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Peligro, las
fallas alternativas salen del armario

JOSÉ MARTÍNEZ RUBIO. 16/02/2015

VALENCIA. Hablamos por WhatsApp, Facebook y le medio explico cuál es mi intención. Dice que para hablar de fallas, encantado, que le esperan un par de meses de tournée. "¿Vas a grabar?", me pegunta. "No, solo voy a tomar notas", le digo. Y a continuación con una sonrisa me dice "¡Uh! ¡Qué miedo!".

Dice miedo porque hablar de fallas en Valencia no se puede hacer sin polémica. Por cualquier cosa. Aunque Jesús Peris Llorca, president de l'Associació d'Estudis Fallers (ADEF), está acostumbrado al medio y a defender en tierra hostil sus posiciones. Nos reímos de conflictos comunes y me suelta: "Lo Rat Penat antes molaba, con Constantí Llombart, pero ahora... son pocos pero muerden, quedan cuatro pero muy bestias".

Y cuando nos sentamos frente a frente, continúa radiografiando el campo cultural con una ristra de adjetivos que voy anotando a sabiendas de que por escrito pueden funcionar como una bomba. Jesús Peris explica que la organización de las fallas mantiene un modelo completamente piramidal, controlado por un ente ajeno al mundo fallero, eFalla 'Si Don Quijote tornara', de Modesto González, frente al Palacio del Marqués de Dos Aguas (1949; foto ADEF)l Ayuntamiento, a través de Junta Central Fallera, y habla de Félix Crespo, de Alfonso Grau, a quien pese a todo le atribuye inteligencia, y lo que hay ahora: "algo tosco, inculto y bruto porque se han acostumbrado a funcionar con el palo y las zanahorias y les vale".

DEL MODELO FRANQUISTA AL MODELO EMPRESARIAL

Jesús Peris Llorca es profesor de literatura, latinoamericanista, valencianista, moderno y experto en fallas. Apenas una frase le sirve para enumerar uno a uno los ingredientes que han convertido al mundo de las fallas en uno de los poderes fácticos de la ciudad.

-"El modelo de fallas actual es heredero de 1939. En octubre de 1939 se instaura la Junta Central Fallera, ignorando la estructura anterior, el Comité Central Fallero. Aquella idea de Blasco Ibáñez en Arroz y tartana con fallas dando vivas a la República ya no existe, aquella pluralidad se acabó en 1939. Y en ese momento, recién acabada la guerra, en una ciudad destruida como Valencia las fallas se ven como una prioridad: existe una red asociativa de base, está extendida por barrios y fuertemente vinculada a la identidad. Evidentemente era terreno abonado para el control social".

Saco a colación la noticia de esta semana: "las fallas que nombren fallero de honor a Rus ya pueden solicitar las ayudas de la Diputación".

-"Esto no es novedad, es uno de los residuos del posfranquismo. Antes se convocaba una recepción y el Presidente de la Diputación iba llamando al Presidente de cada falla y le entregaba un cheque. Y se sigue haciendo. Es un elemento más de la red clientelar que han urdido en el mundo de las fallas. Basta solo con enviar una carta y acudir a recoger el dinero".

 Ilustración del pintor Josep Segrelles Albert (1929)

Es entendible que una dictadura como la de Franco pretenda neutralizar toda crítica y utilice las fiestas como forma de control. Lo sorprendente, al oír a Jesús Peris, es el trazado que elabora desde aquellos mecanismos a los actuales:

-"Alfonso Grau se comprometió subvencionar el 25% del monumento a todas las fallas. A finales del siglo XIX estuvieron a punto de desaparecer y el Ayuntamiento le imponía impuestos para dificultar que se plantaran. Ahora es al revés, lo que muestra sin ninguna duda el trazado de esa red clientelar. Con los premios se controla menos, tienen una tradición anterior, pero el resultado final es que las fallas han sabido relativizar la crítica y han construido un simulacro de crítica bajo el modelo del PP".

Y se detiene en diferentes ejemplos.

-"En el Museo Fallero se pueden ver ninots indultats de principios de los cuarenta y ahí te encuentras a una "cacauera" a la que se le van cayendo cajas de tabaco escondidas, o un ninot que ha cazado una paloma para comérsela, es decir, que aparecen el estraperlo o el hambre como elementos de crítica. ¡En los años cuarenta! Ahora, ¿te acuerdas de una falla de la Plaza del Ayuntamiento en los 90 en la que Gulliver se levantaba y caminaba por la ciudad y Rita Barberá le susurraba al oído los grandes proyectos que eran el futuro de Valencia? Pues ese es el modelo simbólico, pura propaganda".

