VALENCIA. El rodaje empezó la semana pasada, el martes 14 de abril. Están implicados en él una veintena de personas. El presupuesto final 125.000 euros. Si tenemos en cuenta que la duración del proyecto es de seis minutos, la media de coste es de 21.000 euros por minuto, una cifra que convierte a El Criptozoólogo en uno de los cortometrajes más caros de la historia de la animación valenciana. Y sólo salen seis personajes. Cifras casi de largometraje e infrecuentes en productos de tan corta duración.
Esta pequeña pero ambiciosa producción, impulsada por Paloma Mora y dirigida por Vicente Mallols es vista por algunos como un nuevo ejemplo de cómo la animación sigue señalando el camino de la recuperación de la industria audiovisual valenciana post RTVV. Así lo cree también el director de CulturArts, José Luis Moreno, quien le reconoce a este trabajo su "valor simbólico". "Ha habido cortometrajes más caros pero es, sin duda, el más costoso de los últimos años", comenta.
Paloma Mora, por su parte, destaca el hecho de que la producción es "100% valenciana". "No es una producción cara para ser de animación stop motion", explica. "De hecho estamos sufriendo el ajuste del presupuesto para las necesidades de este tipo de trabajos".
La productora TV ON, con una experiencia que incluye películas con actores reales como El amor no es lo que era de Gabi Ochoa, cuenta para El Criptozoólogo con el apoyo de CulturArts IVAC y del programa Media de la UE a desarrollo de proyectos. Desde que puso en marcha la preproducción hasta el 22 de mayo, que concluirá el rodaje, dará empleo a 30 personas. La intención de TV ON, dice Mora, es tener el cortometraje acabado en agosto para iniciar así su difusión por los festivales internacionales.
El rodaje de El Criptozoólogo se realiza en una nave de Riba-rroja, en el polígono de La Reva. Enfrente de donde se encuentran filmando los responsables de esta pequeña producción, tienen una nave de exportación de cítricos, y otra de gestión inmobilaria. No es un espacio que uno imaginaría como vinculado al cine. "Es un polígono bastante industrial", conviene Mora. Pero es más que bueno para sus necesidades.
En este cortometraje stop motion Bernard, un veterano criptozoólogo, que lleva toda su vida tras la búsqueda de seres mitológicos, se encuentra ante la posibilidad de dar caza a uno de sus mayores retos, el Mosquifante, una mezcla entre elefante y mosquito. Tras desplazarse a una lejana isla de los mares del norte, vivirá una aventura llena de dificultades y sorpresas tratando de hacerse con el extraño ser.
Como suele ser norma en la animación, el rodaje ha exigido un proceso previo con el diseño de los personajes. "Un equipo de model makers se ha encargado de ir creándolos", explica Mora, "además de la construcción de los atrezzos para las figuras". La producción se filma en 4K, y ruedan con seis cámaras en seis decorados.
La versión original se realizará en inglés, para que los movimientos de las bocas de los personajes coincida con lo que dicen y posteriormente se doblará al valenciano, castellano y francés, donde se quiere contratar a actores conocidos. "Estamos en ello", sonríe Mora. Cuando llegue ese momento estará a punto de concluir su trabajo.
El doblaje, de hecho, marca el punto de no retorno de las producciones de animación. Es algo de lo que pueden dar fe los componentes de Blue Dream España, Jaime Maestro, Nathalie Martínez y Maxi Valero, quienes estuvieron a principios de este mes con Ian McKellen para grabar los diálogos de su personaje de malvado en Animal crackers, una experiencia de la que sólo dicen elogios.
El filme, que se está rodando desde principios de año en Paterna, ha sumado a sus voces la de la actriz Emily Blunt (Into the woods) quien interpretará a la mujer del protagonista. La producción está siendo financiada de manera ejectuiva por Mu Yedonge en representación Wen Hua Dongrun Investment Co.; La Peikang, como responsable de China Film Co.; y Sam Chi por Landmark Asia. Es una película estadounidense, se filma en España y la financia China.
El dinamismo del sector de la animación en la Comunidad Valenciana ha hecho que, pese al colapso que supuso el cierre de RTVV, se haya convertido en el puntal de la industria audiovisual en la región. Al ser ignorados por la cadena pública valenciana, los profesionales del sector aprendieron a vivir prácticamente sin dependencia de las ayudas públicas.
Conscientes de la relevancia que ha adquirido el sector en los últimos años, desde el Instituto Valenciano del Audiovisual han reaccionado e incluido dentre de sus estrategias de futuro ideas e iniciativas que permitirán impulsar tanto la formación de los profesionales valencianos como la difusión de sus trabajos. Así lo señala José Luis Moreno, quien avanza que desde el IVAC se está estudiando poner en marcha un proyecto que ayudará a fomentar la profesionalización de una industria que sigue marcando el camino. Cursos, talleres, encuentros, el objetivo final es reconocer el lugar preminente que ocupa hoy día la animación.
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