VALENCIA. Dice Christian Boltanski, el reciente ganador del premio Julio González del IVAM, que el artista debe buscar preguntas más que respuestas. Así que si el francés hubiera estado este jueves noche en La Rambleta, habría encontrado material suficiente para formular toda una batería con una simple observación de lo que allí sucedió.
Porque la fiesta del quinto aniversario de Valencia Plaza fue fértil en interrogantes. Ubérrima. No en vano, el ambiente, como de cualquier acto público estas fechas, estaba influido por la inminente campaña electoral, por las elecciones de mayo que parece que todo lo van a cambiar y lo contrario al mismo tiempo. Y en muy pocas ocasiones se pueden encontrar a todas las fuerzas políticas de la Comunidad Valenciana, las que gozan de representación parlamentaria y las que parece que van a obtenerla, bajo un mismo techo, sin afán de enfrentamiento. Valencia Plaza hizo honor a su nombre y fue la Plaza de Valencia, donde todos se encontraron.
De ahí que no sea exagerado decir que lo que anoche se vivió en La Rambleta fue un vivero de preguntas, de dudas, de ausencias medidas, de gestos y sonrisas muy significativas, un recital de sugerencias y proposiciones ante el horizonte poselectoral, materia prima para cualquier amante de la especulación política.
Así pues, cualquier encuentro, reunión, gesto, abrazo o saludo tenía un doble significado. O triple. Y anoche hubo un encuentro que no pasó desapercibido. Al poco de concluir la conferencia de Miguel Cardoso, los más de 700 invitados al aniversario bajaron por la escalera que conduce a la cafetería y en un rincón, a la derecha, cerca del escenario donde el dj amenizaba la velada, se situaron en círculo el candidato socialista a la Generalitat, Ximo Puig; el coportavoz y número dos a Les Corts de Compromís, Enric Morera; y el Coordinador de Campaña de Ciudadanos, Alexis Marí.
Juntos, durante más de media hora estuvieron departiendo. ¿De qué? Sólo ellos lo saben pero desde la distancia esa imagen invitaba a numerosas interpretaciones. Podría ser un trampantojo, una ilusión, o significar mucho. Ya el saludo de Morera y Puig nada más llegar a la fiesta había puesto sobre aviso a más de uno. Verles después de la conferencia dialogar larga y amigablemente con Marí encendió las alarmas. "Ahí se cuece algo", comentó un asistente a la fiesta señalándoles.
A la espera de que los ciudadanos decidan, lo que avanzan las encuestas es un panorama múltiple, con tantas variantes como partidos, y el fin de la era de las grandes mayorías. Un escenario que el candidato del PSPV a la alcaldía Joan Calabuig conoce bien porque de él ha hablado, y mucho, con su amiga la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Un horizonte que como decía Cala, obligará a estrenar la política de los pactos, de reuniones que comienzan a las nueve de la mañana y acaban a las nueve de la noche. Se acabaron las mayorías absolutas. Ha llegado la hora de escucharse los unos a los otros.
El actual escenario político valenciano se inició hace ahora veinte años, después de unas elecciones que obligaban a pactar al PP de Eduardo Zaplana y a la Unión Valencia de Vicente González Lizondo. Dicho pacto se fraguó en una cena auspiciada por los entonces presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, José María Jiménez de Laiglesia y de la Asociación Valenciana de Empresarios, el empresario avícola Federico Félix, de ahí que se le conozca como el pacto de pollo.
Quien más quien menos, viendo desde la distancia la animada conversación que mantenían Puig, Morera y Marí, no podía menos que elucubrar con la posibilidad de que allí mismo se estuviera gestando un nuevo pacto, el pacto de La Rambleta.
¿Supone algo aquella conversación? Nada y todo. Eso sólo se podrá discernir con el tiempo. Todo depende de cómo se venda, y eso lo saben muy algunos de los especialistas en comunicación en todas sus formas que se pudieron ver por la fiesta como Ramón Pedrosa, Jesús Terrés y José Marcos.
Mientras Morera, Puig y Marí hablaban y hablaban, muy cerca de allí, a la izquierda físicamente hablando, Anna Gimeno, del Consejo Ciudadano de Valencia, acompañada de Sergio Gonzalez, responsable de estrategia y campaña del Consejo Ciudadano Autonomico, charlaba con nuestro diseñador Diego Obiol, formando un círculo, cómo no, en el cual comentaban la actual coyuntura política y el vacío que sufre su formación en algunos medios de comunicación. "A veces nos publican artículos de opinión y sólo ponen la firma de nuestro representante; se omite que pertenece a Podemos", relataba. Y más en medio, físicamente también, Ignacio Blanco y Esther López, amables y cordiales ambos charlaron muy cordialmente con Calabuig y también con Marí.
Sólo el presidente de la Diputación, Alfonso Rus, estuvo tan ocurrente y amable con los invitados como Puig, Morera, Calabuig o Marí. Un Rus que llegó sin corbata y que poco antes del inicio de la conferencia de Cardoso bromeó con el líder de Compromís al respecto de su asistencia o no a Les Corts. "Hoy no te he visto por ahí", le dijo el alcalde de Xàtiva, a lo que Morera le replicó ingenioso: "Es que yo he ido toda la legislatura, no como los malos estudiantes que sólo van al final de curso". Y Rus, que estaba especialmente cordial, rió.