LOS PROGRES Y LOS ARMARIOS

-¿Por qué no se desmontó todo el entramado vertical identitario durante la Transición?.
-"En plena batalla de Valencia las fallas sirvieron para reavivar el conflicto identitario. A Pérez Casado se la tPeris Llorcaraían floja las fallas. Fue un error histórico: los progres acabaron expulsados del mundo fallero o encerrados en el armario, como dice Gil Manuel Hernàndez. Y a su vez, los progres se desentendieron de ellas, considerándolas algo folk y cutre".

Le digo que en el País Valenciano nos conformamos con que la batalla de Valencia no nos perjudicara demasiado, pero que nunca pensamos en ganarla.

-"Exacto. El abandono, sin embargo, comenzó antes. En 1972 sale el último número de Pensat i fet, y se acaba porque se muere Ricard Sanmartín, el último resistente; en ella habían escrito gente como Xavier Casp, Carles Salvador o Joan Fuster. Sin embargo, el ideario nacionalista fusteriano consideraba las fallas como tierra quemada para la identidad valenciana, y acabaron escogiendo la muixeranga como símbolo, que a mí también me encanta, pero mira si es folk y además beato".

Le pregunto entonces qué parte de responsabilidad habita en el seno de las fallas para mantener ese modelo y qué focos de resistencia se han levantado.

-"Focos de resistencia no hay de manera articulada. Sí existe cierta oposición en algunas asambleas en temas puntuales, lo que demuestra que el sistema de control funciona. Actualmente, hay algunas reservas sioux como la falla Arrancapins, les Falles Populars i Combatives, al margen de JCF y del mundo oficial, la Interagrupación o les Falles I+E. Los artistas falleros han hecho mucho por las fallas: ahora trabaja gente de Bellas Artes, han innovado con el monumento, han introducido el arte pop y toda una serie de estéticas nuevas; en este caso, la estética es ideología. Pero la verdadera resistencia está dentro de las fallas: son redes populares y focos de sociabilidad; las fallas son muy de cacaos y tramussos pero es el lugar donde te encuentras a un fontanero que sabes que no te va a engañar porque es de la falla, a un abogado, etc. Ahí, la Junta Central Fallera queda muy lejos".

Y de repente me habla de los armarios.

-"Se está produciendo un fenómeno dentro de las fallas que indica que todo ese antiguo sistema se está desestructurando de forma natural. Antes estabas en un armario dentro del mundo de las fallas por ser rojo y fuera de él por ser fallero. Ahora ya estamos saliendo de ese armario social, se acepta más la pluralidad".

Y me habla del éxito de una entrada que escribió en su blog en la que se declaraba "filòleg, d'esquerres, faller i sentimental", y ante tanta confesión y tanto armario le digo que el mundo fallero se ha vuelto muy gay, y que es otro síntoma de pluralidad.

-"Es que la cosa peinetera es muy camp".

Foto: Eva Mañez

MODELOS DE FIESTA

Es entonces cuando le pido que me explique quiénes proponen un modelo de fiesta distinto al que ha perfilado el Partido Popular, frente a ese paulatina disolución del poder simbólico. Y le disparo algunas siglas.

-"El que más tiempo lleva trabajándolo es Compromís, tiene una sectorial de fiestas y ha consultado a integrantes de la fiesta. El PSPV ha buscado mimetizarse con el paisaje. Y Esquerra Unida, aunque me duela, todavía no se ha enterado de qué va la película".

¿Y Podemos?

-"Podemos es un magma, algo indefinido. Se presentaron en un acto y quedaron en llamarnos, pero en la ADEF no hemos recibido ninguna llamada".

Y en un intento de profundizar, voy a pedirle a Jesús Peris que me defina cómo sería un modelo de fiesta alternativo, más allá del secuestro de la ciudad por parte de los falleros, cuando de repente me interrumpe:

-"Eso del secuestro de la ciudad es un estereotipo muy clasista. Y clasista progre, además. Es cierto que abusamos de las carpas, pero cerrar Ciutat Vella o Russafa al tráfico, permitir que los niños jueguen al fútbol o que tiren petardos en la calle, o que se circule en bicicleta es lo contrario al modelo neoliberal de coches y carreteras. Las fallas son una fiesta total y la calle se recupera para la gente. El día que monten un sambódromo y releguen la fiesta fuera de la ciudad, se acabaron las fallas. El problema es que las fiestas se han convertido en un acontecimiento masivo, pero no ha sido por culpa precisamente de los falleros, que están en el casal, sino del modelo de promoción turística que ha diseñado Rita Barberá. Las fallas del futuro, que decían, el modelo de falla-empresa ha sido para el Partido Popular un gran evento más. Y de eso no tenemos la culpa nosotros".

Me mira y le pido que continúe.

-"Tú montas un desayuno en la calle y es guay, pero luego la falla sale a tomar chocolate a la calle y es muy cutre. Eso es clasismo progre".

