VALENCIA. El patronato de la Fundación Bancaja aprobó en su última reunión despedir a Aurelio Izquierdo, ex director general de Bancaja y expresidente de Banco de Valencia. Era un despido cantado. Pero lo era desde hace hace más de dos años y no se acababa de formalizar nunca. Ha sido la presión judicial a la que está sometido -Izquierdo está imputado en varios de los casos abiertos en la Audiencia Nacional por la gestión en el antiguo Grupo Bancaja- la que ha forzado su salida.
Izquierdo era el único alto directivo -al margen del gerente- que trabajaba en la Fundación Bancaja. Tras su salida de Bankia y Banco de Valencia se refugió en la sucesora de la caja de ahorros como director financiero. Su sueldo -130.000 euros al año- en una entidad cuyo presupuesto se ha reducido al perder su única vía de financiación (los beneficios de Bancaja) se consideraba excesivo.
Aunque en estos años realizó un trabajo relevante gestionando los alrededor de 100 millones de cajaque tiene la entidad para rentabilizarlos, su puesto de trabajo se estimaba prescindible. Sin embargo, la elevada indeminización a la que tenía derecho por su despido paralizó su salida. Aunque Izquierdo renunció a parte de ella, el patronato de la fundación, que estuvo en un periodo interino durante más de un año, no tomó la decisión de despedirle.
Tras la constitución de la nueva fundación y el nombramiento del nuevo patronato se afrontó la salida de Izquierdo. Se aplazó de nuevo hasta la aprobación del plan estratégico. Una vez ratificado a primeros de año, el patronato aprobó el despido, provisionando el coste del mismo. Pese a que existía un acuerdo del patronato, no ha sido hasta que un nuevo episodio de la gestión de Bancaja ha visto la luz -los viajes a Cuba de la cúpula de la caja, con José Luis Olivas a la cabeza, pagados por unos empresarios que recibieron créditos irregulares- cuando se ha precipitado el despido.
La presión judicial sobre un directivo imputado por su gestión en la caja de ahorros pero que mantenía su puesto de trabajo en la heredera de la misma ha acabado por estallar. Izquierdo será despedido de acorde a la legislación laboral con una indemnización de 20 días por año trabajado. Independientemente de ese dinero -que según distintas fuentes puede rondar los 400.000 euros- el directivo capitalizará el plan de pensiones.
EL ÚLTIMO DE LOS ARTUROS
Izquierdo era el último de los 'arturos' de Bancaja, denominados así por su procedencia de la antigua firma auditora Arthur Andersen. Hay que remontarse hasta 1988 para contar la historia de este financiero. En aquel final de la década de los 90 el entonces director general de la Caja de Ahorros de Valencia, Emilio Tortosa, decidió fichar a un joven equipo de directivos para profesionar la gestión del vetusto Monte de Piedad.
Echó mano de la plantilla de la consultora Arthur Andersen (hoy desaparecida) entre los que estaban el propio Izquierdo, Domingo Parra (ex consejero delegado de Banco de Valencia), Fernando García Checa (ex director genreal de Bancaja) o Jesús Sancho Tello (ex director general adjunto de Banco de Valencia), entre otros.
Este grupo de arturos fue clave en la evolución de la provincial Caja Valencia a un Grupo Bancaja que compró el histórico banco de la burguesía local. Tortosa depositó en ellos su confianza y, cuando salió de la entidad, fueron sus directivos los que ocupaban los puestos clave tanto en la caja como en el banco participado. De los cuatro principales de aquel grupo, dos saltaron del barco antes de la crisis: García Checa, enfrentado con el ya presidente José Luis Olivas, y Sancho Tello.
Parra e Izquierdo siguieron ocupando puestos de responsabilidad en el grupo financiero con sede en Pintor Sorolla. Ambos aguantaron hasta la fusión con Caja Madrid que creó la actual Bankia, el primero al frente del banco participado y el segundo ocupando un puesto en la dirección del nuevo grupo en Madrid.
Pero fue a partir de ese momento cuando empezó a torcerse la historia. Banco de Valencia fue la primera víctima de la crisis de Bankia. El consejo que presidía Rodrigo Rato señaló al banco como responsable en los días en que empezaba a dudarse de su solvencia. Parra fue destituido. El poder de Olivas en el nuevo banco cayó en picado hasta que se vio forzado a dimitir.
IZQUIERDO VUELVE A VALENCIA
En esa vorágine previa a la intervención del banco, Izquierdo fue rebotado de la dirección de negocio que ocupaba en Bankia a la presidencia de Banco de Valencia. Pero fue un mandato efímero del que solo queda registro por las fotos oficiales.
El banco fue intervenido y el consejo destituido. Después llegó la nacionalización de Bankia. Izquierdo, pese a su destitución, seguía en la plantilla de la antigua caja de ahorros. Era el último de los altos directivos de la caja que seguía vinculado laboralmente a la institución. Así ha estado dos años. Hasta que los escándalos en la gestión y su implicación en ellos -investigada por la justicia- ha puesto fin a esta anomalía.
El artículo contiene algunas imprecisiones.Sancho Tello y domingo Parra No provienen de Arthur Andersen. Provienen del BBVA. Sanchotello no salto del banco antes de la crisis
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