SANTIAGO DE COMPOSTELA (VP/EP). La fusión de las dos cajas de ahorros gallegas -Caixa Galicia y Caixanova- alumbraría la quinta entidad de España por volumen de activos (teniendo en cuenta las operaciones de unión en marcha), al acumular un total de 77.000 millones de euros.
La integración conllevaría, además, la pérdida de unos 1.300 empleos -de los que 1.200 serían a través de prejubilaciones y unos 100 con bajas incentivadas-, según los datos de la auditoría que la Xunta encargó a KPMG y que coinciden con los calculados por los sindicatos.
Además, el análisis encargado por el Gobierno gallego, que concluyó que la fusión entre las entidades gallegas sería "solvente", estimó que la integración requeriría pedir 1.190 millones de euros del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), pese a que fuentes del entorno de Caixanova apuntaron a que uno de los problemas es que la operación necesitaría una cantidad "muy superior" a la cifra dada en la auditoría.
Según los cálculos de los auditores, la caja fusionada tendría en 2015 unos niveles de rentabilidad y eficiencia altos y una solvencia adecuada.
Fuentes políticas del entorno de Caixanova aseguraron a Europa Press que las condiciones de esta entidad financiera para abrir la negociación de fusión con Caixa Galicia pasan por que Julio Fernández Gayoso ocupe la presidencia de la futura caja y José Luis Pego --actual director general de la caja viguesa-- la dirección general, así como que la entidad financiera tenga mayoría en su consejo de administración y la sede en Vigo.
Mantener a Gayoso al frente de la nueva entidad obligaría a reformar la Ley de Cajas de Galicia, que sitúa los 70 años como edad máxima para cualquier miembro de los órganos de gobierno de las entidades de ahorro, ya que el actual presidente de Caixanova tiene 78 años. "Se va a explorar la fórmula para que se mantenga", apuntaron, al respecto, otras fuentes políticas consultadas.
EXIGENCIAS DEL BANCO DE ESPAÑA
Igualmente, desde el entorno de Caixanova se señala que el inicio del proceso dependerá de las exigencias del Banco de España dado que, como subrayaron, la evaluación económica de la fusión es "muy superior" a la reflejada en la auditoría de KPMG encargada por la Xunta y que haría "nacer muy lastrado" este proyecto.
En esta línea, afirmaron que el acuerdo sobre el proceso se anunció hoy con retraso porque el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, "no quería este modelo", aunque justificó el visto bueno del jefe del Ejecutivo gallego al sostener que le era "más fácil" explicar esta operación que si el Banco de España interviniese Caixa Galicia.
Fuentes del PPdeG coincidieron al apuntar que el anuncio del arranque formal de las negociaciones se retrasó porque, pese al acuerdo alcanzado, apareció "un escollo" al trasladar sus términos al Banco de España. El punto conflictivo podría estar en los alrededor de 3.000 millones de euros que, según diversas fuentes, podría exigir Caixanova para materializar una fusión "viable".
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