VALENCIA (EFE). Alfonso Grau, el considerado "hombre fuerte" de Rita Barberá en el Ayuntamiento de Valencia, promotor y defensor de sus grandes proyectos y su principal escudo ante las críticas de la oposición, ha sucumbido finalmente y se ha visto abocado a dimitir ante su procesamiento por el caso Nóos.
Grau será juzgado por los presuntos delitos de prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, fraude a la administración, tráfico de influencias y falsedad documental oficial en relación a los contratos firmados por la Fundación Valencia Turismo, que él preside, con el Instituto Nóos, que dirigían Iñaki Urdangarin y Diego Torres.
Esta retirada de la vida pública del ya exvicealcalde de Valencia llega después de que la Audiencia de Palma estimara el recurso del grupo socialista del Ayuntamiento de Valencia contra el auto del juez José Castro que excluyó a Grau de la lista de acusados que se iban a sentar en el banquillo al cerrar la instrucción.
En ese auto, ratifica los argumentos que ya empleó el pasado 7 de noviembre al corregir el sobreseimiento de la imputación de Grau dictado por Castro en el escrito de pase a procedimiento abreviado, por lo que el vicealcalde, sin posibilidad de recurrir, se sentará ahora irremediablemente en el banquillo de los acusados.
Después de los dos sobreseimientos de su causa, Grau y Barberá presumieron de buena gestión y sacaron a relucir el carácter privado de la Fundación pero su procesamiento definitivo le impedirá estar en la lista para las próximas elecciones municipales, para cumplir la "línea roja" marcada por el presidente de la Generalitat y del PP valenciano, Alberto Fabra.
Según la denuncia de los socialistas, "existen indicios" de que en el desarrollo de los convenios de las tres cumbres Valencia Summit, celebradas en Valencia entre 2004 y 2006, Grau "ha podido tener decisiva e imputable intervención", ya que firmó estos acuerdos con el Instituto Nóos.
De hecho, la Audiencia de Palma considera a Grau "impulsor de la concertación" entre la Fundación y el Instituto Nóos para organizar tres ediciones de estos foros del deporte y diseñar la candidatura de unos Juegos Europeos, por los que la entidad cobró 3,5 millones.
La Audiencia se reitera en que aunque materialmente la Fundación actuaba como una entidad privada, "se refugiaba" en esa naturaleza jurídica, "pese a que en realidad era de interés público, para burlar las normas de contratación" que desde marzo de 2005, "le eran de obligado cumplimiento".
Alfonso Grau, de 72 años, con dos hijas, y médico cirujano, era, además de vicealcalde de Valencia, responsable del área de dinamización económica y empleo del Ayuntamiento, así como concejal de Turismo y de gestión delegada del Parque Central y Plan del Cabanyal.
Se quedó viudo hace ya varios años de su primera esposa y este mismo mes de marzo contrajo matrimonio en segundas nupcias con la exconcejala y asesora municipal María José Alcón.
Entró en el Ayuntamiento valenciano como segundo teniente de alcalde en 1995, durante el segundo mandato de Barberá y el primero en que el que el PP lograba una mayoría absoluta que aún mantiene.
Su trayectoria pública se ha centrado en la política municipal, con cargos en varias concejalías como Fiestas, Presupuestos y Hacienda y Grandes Proyectos, hasta que tras las elecciones municipales de 2011 Barberá le creó una Vicealcaldía a su medida y se situó como su "número dos".
Aunque Barberá ha demostrado que se basta para plantar cara a la oposición, Alfonso Grau ha sido su gran cómplice y le ha servido de escudo para enfrentar las críticas y acusaciones de sus rivales políticos contra su gestión, especialmente en grandes proyectos como el Plan del barrio del Cabanyal.
Grau ha mantenido siempre una actitud dura y desafiante, calificada incluso de soberbia y prepotente, con los grupos de la oposición aunque también con la prensa, a quienes apenas ha dado margen en sus críticas a cualquier proyecto o iniciativa abanderada por el consistorio.
Famosa es la respuesta de "porque me da la gana" que le dio a un periodista que le preguntó por qué organizaba una rueda prensa si consideraba que no estaba imputado y que le llevó a una ronda por televisiones y otros medios de comunicación para pedir disculpas y explicar su comportamiento.
Algunos de los patronos de la Fundación Valencia Turismo apuntaron hacia él como máximo responsable de los contratos con Nóos en su declaración como testigos en Valencia ante el juez Castro.
Sin embargo, Grau siempre ha mantenido que no temía "en absoluto" su imputación en un caso donde ya declaró como testigo hace más de dos años, y que Valencia Turismo contrató con Nóos porque le parecía "una propuesta razonable" que serviría para proyectar la ciudad porque traería a personalidades relevantes a la ciudad.
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