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VALENCIA. "Es curioso que cuando ‘había' dinero le adjudicáramos los proyectos a arquitectos o abogados para ver qué hacíamos con este espacio o aquel otro y ahora que ‘no lo hay' las administraciones hablen de participación". Quien habla es David Estal, arquitecto especializado en las soluciones de espacio público, movilidad y la ciudad de Valencia. Él mismo reconoce que "el hecho de que los barrios sean ahora los impulsores de estos proyectos es una consecuencia de la desatención continuada por parte de los gobiernos locales a las necesidades de sus vecinos".

El Ayuntamiento de Barcelona ha sido el impulsor del Pla BUITS (espacios Vacíos Urbanos con Implicación Territorial y Social), un referente próximo convertido en realidad. El proyecto dinamiza y gestiona 20 espacios públicos integrados. La clave: cogestión entre vecinos y gobierno local para escoger las necesidades y dotarlas de recursos honestos. "La fórmula perfecta para ocupar esos espacios es vecinos, técnicos y administración con un presupuesto destinado previamente y unos objetivos y condiciones que cumplir", añade Estal.

En Valencia, prácticamente todos los barrios cuentan con una ‘reacción' similar, con algún solar o edificio abandonado como objetivo, pero hay tres que durante los últimos meses han ido abigarrándose de contenido: Les Naus de Ribes (Ruzafa), el PAI Benimaclet-Est y els Horts de la Botja (Velluters - Ciutat Vella).

LES NAUS DE RIBES O EL MURO DE FILIPINAS

(+info de Les Naus de Ribes)

El pasado mes de septiembre el Colegio nº 100 de la Calle Puerto Rico abría las sus puertas al curso escolar por primera vez. El logro de esta dotación pertenece a buen seguro a la persistencia en su reclamación de la Plataforma per Russafa. La organización, desde hace años, persigue algunos objetivos, como también lo es la conversión de las abandonadas Naus de Ribes (proyectadas por el arquitecto Demetrio Ribes) y que se encuentran vacías tras la desaparición -hace décadas- de su uso ferroviario detrás del muro de la calle Filipinas.

Este espacio estaba destinado a albergar el Museo del Transporte, con especial atención de incluir las máquinas de ferrocarril históricas con las que cuenta Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. Sin embargo, tras la insitencia de la plataforma en hacer de sus naves un espacio para la cultura, la reunión del barrio y el encuentro colectivo, deportivo y activo de sus vecinos, el Ayuntamiento de Valencia accedió a estudiar la propuesta. Cuando lo hizo, una de esas naves ya se había rehabilitado con el fin museístico y permanece como muestra de las posibilidades del lugar.

No obstante, el pasado mes de julio se aprobó la licitación presupuestaria del Parque Central que afecta a este espacio y que, según aseguraron los responsables del concierto a la Plataforma, servirá para rehabilitar e integrar dichas naves. Aun así, se desconoce cuál será su uso por lo que la plataforma se ha mostrado especialmente activa durante los últimos meses, atrayendo hasta Valencia a profesionales de prestigio como el antropólogo urbano Manuel Delgado, que dará una charla y debatirá con los vecinos este viernes 6 de febrero a las 19 horas en el Institut Sant Vicent Ferrer (Calle Almirante Cadarso, 22).

"Toda participación ciudadana necesita una formación previa", apunta Inma Bauset, portavoz de Plataforma per Russafa. "Queremos dotar de contenido a todas las Naves de Ribes y creemos que, además, la reivindicación sirve para crear una base social en el barrio que ahora se siente amenazada por 'estar de moda' y puede desplazar a los vecinos tradicionales". Han recibido al centro social autogestionado Can Batlló,  del cual este miércoles proyectan un documental (Com un gegant invisible), el jueves reciben a Gloria Durán, tras el proyecto madrileño de La Tabacalera, y su agenda es una constante de experiencias y argumentos para generar contenido y calor en torno a su objetivo: que el barrio cuente con las naves como dotación activa.

"No pensamos en las elecciones, pero es cierto que durante estos meses más próximos son los grupos de la oposición los que se interesan por la propuesta", añade Bauset. Para Estal la clave de cada uno de estos proyectos la marca "el propietario de los terrenos. En el caso de les Naus de Ribes es relativamente sencillo porque depende del Ayuntamiento de Valencia [aún así, la reclamación inicial de la Plataforma per Russafa data de 2005], pero hay otros casos en los que con quien se negocia es con un propietario, como el dels Horts Urbans de Benimaclet".

BENIMACLET-EST O LA TRANSICIÓN ENTRE HUERTA Y CIUDAD

(+info Benimaclet-Est)

La Associació de Veïns i Veïnes de Benimaclet es una de las más dinámicas de la ciudad. Tanto que, una vez que la ciudad se ha rendido als Horts Urbans de Benimaclet como referente de recuperación del espacio público, acaba de lanzar una ‘convocatoria abierta sobre el PAI Benimaclet-Est'. La idea es que, con la colaboración de la Universitat de València y la Universitat Politècnica de València, las asociaciones culturales integradas encuentren el mejor uso "para consensuar la transición entre la ciudad y la huerta".

Reunidos el pasado 8 de enero, la asociación convocó al resto de agrupaciones del barrio para recoger y plasmar cómo es Benimaclet, cómo queremos que sea y cuál es la respuesta del barrio ante la situación de crisis y cambio actual. Todo ello impulsando el proyecto incluso con un patrocinador privado, Caixa Popular, sin que el reglamento urbanístico suponga una barrera de salida y con un éxito de convocatoria que abrió el turno para esa presentación de ideas que se abrió finalmente el 17 de enero. Ahora, la AAVVB continúa celebrando mesas redondas y enriqueciéndose para entender qué solución para el barrio debe tener ese PAI.

Con los representantes políticos del barrio siguiendo la evolución de todo cuanto rodea a estos colectivos, este jueves 5 de febrero continuan las mesas redondas con participantes profesionales, en este caso de la UPV.

HORTS DE LA BOTJA O BURBUJAS DE ENCUENTRO EN VELLUTERS

(+info dels Horts de la Botja)

Dos pequeños solares, el de Camarón (1038,71 metros cuadrados) y el de Balmes (371 metros) son el objetivo del colectivo Ciutat Vella batega. El proyecto, presentado hace un año como La revolta de Botges, descansa en el registro municipal con el trabajo de una treintena de entidades promotoras y colaboradoras del proyecto.  Sin embargo, ha sido a raíz de su aparición a través de las redes sociales online cuando esta propuesta de gestión comunitaria ha empezado a generar debate e interés entre vecinos de la ciudad.

Con un proyecto justificado, la propuesta de transformació es temporal y de tres zonas. Pretende dar cabida a los vecinos en un espacio multiusos, con pequeños huertos y enfocado también a acoger deportes de pelota y urbanos. Su intención es la de dar cabida y salida a un enclave varado en una encrucijada de coches y calles peatonales, además muy próximo a la calle Viana.  El objetivo del proyecto: generar sinergias vecinales, un punto de encuentro y dotar de un espacio colectivo y actividad a una zona con escasez de este tipo de dotaciones. De nuevo, la idea es la de cogestionar recursos y encontrar en el propio barrio las necesidades de inversión y presupuesto para mejorar su calidad de vida. Y en el barrio ya saben lo que es transformar con actividad la 'vida' de un solar.