GINEBRA (EFECOM / Isabel Saco). La instrucción ha sido abierta por el Ministerio Público del cantón de Ginebra por la información existente del delito de blanqueo de dinero, y de inmediato ha dado lugar al registro de las oficinas del banco en esta ciudad.
Desde que hace diez días empezaran a aparecer detalles sobre ese escándalo de evasión fiscal global en medios de prensa de varios países, las críticas han aumentado dentro de Suiza por lo que se veía como desinterés de las autoridades de desvelar las prácticas bancarias delictivas en su territorio.
En cambio, la Justicia helvética sí tiene abierto un proceso contra Hervé Falciani -de nacionalidad y residente en Francia- por haber robado los datos de los titulares de, al menos, 106.000 cuentas bancarias.
Ese el número de casos a los que ha tenido acceso un consorcio de periodistas de investigación, aunque Falciani ha señalado últimamente que esa cifra sólo es "la punta del iceberg" de los datos que él entregó.
Las cuentas conciernen a clientes originarios de alrededor de doscientos países y entre ellos figuran nombres de personalidades políticas, artistas, deportistas, empresarios y hasta individuos perseguidos por actividades delictivas, incluidos el terrorismo, narcotráfico y tráfico de armas y de diamantes.
Las investigaciones de la prensa han permitido establecer que entre noviembre de 2006 y marzo de 2007 transitaron 180.000 millones de euros por las cuentas del HSBC de Ginebra, y que una parte de esos fondos estaban ocultos en paraísos fiscales.
El fiscal general de la Confederación Helvética, Michael Lauber, negó en una reciente entrevista que hubiese algún temor de abrir una investigación contra bancos, pero que el hecho de que la información de la Lista Falciani fuese robada impedía que la Justicia suiza la utilizará.
"En tal caso, la autoridad de investigación penal se interesa únicamente en la existencia, procedencia y naturaleza de los datos, no en su contenido", explicó a la revista Hebdo.
El hecho de que los detalles ahora estén en el dominio público "cambia la situación" y adelantó que si se llegaba a la conclusión de que las sospechas eran fundadas se abriría una investigación, lo que ha ocurrido hoy.
Falciani, especialista en informática, entregó en 2008 a las autoridades francesa los datos que había sustraído cuando se retiró del banco, el año anterior, y a los que han tenido acceso desde 2010 administraciones fiscales de otros países involucrados.
Investigaciones penales en contra de HSBC han sido abiertas por esta razón en Francia, Bélgica, Argentina y Estados Unidos.
El registro hoy de las oficinas del HSBC en Ginebra fue dirigido por el procurador general, Olivier Jornot, y por el primer procurador, Yves Bertossa.
"He decidido, tras las informaciones aparecidas en la prensa, abrir una investigación penal para verificar los reproches que eventualmente se pueden hacer al banco", dijo Jornot a los periodistas presentes en el exterior de los locales. Indicó que los registros continuarían durante el día para "asegurar las pruebas necesarias".
"Se trata de datos en cantidades muy importantes. Buscamos todas las informaciones relacionadas con cuentas y clientes titulares de fondos procedentes de infracciones penales", agregó.
Además del propio banco, la investigación involucra a otras entidades o individuos cuya identidad se mantiene en reserva, conforme a los procedimientos que se aplican en Suiza.
Al anunciar su decisión, el Ministerio Público precisó que se basó en un artículo del Código Penal que establece que una empresa puede ser procesada independientemente de que sus empleados sean punibles.
Ello en vista de que se puede reprochar a la empresa el no haber tomado todas las medidas necesarias para impedir que se comentan infracciones.
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