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VALENCIA. ¿Puede un éxito de taquilla ser un fracaso? Todo depende de qué se considere éxito. No existe un metro de platino que establezca el criterio imparcial. Pero incluso desde la subjetividad inevitable, desde la simpatía o la antipatía, el proyecto cinematográfico de la trilogía sobre Sombras de Grey tiene visos de ser ambas cosas, porque es al mismo tiempo uno de los mayores y más previsibles fiascos cinematográficos y uno de los negocios más suculentos de la última década. Como el hielo, quema y deja frío.

Tan previsible como mediocre, 50 sombras de Grey, la adaptación de la novela de E. L. James dirigida por Sam Taylor-Johnson ha recaudado hasta la fecha 411 millones de dólares, de los cuales el 38% corresponden al mercado estadounidense. La película que protagonizan Jamie Dornan y Dakota Johnson consiguió mantenerse líder de la taquilla en España y en Estados Unidos en su segunda semana de exhibición, pero cotizando a la baja, muy a la baja. En concreto, el descenso en España fue de un 53% con respecto a su primer fin de semana. En EEUU la bajada fue todavía mayor, un auténtico cataclismo, con un 73,9% menos de recaudación.

Las cifras hablan de que desde su estreno ha recaudado 13,34 millones de euros en España y ha congregado a más de dos millones de espectadores, números que garantizan que, casi seguro, entrará en el top 10 del año. Así, si la película dejará de exhibirse en este momento, su taquilla sólo sería superada por dos películas exhibidas en España en 2014: Ocho apellidos vascos de Emilio Martínez-Lázaro y El niño de Daniel Monzón.

Pero hay truco. La acumulación. En España se proyecta en más de 400 cines y 750 pantallas, lo que supone prácticamente que se exhiba en dos salas de cada multicine. Y aunque siguen siendo cifras elevadas, la recaudación por pantalla durante su segundo fin de semana ha sido de 4.581 euros. Enfrente, El francotirador, de Clint Eastwood, lograba en su primer fin de semana una recaudación de 7.358 euros por pantalla, un 60% más.

Si bien los exhibidores valencianos muestran su satisfacción por los resultados de taquilla de Grey, las expectativas son grises a medio plazo, valga el juego de palabras. Así lo señala el presidente de la asociación de exhibidores de la Comunitat Valenciana, Antonio Such, quien vaticina que en la memoria del espectador cinéfilo "no durará nada". Él mismo la retirará de la programación de sus cines, los Babel. "La he programado porque había mucha expectativa por el éxito de la novela. Además, como proyectamos en versión original tenemos muchos espectadores Erasmus. Pero este fin de semana ya la quitamos", dice.

LA RELACIÓN 'TÓXICA' ENTRE LA DIRECTORA Y LA AUTORA

A largo plazo, son también muchas las sombras que se vislumbran sobre el destino de la producción. El primero de ellos es su protagonista. Según la información aparecida en medios australianos, el irlandés Jamie Dorman habría renunciado a protagonizar tanto la secuela como la tercera parte de la película, noticia que ha sido desmentida inmediatamente por su agente. Su inexpresiva interpretación ha generado todo tipo de críticas y ha provocado que sea considerado como un lastre, por lo que las dudas sobre su continuidad son abundantes.

A ello se unen las diferencias entre la directora y su peculiar autora, que han sido motivos de chascarrillos y que han sido reflejadas por medios británicos. La relación entre ambas ha sido "tóxica", según estos medios, y James ha discutido hasta los más mínimos detalles. Es más, ha protestado por la supuesta escasa fidelidad a la novela. El resultado ha sido el adiós de la directora, con la que ya no se cuenta para las secuelas.

Con todo, en el debe de la película quedarán muchos bienes, como el haber animado la taquilla de manera considerable en un mes, febrero, que normalmente suele estar condicionado por las películas nominadas a los Oscar. En un año en el que ninguna de las premiadas en los galardones cinematográficos de referencia ha tenido una gran taquilla, las risibles y aburridas andanzas del bello Grey y su joven amante, la insegura-pero-hermosa Anastasia Steele, han alegrado a la exhibición cinematográfica.

"Ojalá hubiera muchos productos como éste", bromeaba este miércoles Such. "Adivinar cómo se va a comportar una película es prácticamente imposible. En este caso ha habido mucho cachondeo, y muchos grupos de mujeres, de amigas, que venían en comandita. Con esta película ha sucedido como con los reality. Cuando preguntas quién los ve, todo el mundo ve La 2, pero luego los datos de audiencia son los que son", señala.

Convertida en un fenómeno prefabricado a la manera de Dan Brown y sus aventuras de Robert Langdon, de las que sólo se han hecho hasta la fecha dos películas, El código Da Vinci (2006) y Ángeles y demonios (2009), la trilogía sobre las andanzas sadomaso del multimillonario Grey y la joven e inexperta Anastasia tienen aún recorrido por contrato. Si la tercera película de la saga de Langdon, Inferno, basada en la cuarta novela, está anunciada para 2016, siete años después de la última, y contará de nuevo con la dirección de Ron Howard y con Tom Hanks como protagonista, también para 2016 está prevista la segunda entrega de Sombras de Grey, Cincuenta sombras más oscuras, aunque en este caso no hay siquiera reparto confirmado (se supone que al menos Dakota Johnson seguirá) ni director o directora.

De hecho en la página de IMDB sólo consta James como guionista. A fin de cuentas, Grey es ella. Ella lo creó. Es su fantasía. Su Frankenstein. Para lo bueno y lo malo. Como señala Such, no perdurará. Pero mientras genere beneficios, ella tendrá la última palabra. La paradoja es que James, que fantaseó con ser sumisa esclava de un millonario, gracias a ello ahora es una ama multimillonaria. Toda una metáfora de la sociedad contemporánea.