VALENCIA (EP). El ingeniero agrónomo Vicente Conesa, uno de los principales empresarios acusados en el caso Terra Mítica, en el que se ha investigado un fraude de 4,4 millones de euros en la construcción del parque temático de Benidorm (Alicante), ha reconocido este miércoles que el parque "era una bolsa de trabajadores ilegales, llegaban autobuses de todas las maneras".
Conesa, quien comenzó a trabajar en el parque en el año 2000, se ha pronunciado así el segundo día en el que se le interroga en el juicio de Terra Mítica, después de que ayer pasara unas cuatro horas declarando a preguntas de la fiscal, y hoy lo haya hecho con el resto de acusaciones. Mañana les tocará a las defensas.
Ayer reconoció haber realizado trabajos de jardinería y asumir la gerencia de este departamento sin estar firmado el correspondiente contrato, así como negó cualquier tipo de estafa, una doble facturación, facturas falsas o haber tenido a su cargo trabajadores irregulares en el parque.
FACTURAS FALSAS, SEGÚN FISCALÍA
Este miércoles Conesa (quien se enfrenta a 28 años y siete meses de prisión) ha tenido que ver numerosas facturas (de las empresas Red Moreno, Prexint Botanics o Trabajadores Auxiliares del Siglo XXI) que la fiscal considera que son falsas por no obedecer a trabajos reales en el parque. Al respecto, el acusado ha defendido que "todos los trabajos pagados, se hicieron".
En este sentido, ha explicado que los ingenieros de su empresa (C-3) en Terra Mítica se encargaban de comprobar que los trabajos encargados a las subcontratas se ejecutaron, que los precios eran los que se habían acordado según el contrato, la oferta o el acuerdo verbal, y que se habían respetado las mediciones. "Comprobábamos todos los trabajos porque luego nosotros teníamos que facturar a nuestro cliente", ha agregado.
Preguntado cómo es posible que la empresa Red Moreno hiciera los trabajos encargados (por los que cobró 29 millones de pesetas) por C-3 pese a que solo contaba con un trabajador en plantilla, ha respondido que lo desconoce, pero en su opinión "aquello era una bolsa de trabajadores ilegales, entraban autobuses de todas las maneras. Yo no lo puedo saber. Lo que puedo saber es que la obra está hecha. No sé quien lo hacía, pero si que sé que estaba hecho", ha apostillado.
Ha añadido sobre esta mercantil que "solo tenía un trabajador legalmente, pero para hacer lo que hizo tuvo bastantes más trabajadores. Estos trabajadores de algún sitio saldrían". Interpelado así mismo por el objeto social de esta empresa, que era el reciclado y el vidrio, ha indicado que "en el mundo de la construcción esto no tiene importancia. Una empresa se crea para una cosa y acaba haciendo otra. Es muy normal que una empresa, y más en aquellos tiempos, derivase hacia la construcción", ha dicho.
El acusado ha aseverado que su empresa abonó todas las facturas que le presentaron y que eran "legales", y "las que no lo eran, no". "Todas las que cumplían con los precios, se pagaban", ha apostillado. También ha afirmado que "nunca" ha visto tanto control y "tanta cosa" en una obra, puesto que en Terra Mítica "estaba todo muy supervisado", ha señalado.
"MONTAR UN PARTIDO"
Conesa ha insistido en que no cometió ninguna ilegalidad y ha aludido a que tras las adjudicaciones que le dieron, "estaban pisando la obra Bovis, el exdirectivo Antonio Rincón y C-3, mientras que Terra Control decía que las cosas se habían hecho". Así, ha preguntado irónicamente: "¿Qué pasa, que nos ponemos todos cómplices? Vamos, podemos montar así un partido político".
El empresario ha negado así mismo a lo largo del interrogatorio haber recibido dinero en efectivo por parte de alguno de los empresarios a los que subcontrató obras: "Obviamente no", ha apostillado. Y también ha negado haber viajado a Andorra con empresarios para abrir cuentas. No obstante, sobre este último asunto ha dicho que no iba a responder a las preguntas tras habérselo indicado su letrado.
Otra parte del interrogatorio a Conesa se ha centrado en un chalet que compró y reformó en la localidad alicantina de Teulada-Moraira. Sobre el mismo, ha explicado que le pidió al empresario Antonio Moreno "un trocito de dinero que me faltaba en ese momento", era "menos de la cuarta parte del coste", ha dicho, es decir, unos 40.000 euros. "Él me lo hubiera dejado no solo a mí, sino a cualquier contratista del mundo, vamos, que lo trae en la boca", ha señalado.
Ha indicado que esta cantidad de dinero, a nivel empresarial, era "irrisoria" y "ridícula", y que se la dio a través de un cheque. Así, se ha preguntado o"¿Cómo voy a aceptarlo si pienso hacer algo que no lo puedo hacer, dejando pruebas?". "No me voy a manchar por 40.000 euros", ha destacado.
El empresario ha concretado que las obras de reforma en la "casita" que compró las realizó subcontratas de C-3 por unos 50 millones de pesetas. Ha dicho que nunca ha vivido allí porque al empezar "estos líos, lo primero que hice fue quitar a todo el mundo del medio y ahora mismo la tengo alquilada. No me iría a vivir allí ahora porque mi mujer quiere estar cerca de El Corte Inglés", ha concluido.
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