VALENCIA. El Oceanogràfic y el Ágora junto al resto del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, está a punto de reconvertirse con la entrada de Avanqua, la empresa que ha salido victoriosa del concurso organizado por Cacsa. Aunque Aguas de Valencia está siendo la empresa que tira del carro por su capacidad financiera, seguida del acuario de Vancouver, lo cierto es que las almas del proyecto son los integrantes de Ket Gestión, Juan José Torres y Eduardo Nogués, quienes serán director general y subdirector general de la compañía.
Eduardo Nogués es ingeniero Industrial y ocupó hasta 2007 el cargo de director general del Circuito de Motor de Cheste y anteriormente fue jefe de Ingeniería y Mantenimiento de Cacsa. Ahí es donde surgieron las inquietudes junto al quien fuera el primer director director general del Oceanogràfic.
"Juan José Torres fue el encargado de concebir el plan de negocio cuando el antiguo operadora presentó la oferta. En el 2007 cambió y se fue a Warner, luego hizo proyectos en Italia y siempre en el ámbito de la gestión. Ya hace tres años y medios o cuatro que me planteó la posibilidad de que si algún día salía a concurso la gestión de Cacsa podríamos montar una alternativa", explica Nogués.
La propuesta, que fue presentada este jueves por él junto a Celia Calabuig, presidenta de Avanqua, y John Nightingale, presidente del Acuario de Vancouver, invertirá 25 millones de euros para posicionar el espacio como referente mundial del ocio divulgativo y del conocimiento. "El plan era muy ambicioso por nuestra parte porque solo éramos dos personas contra una multinacional que ya estaba dentro. Pero conocíamos mucho todos los resultados, el estilo de las visitas, al personal y habíamos vivido ahí, es un proyecto que nos apasionaba a los dos y decidimos pensar una estrategia", asegura.
Describe el plan como sentido común. Por eso buscaron un socio con posibilidades y capacidad de inversión, además de con carácter y compromiso local. "En el periodo anterior, si bien había una parte de los socios locales, no habían manifestado tal compromiso y pensamos en Aguas de Valencia porque los conocíamos". Les hicieron una propuesta con un "plan de negocio tentativo" y les dijeron, "¿por qué no?".
Todavía no había concurso, estaban aún muy lejos del plazo y tampoco tenían que desembolsar nada por el momento. "Hicimos un acuerdo para buscar un socio internacional, era la pata que faltaba para embadurnar esto y evidentemente para gestionar el acuario hay que tener una experiencia y una capacidad de fondos biológicos y nos hicimos una turné y encontramos al acuario de Vancouver, un socio ideal para cerrar la operación", apunta. "Así que quedó esta unión de tres para participar en el concurso".
Sus previsiones de visitantes es de 1.250.000 al año para el Oceanogràfic. A partir de ahí se han planteado escenarios más optimistas que llegan hasta los 1.350.000 visitantes. Muy lejos de la cifra a la que estiraba Máximo Buch, la de los dos millones. "Decir eso es muy fácil", reniega Nogués. "Desde el punto de vista económico este nuevo modelo es muy exigente y el que entra se la juega", asegura. "Es un proyecto empresarial que si te sale bien, te sale bien y si te sale mal te sale mal". "No podemos decir vamos a poner 1.400.000 porque así ganamos y luego puedes pegarte una torta monumental".
A partir de ahí, presentaron una cifra fuerte, a mucha distancia del competidor que le seguí, pensando que el resto también iba a apostar. "Si hubiera sabido que iban a estar tan lejos habríamos puesto menos". Para ellos, el plan de negocio es viable. "Nuestro valor diferencial es que nos lo hemos creído y al margen de los cánones tenemos confianza", asegura. "Por ejemplo, la inversión que vamos a hacer en activos físicos, nuevos contenidos y el gasto en una mayor inversión publicitaria", apunta. "Parques Reunidos en la última época ha abandonado la comunicación". Su propuesta introduce una fuerte apuesta en transmitir lo que ocurrirá dentro del complejo para comunicarlo.
Recalca que su cuenta de resultados crece en todos, en ingresos y en gastos, además de que la intención es mantener la plantilla, incluso incrementarla un 15%. Respecto a otros aspectos como las tiendas y el restaurante, reconoce que las del Ocenogràfic no estaban mal gestionadas y tenían recorrido pero insiste en que el potencial de crecimiento es mucho todavía.
Sobre sinergias con el acuario de Vancouver, destaca el intercambio de experiencias, de contenidos, de actividades, de animales, de políticas en tiendas o de compras de animales mancomunadas. Además recalca la estrategia digital que a la que han sabido sacar partido en este acuario. "Se trata de hacer algo más pasional". De hecho, destaca que en instalaciones no tienen un mejor acuario que el Oceanogràfic, pero sí es verdad que le sacan más partido y lo cuidan mejor.
¿Su primer paso para entrar en Cacsa? "Reunirnos con los trabajadores y decirles que contamos con todos ellos".
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