Se nos hace tarde y Jesús Peris tiene una cita en Ciutat Fallera porque están rodando un documental sobre los talleres de Ximo Esteve, Miguel Ballester y Vicent Almela. Sin embargo, intentaré arañarle un par de preguntas rápidas.

-¿Eliminarías elementos introducidos durante el franquismo como la Ofrenda o la Fallera Mayor?

(Silencio)

-"Mira, no. La ofrenda ha tenido la virtud de resignificarse, de carnavalizar todo aquello que significaba en los años cuarenta. Si lees las reglas de la ofrenda de los años cuarenta, son muy estrictas, está a caballo entre una procesión y un desfile fascista: las mujeres delante, en filas de no menos de cinco, los hombres detrás, de negro. Ahora es un desfile por parejas, con niños, con música, donde los falleros de San Marcelino se lucen por San Vicent, es todo mucho más visible. Como dice Gil Manuel, la ofrenda es el desfile del orgullo fallero, y eso ya no tiene que ver con Julio Tormo o la Fallera Mayor. Yo me emocioné cuando llevé a mi hijo Martí por primera vez, te lo confieso, no por la virgen, sino por mi madre. El eterno retorno, ya sabes. Lo de siempre. Eso son las fallas".

-¿Y la Fallera Mayor?

-Cualquier feria de ganado del Midwest tiene su reina. Y el papel de la mujer en la fiesta de las fallas ha ido cambiando. Por ejemplo, cada vez más hay más mujeres presidentas de comisiones falleras (la mía, por ejemplo), así que acabará pasando esa moda de posar como si fuera la revista Hola y de armar toda esa parafernalia. Pero serán las propias comisiones las que lo decidan. No va a llegar nadie de la universidad, por mucho que haya leído a Kristeva, a imponer una decisión así.

-¿Qué pasaría si el 1 de marzo en la Plaza del Ayuntamiento no se dispara ninguna mascletà?

-"Pues sería una putada. Hace ocho años era impensable, y lo cierto es que las mascletàs eran deficitarias pero también un escaparate para las empresas pirotécnicas. Ahora, sería una putada, pero no acabarían con la fiesta. Eso sí, si el 1 de marzo no hay mascletà en la Plaza del Ayuntamiento, vente a mi falla que la disparamos el día 17 y te invito a una cerveza".

Y así quedamos. Nos damos un abrazo en mitad de la calle, él se marcha corriendo a su cita de Ciutat Fallera y yo me quedo mirando las notas de esta conversación, nervioso y divertido, como si estuviera manipulando material explosivo. Y es que no sabemos cuál, pero se acerca una nueva primavera.

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3 comentarios

Jujuuu! escribió
06/06/2015 11:45

"Y es que no sabemos cuál, pero se acerca una nueva primavera." Gran frase per acabar l'entrevista, gens fàcil creure-se-la fa quatre mesos.

Josep Antoni Collado escribió
18/02/2015 13:56

Interessant, sí, però una mica decebedor pel que fa a l'ofrena i les falleres majors. Ho mirem per on ho mirem, són dos dels trets més característics de la "rancior" del món de les falles. Dia de l'orgull faller?... perfecte. Fem-ho. Però prescindint del component religiós. Treballem per convéncer a la gent que la festa és festa i pot continuar sent-ho sense una enorme figura de la marededéu al final del recorregut on deixar-se una part de l'esquifit pressupost de les comissions transformat en flors. Ja sé que fa por pensar en la reacció dels sectors fallers més beats i conservadors però sempre s'ha dit que la història no l'han escrita els covards. De la mateixa manera caldria procedir amb les Falleres Majors: fent pedagogia; fent entendre que més que una pèrdua seria un alliberament, físic, econòmic i socio-cultural. Caldria fer entendre que sense falleres majors totes les dones serien tractades igualitàriament i la festa no tindria perquè ressentir-se'n. Només cal valor per començar amb aquesta pedagogia. En la Falla Arrancapins ja va per a 25 anys que començarem a posar-ho en pràctica. I no ha passat res. Vivim i gaudim la festa com el que més. Algú més s'anima?...

Fersp escribió
18/02/2015 11:39

Hacía mucho que no leía un artículo tan interesante y alternativo sobre las fallas. Muy de acuerdo, pese a que a veces nos fastidie tener calles cortadas, con la mención que hace sobre la recuperación de la calle para la gente, alejándonos del modelo neoliberal por unos días. Muy cierto también lo de que si montaran un sambódromo a las afueras, las fallas acabarían. Estuve hace un par de años en las fiestas del Pilar de Zaragoza, que las hacen en una carpa gigante fuera de la ciudad, y me pareció de lo más impersonal y aburrido...

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