El responsable de la secretaría técnica de la Asociación para el cuidado de la calidad de vida (CVIDA), que aglutina más de 1.500 empresas valencianas, advierte de que si no se toman ya decisiones, la Comunitat no saldrá del declive en el que está inmersa

- El programa del Foro del IBV

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VALENCIA (L. MASERES). El sistema económico valenciano está agotado. El desempleo, el goteo de concursos de acreedores y cierre de empresas, el endeudamiento y un largo etcétera son la fotografía de la situación que atraviesa la Comunitat. Aunque nadie diga que sea fácil, los expertos del sector pugnan por alternativas a la realidad existente basadas en la calidad de vida de las personas, de las empresas, de los productos, y en general, del sistema.

Para dar solución a todos los problemas que asfixian al modelo económico, Javier Sánchez, adjunto al director de Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) y responsable de la secretaría técnica de la Asociación para el cuidado de la calidad de vida (CVIDA) cree que sólo la coordinación real de todos los agentes sociales, desde la Administración hasta el consumidor final pasando por los empresarios, podrá salvar a la Comunitat del declive y de todas sus consecuencias.

Esta semana se celebra en Valencia, los días 11 y 12, el I Foro sobre innovación, economía y calidad de vida, dos días de reflexiones para analizar qué caminos se deberían tomar para dar un giro a la realidad. Las finalidades son varias: encontrar nuevos mercados y actividades económicas más competitivas, cambiar la cultura consumista, y conseguir que las buenas intenciones no sean sólo eso, sino políticas activas.

-¿Cuál es el modelo económico que persigue CVIDA?
-Girar hacia un sistema que sea sostenible económica, social y medioambientalmente. Hoy, el desarrollo se basa en el consumo y trabajamos para ello, generamos desempleo y hemos puesto en peligro el entorno. A esta situación nos ha llevado el consumismo y las tecnologías. Queremos que no solo se tenga en cuenta el coste económico, también el resto de factores.

En la Comunitat hay oportunidades especialmente relevantes porque hay sectores importantes para las personas, como la construcción, el calzado, el textil o la alimentación. Es un hecho. También en el turismo y en el socio-sanitario. Tenemos ingredientes para recuperar el liderazgo, pero no hemos sido conscientes de ello.

-Si la Comunitat tiene todos los elementos para recuperarse, ¿Qué es lo que falla?
-No se apuesta, hay que tomar medidas para que se de un cambio de sistema. Es importante que todos los agentes trabajen a la vez y de forma coordinada. Hablo de las empresas, las administraciones, los centros de investigación, los profesionales y los ciudadanos.

-¿Pueden trabajar, realmente, todos a la vez?
-Debe haber una asunción de responsabilidades. No sólo por parte de la administración, a quien acudimos siempre, sino de todos. En el Foro estarán todos representados y queremos que no termine sólo esta semana, aunque más allá del acto será más complejo. Las colaboraciones multilaterales son más difíciles y ahí está el reto, necesitamos de la acción del resto para construir.

-Abogan por aprovechar la crisis para reorientar la innovación y construir desde una perspectiva distinta, ¿Cuál?
-Desde la perdurabilidad de la calidad de vida y para que las decisiones que se tomen hoy no creen paro, sino beneficios laborales.

-Dentro de CVIDA hay más de 1.500 empresas representadas de nueve ámbitos empresariales, ¿Qué sectores están peor?
-Los tradicionales son los que más sufren las consecuencias, como el juguete, la cerámica o el calzado. Están en declive y con muchas dificultades para superar el bache.

-¿Cuál es la situación de la Comunitat? ¿Y sus perspectivas?
-La situación, lejos de resolverse, tiene un alto gravo de incertidumbre que atenaza a todos. Todos se esfuerzan por cambiarlo, pero si las ideas son antiguas...Hay que recuperar la iniciativa intelectual y buscar soluciones para hoy. Hacer propuestas concretas, cada uno desde su posición. Si se produce un cambio de orientación las ideas se materializarán, de lo contrario vamos a seguir en la misma línea de declive sin final feliz.

-¿Qué giro debería dar la Generalitat para propiciar una mejora de la calidad de vida de los valencianos?
-Los cambios culturales tienen que producirse, ya que es una dimensión horizontal que afecta a todas las consellerias. Las administraciones están haciendo su esfuerzo, aunque lo complejo es decidirse por una apuesta. Llegan momentos en los que hay que elegir y poner en marcha una batería de elecciones. Apostar por los sectores con más oportunidades, por los que están peor y utilizar el presupuesto para la innovación. El cuanto más barato mejor no es sostenible, hay que optimizar la relación valor-coste. Son medidas de largo recorrido, pero hay que empezar.

-¿Qué opinión le merece la privatización de algunos servicios que impulsa el Consell?
-En principio ni perjudica ni beneficia. Es más un modelo de gestión, pero tiene que ser eficiente. Los servicios públicos y privados tienen que coexistir, pero no se tiene que pensar sólo en la reducción de costes porque no saldremos de esta situación.

-Dos de sus metas son conseguir un concierto económico para superar los problemas en los plazos de cobro y minimizar de los plazos de salida al mercado de productos socio-sanitarios....¿En qué punto están?
-Las empresas, como todos, están teniendo problemas de liquidez, es un sector cuyo coste es asumido por la Administración. El problema del cobro es general, en cuanto a lo segundo, es un reto porque no se hace, hay poca cultura de colaboración entre agentes, pero con la crisis tienen que entender que es una solución. Si hay una oportunidad hay que abordarla pronto para que no se adelante la competencia. Es simple.