sociales", expone.

Precisamente, una de sus primeras actuaciones sociales será poner en marcha una mesa de negociación con bancos y afectados por el impago de hipotecas y alquileres para lograr "de Valencia una ciudad libre de desahucios" aunque reconoce que es un "asunto complejo".

A nivel urbanístico, su primera actuación será derogar la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez contemplada en el plan del Cabanyal propuesto por el PP "por lo que implica de destrucción de un barrio emblemático e histórico, patrimonio de toda la ciudad".

Propone para Valencia un modelo de urbe "diferente al actual" basado en la regeneración democrática de las instituciones, "deterioradas y con falta de credibilidad tras 24 años de gobierno del PP"; en la defensa de derechos sociales básicos como la vivienda, la alimentación o los suministros energéticos; y en la participación ciudadana.

"Esa idea de participación ciudadana es lo que asociamos a una forma diferente de gobernar y pretendemos que nos distinga de otras fuerzas y sobre todo de la forma en que se ha gobernado en la ciudad, a espaldas de la ciudadanía", apunta.

Por ello, contemplan una reforma "en profundidad" de la juntas municipales de distrito para que sean "espacios de interlocución efectiva" con la ciudadanía para "poder gobernar desde la perspectiva de la gente" y en las que además de proponer puedan "fiscalizar y exigir transparencia y rendición de cuentas".

Para la Marina Real apuesta por "un espacio abierto de ocio y esparcimiento para la ciudadanía y no uno de consumo" que excluya a quien no tenga alto nivel adquisitivo como dice que propone el PP.

"Vemos la Marina Real como espacio ciudadano y articulador de Valencia" porque, confiesa, una de sus grandes aspiraciones "es conectar el cauce del río con el mar, la dársena y la playa", ya que es su salida natural y no lo es la avenida de Blasco Ibáñez.

Peris, que confía en que en las elecciones "va a haber un resultado de cambio en Valencia", se define como un elemento "más de un proyecto colectivo más amplio", con una visión urbana y sostenible de la ciudad, con gran capacidad de diálogo y de llegar a acuerdos y de trabajar con quien "no piensa del todo" como él.