VALENCIA. Los inspectores de la Agencia Tributaria de España (AEAT) no trabajan solos. Cuentan con 'superordenadores' que procesan millones de transacciones económicas y datos personales al día. También disponen de un avanzado programa informático, 'Web Spider' (araña de la web), con capacidad para explorar todo tipo de páginas de internet de forma exhaustiva y automatizada. La conjunción de estas máquinas y un software de última generación suponen, en estos momentos, una de las principales armas con que cuenta el fisco en su implacable lucha contra el fraude fiscal.
Un sistema que año tras año acumula más y más información del contribuyente y que además no deja de aprender. Busca pautas de comportamiento y ajusta cada vez más sus inspecciones. Cambia e incorpora nuevas casillas de información en las declaraciones de la renta, año tras año, para seguir cruzando más y más datos, y afinando en su búsqueda del fraude. Tarjetas de crédito, cuentas, activos, propiedades, coches, inmuebles, etc. Todo es susceptible de ser investigado para comprobar que la información declarada es correcta.
En el Plan Anual de Control Tributario y Aduanero de 2015 (publicado en el BOE el 11 de marzo de este mismo año) el ejecutivo central describe de forma contundente y expresa el objetivo: "El fraude fiscal genera desconfianza entre los ciudadanos, distorsiona la competencia y el buen funcionamiento de la actividad económica. Por ello, la prevención y la lucha (...) son objetivos estratégicos fundamentales de la Agencia Tributaria".
Con Miguel Ángel Galán, socio del Departamento de Fiscal del Despacho de Olleros Abogados, Valenciaplaza.com ha repasado las principales líneas de la Agencia Tributaria en la búsqueda y localización de presuntos defraudadores y ese nuevo frente abierto que supone internet.
Preguntado por si la inspección de Hacienda ya entra en nuestros muros de Facebook (y por extensión en el resto de redes sociales, páginas webs, correos, etc) el letrado responde a este periódico que es una certeza si se repasa al detalle la propia norma aprobada por el Ministerio de Hacienda. Explica que en 2015 el Plan Anual de Control de la Agencia Tributaria ha confirmado que centrará su atención en primer lugar en la economía sumergida, con un doble fin, a su entender (que se repite desde que accediera hace tres años al Gobierno): "Por una parte disuasorio; os tenemos controlados", señala el abogado. "Y por otra, recaudatario, porque cuando entraron (a gobernar) las arcas estaban vacías y había que llenarlas. Y se ha notado", manifiesta Miguel Ángel Galán. Y en ese sentido, concluye que la capacidad de rastreo que han aportado las supercomputadoras "es salvaje, inimaginable".
Según la norma, la economía sumergida "comprende actividades deliberadamente ocultadas a las autoridades con el fin de eludir tanto el pago de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social como el cumplimiento de la normativa laboral. Estas actividades suponen una grave erosión de los ingresos públicos, además de una competencia desleal y un desincentivo hacia los ciudadanos y empresas que cumplen con sus obligaciones".
INFORMACIÓN SOBRE ECONOMÍA SUMERGIDA
El texto añade contundente: "Se reforzarán las actuaciones de prevención y control consistentes en la obtención de información que permitan la detección precoz de actividades ocultas, en particular, de aquellos sectores en los que se aprecie una especial percepción social sobre la existencia de elevados niveles de economía sumergida".
En 2014 las inspecciones confirmaron "la existencia de determinados negocios, de herramientas informáticas específicas para la ocultación de ventas y manipulación de la contabilidad (el llamado comúnmente 'software de doble uso') que permite la alteración de los libros contables como paso previo al falseamiento de las declaraciones tributarias". Son comportamientos que se definen como "especialmente graves" en cuanto que suponen una "infradeclaración de ventas respecto a los niveles reales de facturación".
Por ello, en 2015 la AEAT se ha marcado desarrollar líneas de actuación de captación y explotación de información cruzada entre administraciones públicas relativa a transmisiones de bienes inmuebles; ejecuciones conjuntas y coordinadas con la Inspección de Trabajo (ante situaciones de riesgo fiscal o laboral); flujos de fondos, facturación a través de trajetas de crédito o situaciones patrimoniales inconsistentes con el contenido de las declaraciones tributarias presentadas por el contribuyente.
Ante esta línea de actuación del Plan de Control Tributario, Galán cuenta un caso práctico: "El arrendador de un piso de alquiler se anuncia a través de internet. Está obligado a estar inscrito en el registro catastral y debe dar cuenta de sus rendimientos inmobiliarios de forma periódica. Si actúa en negro ha pasado a convertirse en objetivo priotario para el fisco. Y ¿cómo actúa la Agencia Tributaria? Rastrea los portales inmobiliarios, identifica casos y cruza los datos con su 'superordenador': pagos mensuales, consumo de energía en el inmueble, etc. Entidades financieras y suministradores de energía están obligados a facilitar dicha información". Y así el defraudador es cazado.
ECONOMÍA DIGITAL
Pero además de la economía sumergida (y otras líneas de investigación como la de patrimonios en el exterior, etc) el plan también marca como prioridad a la economía digital. Y se habló en marzo de un cruce de datos económicos de más de 200.000 dominios que se iban a incorporar a la base de datos central de la Agencia Tributaria (Una información que los inspectores podrán emplear en procesos de investigación de empresas o también de contribuyentes individuales).
Porque (sigue explicando la norma) "el uso de la tecnología ha cambiado la forma de relación entre comprador y vendedor y, por ende, ha de cambiar la actuación de control de la Administración Tributaria (...) Ha de hacer frente a nuevas formas de fraude dado que la deslocalización permitida por la red posibilita la existencia de actividades total o parcialmente sumergidas junto con otras que, bajo apariencia extranjera, son en realidad empresas españolas que usan internet para intentar eludir sus obligaciones fiscales".
Las actuaciones, en ese sentido, comprenderán la captación de indicios de éxito de las páginas de comercio electrónico; así como la utilización de técnicas de análisis de las redes sociales para analizar operaciones comerciales entre distintos agentes económicos; y la identificación de patrones presuntamente defraudadores (tramas carrusel, uso de testaferros, etc).
En definitiva, las áreas de atención prioritaria (resume la norma) serán la captación y explotación de la información disponible en internet que permita descubrir actividades ocultas o bienes de comercio ilícito. Y las actuaciones de control para garantizar una correcta tributación en España de fabricantes o prestadores de servicios.
Concluye Miguel Ángel Galán lanzando un aviso para navegantes/defraudadores a partir de su experiencia profesional: "Hemos notado muchísimo que la cantidad de filtros de la administración tributaria han ido 'in crescendo'. Por ejemplo, tienen parametrizados todos los programas y determinadas casillas que es obligado cumplimentar. En el momento en el que algo no les cuadra te llaman para que te expliques. Y en ese sentido el incremento de requerimientos ha sido exponencial". Web Spider y los 'superordenadores' no necesitan descanso.
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