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El holding Obinesa (Lubasa) simplifica su estructura societaria y mantiene su estrategia de desinversión

F. C.. 08/11/2010 El primer grupo constructor y promotor de la Comunidad Valenciana está agrupando algunas de sus compañías en diversos sectores, para mejorar su gestión interna  

VALENCIA (VP). Obinesa Grupo Empresarial, holding que reúne a las compañías del Grupo Lubasa -primer constructor y promotor de la Comunidad Valenciana-, la azulejera Saloni, firmas de materiales de construcción, de automoción y de atención a la tercera edad, está avanzando hacia una mayor simplificación de su estructura societaria, con la fusión por absorción entre empresas del grupo en las diferentes áreas de actividad.

Estos movimientos se enmarcan dentro de la estrategia del holding de constituir sociedades más fuertes en aquellos ámbitos de actuación en los que tradicionalmente ha venido operando, desinvirtiendo en activos y sectores considerados no estratégicos, para mejorar su gestión interna y financiera y garantizar su viabilidad en el difícil contexto actual. El holding Obinesa agrupa a más de medio centenar de sociedades y uniones temporales de empresas (utes) con otras compañías, con una facturación que ronda los 1.000 millones de euros anuales y más de 3.000 empleados.

Los movimientos de integración dentro del grupo han sido habituales en los últimos meses. Las operaciones se han dado, fundamentalmente -aunque hay algunas excepciones- con sociedades del grupo que arrastran pérdidas en los últimos ejercicios. La cabecera del grupo, Obinesa, ha procedido a la fusión por absorción de Arenas de Levante -fabricante de hormigón-, Infraestructuras Básicas del Territorio -constructora con sede en Albacete- y Viveros Canet. A su vez, esta última había integrado a principios de 2010 a la firma de reciclaje Petrolev.

En el caso de Lubasa Desarrollos Inmobiliarios, ha absorbido las firmas Lutauro Real Estate y Hábitat Lubasa -especializada en la gestión de los inmuebles-. La división de promoción de Obinesa estaba inmersa al inicio de la crisis en un proyecto de crecimiento por el territorio nacional y países del Centro y Este de Europa -tiene delegación en Polonia-, que se ha visto frenado. Lubasa Desarrollos Inmobiliarios cerró 2009 con una facturación de 261 millones de euros y pérdidas por 21 millones.

Saloni también ha movido ficha, con la integración de Baycoba a finales de 2009. Baycoba era la sociedad que agrupaba y explotaba las tiendas propias de Saloni. Cuenta en la actualidad con 24 puntos de venta en España y otros 5 en el exterior, ubicados en Reino Unido (Londres y Manchester), Portugal (Oporto y Lisboa) y Francia (París). La azulejera registró el pasado ejercicio ventas por 97,3 millones de euros, con 6,11 millones en pérdidas.

En cuanto a las compañías de automoción, la sociedad Automóviles Luis Batalla ha procedido a la fusión por absorción de Vila Real Motor y de Plana Nules. La familia Batalla inició la distribución de automóviles en 1982, con la marca Opel, a la que se han ido sumando Saab, Mercedes Benz, Toyota, Smart y Honda. También vende vehículos seminuevos.

Por su parte, Tetma (Técnicas y Tratamientos Medioambientales), especializada en depuración de aguas, ha absorbido a la firma Manuel García Ferrer.

El holding no ha facilitado información sobre posibles nuevos movimientos en esta línea.

Desinversiones

El fuerte impacto de la crisis en el sector inmobiliario y de la construcción provocó un giro radical en la estrategia del grupo liderado por Luis Batalla en 2008. La firma se vio obligada a pasar de posicionarse como potencial compradora de otras compañías en sus ámbitos de operación para potenciar aún más su continuado crecimiento, tanto dentro como fuera de España, a paralizar sus planes de expansión e iniciar un repliegue hacia sus áreas de actuación tradicionales: construcción, promoción inmobiliaria y concesiones, que suponen más del 75% de su negocio. La que era la principal fortaleza de Lubasa, su peso entre las adjudicatarias de obras públicas y concesiones, se ha convertido en los últimos meses también en una fuente de problemas, ante la proliferación de impagos de contratos de obras por parte de administraciones públicas.  

En este contexto de reestructuración y redimensionamiento, la compañía ha abordado desinversiones y ventas de activos. Entre las operaciones más destacadas están la venta del 10% en el capital de Aguas de Valencia -por unos 35 millones de euros-; del 50% de la sociedad Ciudad Circuito -que proyecta un parque empresarial en Cheste-; del 40% de Incasa, firma creada con Lazora para promover VPO en alquiler; su salida de Renova Energías Renovables Levante; la venta de Gespaser, especializada en desarrollo y gestión de plantas depuradoras de aguas residuales; de aparcamientos en Valencia y Tarragona, además de suelos e inmuebles.

En este último ámbito, la firma ha recurrido en varias ocasiones a la fórmula del ‘sale and leaseback', que supone el traspaso de la propiedad de un activo cuyo uso se mantiene a través del arrendamiento. Esta fue la vía utilizada por la compañía en la venta de su sede en Valencia, ubicada en el Paseo de la Alameda, que fue adquirida por Bancaja y Libertas 7.

Además, Lubasa tuvo que ceder a BBVA, Banco de Valencia y Caja Madrid la práctica totalidad de la propiedad del edificio de los antiguos juzgados de Valencia, su proyecto estrella en la capital. La propia Lubasa se está encargando de las obras de reconstrucción del inmueble, que albergará viviendas y oficinas de lujo. La firma puso también en venta su edificio de oficinas del Paseo de la Castellana de Madrid, que había adquirido en 2006 por 36 millones de euros.

Obinesa inició asimismo en 2008 la busca de comprador para la división de medio ambiente de Lubasa, considerada una de las apuestas estratégicas de crecimiento a mediados de la pasada década, de la que finalmente se está desprendiendo por partes.

Renegociación de la deuda

La política de desinversiones ha permitido a Lubasa reducir su pasivo, que rondaba los 1.500 millones de euros a mediados de la pasada década. En el verano de 2009, el grupo anunció que había logrado un acuerdo a tres años de reestructuración de su deuda con entidades financieras. Esta operación permitió a la compañía salvar su crítica situación económica y continuar con su actividad.

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