Entre los más discretos de la velada, el president Alberto Fabra y la portavoz del Consell, María José Català, saludaron amablemente y se situaron en primera fila para escuchar la conferencia de Cardoso y abandonaron pronto la fiesta. Como quiera que el luto oficial impedía su presencia como autoridades, acudieron a título personal en un gesto que fue agradecido tanto por el presidente de Valencia Plaza, Enrique Lucas, como por el director general Miguel Miró y el director Cruz Sierra. Mientras, por parte del Ayuntamiento, y siempre a título personal, se pudo ver al concejal Cristóbal Grau.
La llegada fue escalonada, y entre los más puntuales, Puig y Morera, prestos al encuentro de Valencia Plaza, con ganas de asistir a la Plaza de Valencia para hablar. Un Morera que cuando fue asaltado a la puerta por la incansable Eva Máñez sonrió y dijo: "¿Cómo quieres la foto? ¿Brillo o mate?". Habría sido un buen titular para esta crónica si no fuera por la conversación a los pies de la escalera de la cafetería de la Rambleta. Habría sido perfecto de no existir ese encuentro de media hora que rompió muchos hielos y no precisó de ninguna copa.
El ambiente levantó el ánimo a un alicaído Enrique Fayos, quien acudió con su hermana María Ángeles, premios Valencia Plaza de la Cultura. El empresario valenciano aseguraba sentirse muy afectado por la muerte de su amigo el cómico Pedro Reyes, con quien estaba trabajando en estos momentos y relataba la desazón de Josema Yuste, que había estado con él en el tanatorio. Un poco más sonriente tras recibir el premio, María Ángeles bromeaba con el pintor Ximo Amigó, enseñándole su obra y le apuntaba: "Este es un premio que sí se puede enseñar en cualquier parte".
En un rincón a la izquierda, visto desde el escenario, se encontraba el director de CulturArts José Luis Moreno, quien se encontró con Aquilino Medina, ex de Teatres y en la actualidad en el Servicio de Empleo y Formación. Muy cerca de allí, el pintor Pablo Noguera y su esposa Isabel Rubio bromeaban sobre el embarazo de ella y que no podrían aguantar mucho. La descendencia, para julio. Y con su nena de nueve meses Bruna estuvieron Vicent Baydal y su pareja, la que fuera presentadora de Canal 9 Anna Valls. Ellos también tuvieron que irse pronto. No fue la única ex de RTVV. También acudió Belén Fernández, o el periodista y realizador Félix Tena.
Otros periodistas que pudieron ver allí fueron los incombustibles Ferrán Belda, Manuel Muñoz que llegó con el director territorial de Hidraqua Salvador Santamaría, Bernardo Guzmán, Iñaki Zaragüeta, Pau Pérez Rico, Paco Lloret o Juanma Doménech, de la 99.9, conductor de la tertulia política Sociedad valenciana donde se da la curiosa circunstancia de que muchos de sus participantes han acabado en las listas de diferentes partidos, como es el caso del recuperado Manuel Mata, la número dos por Valencia del PSPV Sandra Gómez, o del líder de Podemos, Antonio Montiel. Doménech bromea con sus contertulios del PP que se anden con ojo, que seguro que acaban en las listas también.
Como es habitual, la fiesta de Valencia Plaza contó con una importante presencia del deporte valenciano, con nombres propios como el del presidente del Valencia Amadeo Salvo, el más reclamado para los selfies, quien llegó justo a tiempo de asistir a la conferencia de Cardoso, y los representantes del premiado Valencia Basket, con su presidente Vicente Solà a la cabeza y con Víctor Luengo como faro distintivo, el más alto de la fiesta. Un galán de cine para productores como Miguel González o Lourdes Reyna.
Pero entre los que aguantaron hasta el final, hasta justo la medianoche, quedó la duda, la pregunta, la reflexión. ¿De qué habían hablado Puig, Morera y Marí? Dentro quedaron la gerente Lorena Palau, y Mariola Cubells, Quique Medina y el resto de la gente de La Rambleta que dirige Adolfo Vedri. Y fuera, ya en la hora de Cenicienta, la pregunta flotaba aún en el ambiente. ¿De qué habrán hablado?
La broma, ya se sabe, era que este jueves noche se comenzó a fraguar el Pacto de la Rambleta. Aunque quizás le hiele a más de uno la sonrisa y no le haga mucha gracia. Por cierto, Marí admitió al acabar la fiesta que le había "encantado" hablar con "Ximo y Enric". Así, sin apellidos.
Pero bueno, Miguel López. Que´se trata de política! La educación y la cordialidad no ha de perderse nunca, ni tratándose del mayor adversario político. Si es evidente que después de elecciones habrán de fraguarse pactos, qué sentido tendría que ahora no se dirigiesen la palabra? Y Alexis Marí es de ciudadanos y sale en la foto al lado de Puig!
Pense que com s'ha indicat a l'article, que Morera parle amb Puig, que Montiel parle amb Mari o que Rus parle amb Morera representa allo que vindra despres de les eleccions, el dialeg, i el dialeg vol dir vertadera democracia.
Que habrá que sentarse con el PSPV a negociar un tripartito, vale, pero después de las elecciones. No entiendo cómo Morera se deja fotografiar con Puig, que pertenece a un partido del régimen que no ha hecho gran cosa como oposición (bastante tienen con sus luchas internas). Y mucho menos, que le dirija la palabra a Rus. Hace tiempo que esto es algo más que política: con una palabra anticuada, es cuestión de decencia. Al ver las fotos me han dado ganas de quedarme en casa el día de las elecciones. Y sí, con Ciudadanos sí que se puede hablar de regeneración democrática.
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