Durante su intervención en el XIII Congreso de Nacional de Auditoría, Aríztegui ha señalado que la reestructuración bancaria "está suponiendo un trabajo muy importante que no debe decaer" y ha recordado que las cajas de ahorros "requerían un proceso ordenado" de integración para "absorber el exceso de capacidad instalada".
El subgobernador del Banco de España ha alabado la nueva Ley de Cajas, así como la creación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que, según recordó, ha aportado un total de 10.581 millones de euros, de los cuales 10.189 se han materializado en la suscripción de participaciones preferentes.
Además, ha resaltado el "notable" esfuerzo realizado por las entidades financieras en el reconocimiento, vía cuenta de resultados, de un deterioro de activos por más de 40.000 millones de euros, a la vez que han podido usar otros 20.000 millones de euros de provisión genérica acumulada desde 2000.
REDUCCIÓN DE DIVIDENDOS Y BONUS
Por otro lado, el subgobernador del Banco de España ha alertado de que incumplir las exigencias de 'core capital' (capital básico) derivadas de Basilea III, puede dificultar el reparto de dividendos a los accionistas y de 'bonus' entre los directivos de las entidades financieras.
"El mantenimiento de ese colchón es esencial para poder decidir libremente sobre la distribución de beneficios", afirmó Aríztegui, quien matizó que "en caso de insuficiencia, las entidades afrontarán dificultades crecientes para conceder 'bonus' o para repartir dividendos".
Aríztegui ha destacado que los bancos deberán mantener en periodos normales, al menos un 7% de capital básico -formado por las acciones ordinarias y reservas- y mantener una masa añadida de capital y reservas de dos puntos y medio. Además, ha señalado que la proporción de los activos ponderados por riesgo pasa del 2% al 4,5% y la de las participaciones preferentes del 4% al 6%.
Aríztegui ha destacado la introducción de requerimientos mínimos de liquidez mediante la exigencia de un "doble coeficiente" con la que se pretende que las entidades bancarias puedan cubrir con activos líquidos las salidas netas de caja en un horizonte de 30 días.
"Que financien las inversiones permanentes con fondos propios y ajenos a medio y largo plazo", ha apuntado Aríztegui, quien ha añadido que la implantación de los nuevos requisitos derivados de Basilea III cuenta con un calendario gradual a lo largo de los próximos ocho años.
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