La Conselleria de Hacienda pone casi al día los impagos con entidades locales que a finales de 2012 llegó a los 319 millones con deudas aprovechando el FLA social del Gobierno que tranferirá en marzo
VALENCIA. Los alcaldes valencianos llegarán a la campaña electoral menos agobiados económicamente de lo que han estado durante el mandato que acaba en mayo. La Generalitat Valenciana, el gran acreedor, ha forzado la máquina especialmente en el último año para saldar la deuda que mantenía con las entidades locales por distintos conceptos y que llegó a alcanzar los 319 millones de euros.
Según los datos a los que ha tenido acceso ValenciaPlaza.com, la deuda total del Consell con ayuntamientos, diputaciones y mancomunidades se quedará en 60,7 millones a primeros de abril, cuando se transfieran 108 millones para pagar fundamentalmente servicios sociales que prestan estas entidades en nombre de la Generalitat. Esto supone que en un periodo de algo más de dos años, la deuda acumulada se haya reducido en un 81%.
La deuda de la Generalitat ha sido uno de los caballos de batalla de los ayuntamientos en los últimos años. En los cajones pendientes de cobro había facturas que se remontaban a 2010, año en el que el Consell prácticamente dejó de pagar subvenciones o transferencias de forma masiva agobiado por un déficit excesivo.
A partir de 2013, con la puesta en marcha del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el Consell empezó a reducir la deuda. En ese ejercicio redujo el importe de la deuda pendiente en 62 millones. El año pasado, 2014, rebajó el total en otros 88 millones. Pese a que el hecho de invertir la tendencia, la deuda de la Generalitat con las entidades locales seguía siendo alto a finales de 2014: 169 millones de euros.
EN MARZO, EL GRAN PAGO
El gran salto en la reducción de la deuda lo dará el Consell a finales de marzo. Para esa fecha está prevista la transferencia de 108 millones de euros procedentes de lo que se conoce como el FLA Social, una línea específica de crédito articulada por el Gobierno para que las comunidades autónomas paguen a los ayuntamientos deudas vinculadas a servicios sociales y educativos.
Cuando el Consell pague esa cantidad, la deuda se verá reducida a los algo menos de 61 millones mencionados anteriormente. Se trata fundamentalmente de subvenciones y transferencias por obras del Plan Confianza.
Este último programa, que puso en marcha en su día Francisco Camps, ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, puesto que está obligado a asumir las obras que los ayuntamientos presentaron en su día y se aprobaron pese a que no había dinero. Tras sucesivas modificaciones, el conseller parece tener controlada esa vía.
En la reducción de deuda, los más beneficiados son los ayuntamientos, que son los que más necesitados de fondos andan y donde los alcaldes han hecho más presión, especialmente para poder cerrar el mandato y encarar las elecciones con menos problemas económicos. Las tres diputaciones provinciales, que acumulan 12 millones de euros de deuda, han visto reducido ese montante en poco menos del 60% desde finales de 2012.
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