Amparo Azcutia y Pilar Pardo han puesto en marcha este proyecto que busca que personas mayores sin hogar y con pensiones bajas puedan compartir piso
VALENCIA. Existen colectivos en nuestro entorno que simplemente con un pequeño empujón pueden vivir mucho más felices. Esto es lo que pensaron Amparo Azcutia y Pilar Pardo, impulsoras de Hogares Compartidos, un proyecto que busca que personas mayores sin hogar compartan piso. La idea nace cuando Amparo, quien ha trabajado nueve años con personas sin hogar, ve como en muchas ocasiones se quedan fuera porque les suben el alquiler o no les dejan usar partes de la casa como la cocina.
"Hace dos años me puse a buscar si alguna entidad apoyaba a este tipo de personas y encontramos en Barcelona Llars Compartits", explica Amparo. Entonces decidieron trasladar aquí la idea. En febrero del año pasado se puso en marcha y siempre se trata de pisos de cuatro personas. Suelen ser sobre todo hombres que van desde los 55 años de edad en aelante y que tiene pensiones de entre 365 y 500 euros.
"Se trata de un recurso finalista ya que si el grupo se lleva bien y es estable la intención es que convivan de manera indefinida", apunta. "Cuando se vuelven dependientes ya pasan a una residencia". Desde la ONG, al margen de buscarles los pisos, de los que ahora tienen tres ocupados, se preocupan de que la convivencia entre ellos sea buena.
Además, desde la propia entidad quieren que estén activos y participan con otras organizaciones para que realicen actividades. También les acompañan en actividades puntuales como ir al médico o a un juicio, por ejemplo. "Hacemos el papel de hijos o nietos", destaca Amparo. Los ocupantes de la vivienda deben firmar un acuerdo de comportamiento de normas básicas y ellos se gestiona la limpieza. El 35% de la pensión de cada uno, sea cuál sea el importe, pasa a manos de la organización para pagar el alquiler.
Actualmente son unas seis personas trabajando en la organización y la mayoría de las personas que se acercan a ellos para pedirles que les ayuden llegan desde comedores sociales de Conselleria de Bienestar o por vías de profesionales del trabajo social de hospitales o centros de salud. Les llegan un par de derivaciones al día.
Todos los pisos que eligen deben de tener cuatro habitaciones y ascensor y que valgan de 350 a 370 euros máximo. "Cuando se creo la ONG pensamos que sería más fácil conseguir inmuebles. Amparo es trabajadora social y publicista y Pilar es licenciada en Administración de Empresas y ha sido directora de residencias de la tercera edad, con las que no está de acuerdo con su modelo. "Buscaba algo alternativo para las personas más autónomas".
La forma de financiarse, de momento, llega a través de las pensiones de los jubilados que van destinadas a los alquileres, pero también lo hacen con eventos como espectáculos de magia, por ejemplo. También tienen micromecenas para los gastos de la asociación aunque su intención es llegar a funcionar como una empresa social que no necesite dinero público.
Enhorabuena a las dos jóvenes emprendedoras!! Es una iniciativa muy bien pensada y necesaria. Lo Mejor!!
Una buenisima idea. Ahora, la gente mayor sin recursos ni familia podrá tener un techo y compañia. Buena suerte en esta andadura
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