VALENCIA (EFE). En apenas unos meses MyWiGo, la marca de una empresa de dos argentinos que tiene su centro de operaciones en Valencia y ensambla sus móviles en China, lanzará al mercado el V8, su nuevo modelo de teléfono inteligente con el que espera seguir la estela de grandes firmas como Apple y Samsung y competir con ellas.
Tras vender cerca de 95.000 móviles de gama baja y media en 2014 y superar los cinco millones de euros de facturación, ahora MyWiGo ha decidido subir un escalón y competir con un terminal de gama alta y que cuesta la mitad que otros de sus mismas características.
"Con terminales muy baratos entramos en el mercado e hicimos ruido; ahora vamos a sacar el V8, que costará 349 euros. Tiene las mismas características que un iPhone (Apple) o el S6 (Samsung) y vale la mitad", explica a EFE Jonathan Fatelevich, propietario de la empresa junto a Maximiliano Gavilán.
"Hemos dado el paso porque nadie lo hacía. Todas las segundas marcas están enfocadas, salvo raras excepciones, a matarse en el precio", según Fatelevich.
Las grandes marcas "se gastan miles de millones en I+D y en publicidad y nosotros vamos por detrás. Si, por ejemplo, Samsung saca un procesador nuevo, nosotros lo sacamos a los tres meses, cuando ya lo han probado y han visto que es bueno. Vamos por detrás de ellos, llegamos un pelín tarde pero manteniendo la calidad", señala el director general de la empresa, propietaria del 20 % de la fábrica china donde se ensambla el producto.
Este se diseña en Valencia con un joven combinado de ingenieros, formados mayoritariamente en la Universidad Politécnica: "Es un equipo bueno, que les gusta lo que hacen y que están convencidos de que la empresa va por el buen camino. No necesitamos traer ingenieros de otros países para mejorar", defiende.
"No somos fabricantes de nada, pero decidimos todo lo que lleva" el teléfono, según el director general, quien sentencia: "Hacemos lo mismo que Apple, Samsung o LG, pero en una escala mucho menor".
El ser en parte propietarios de la fábrica en China les permite asegurarse también que las condiciones laborales se ajustan a la legalidad y evitar denuncias como las que han tenido algunas de las empresas del sector.
Asentados, aseguran, como una de las primeras cinco compañías de 'smartphones libres' en España, MyWiGo tiene una previsión de crecimiento cercana al 40 %, un porcentaje similar al que esperan crezcan sus beneficios.
"Hay gente interesada en invertir en la empresa pero no necesitamos a nadie para crecer a este ritmo", proclama.
Cirkuit Planet, la empresa que hay detrás de MyWiGo, nació en Argentina en 1999 para importar productos informáticos desde China y dos grandes "crisis" la han llevado hasta su situación actual.
"Un día en una feria de franquicias vi las de Boca Juniors y pensé que podíamos hacer teclados, ratones, altavoces. Pagué un pastón, era la apuesta de mi vida y con dinero prestado traje diez contenedores de accesorios" que finalmente no logró vender, reconoce Fatelevich.
Pero la entrada en ese mundo hizo que Disney les ofreciera hacer lo mismo; en Sudamérica les fue bien y en Europa triunfaron: "Se vendía como agua y en 2007 nos dieron toda Europa. En tres años pasamos de ser unos argentinos que se habían hundido con Boca a exportar a sesenta países".
Después, la aparición de las tabletas y los "smartphones" hizo descender bruscamente el mercado de los ordenadores de mesa y sus complementos y les obligó nuevamente a reinventarse.
"Veíamos que nos quedábamos sin negocio e hicimos una apuesta. Agarramos a dos buenos clientes y les dijimos: 'Si hacemos móviles nos vais a comprar' y nos dijeron que sí, siempre que la calidad y el precio fueran buenos", rememora. Así nació MyWiGo.
Aprovechando la red de clientes que les habían abierto "Cars", Mickey Mouse o los chicos de "High School Musical", venden ya en catorce países.
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