La conferencia socialista celebrada este fin de semana deja las claves en las que se van para que su partido se arrogue el papel de principal rival del PP
VALENCIA. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, clausuró este domingo la conferencia autonómica del partido celebrada en el Palacio de Congresos de Valencia. Una cita que sirvió para visualizar cómo la formación socialista empieza a tejer un argumentario específico para enfrentarse al PP pero, más aún, a su gran amenaza, Podemos, cuya sombra ha planeado a lo largo de todo el fin de semana.
De hecho, la doble jornada fue cambiante. El anuncio por parte de la presidenta andaluza, Susana Díaz, de que no acudiría al cónclave por una inoportuna gripe provocó notable decepción en Blanquerías, pero también en los medios de comunicación, que esperaban la foto entre el secretario general del partido y la llamada 'máxima accionista' del PSOE después del adelanto electoral anunciado por ésta que ha despertado todo tipo de suspicacias.
Este handicap inicial, al que había que sumarle la manifestación organizada por Podemos en Madrid y la contraprogramación orquestada por el PP para el sábado con la visita del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, propició cierto deslucimiento de puertas hacia fuera en esta jornada. De hecho el auditorio no se llenó y los barones territoriales se vieron obligados a responder preguntas de los medios sobre la unidad en el partido en torno a Pedro Sánchez y, cómo no, sobre la nueva demostración de fuerza que la formación de Pablo Iglesias estaba realizando en la capital, congregando a decenas de miles de personas en la Puerta del Sol.
No obstante, el discurso tejido este domingo por Pedro Sánchez para clausurar la conferencia autonómica , precedido por el líder del PSPV y candidato a la Generalitat, Ximo Puig, deslizó de una manera más organizada una serie de ideas fuerza destinadas a reivindicar el papel del PSOE como verdadero rival del PP de Mariano Rajoy, en contraposición a Podemos. Así, el secretario general de los socialistas, sin citar al partido de Iglesias en toda su intervención, desglosó varias claves -apoyado discretamente por el teleprompter- que van directamente destinadas a proporcionar un completo argumentario para que cargos y militancia hagan valer su pertenencia al PSOE frente a los pujantes 'podemitas'.
"En ganas de ganar a la derecha no nos gana nadie" o "España ya no soporta más divisiones, ni las que provoca el PP ni las de los que pescan en el río revuelto del desencanto", fueron posiblemente las frases más explícitas de Sánchez dirigidas a Podemos. Pero, hubo más mensajes dirigidos a defender con uñas y dientes el espacio socialista frente al partido de Iglesias:
1. Revertir la acusación sobre lo hecho por el PSOE. Una de las puntas de lanza de los ataques al bipartidismo por parte de Podemos ha sido señalar los errores o despropósitos de sus gobiernos. Como mostró ayer Sánchez, el PSOE está a dispuesto a aceptar el peso de la 'mochila' que lleva a su espalda, donde hay errores pero también logros que se ocupó de citar como "la educación y la sanidad pública universales, la entrada en la UE, la ley del aborto, el matrimonio gay, el sistema de pensiones, la ley de dependencia, la ley de igualdad y contra la violencia de género, la subida del salario mínimo y el final del terrorismo de ETA".
2. Elevar la autoestima de la militancia. Sánchez puso el acento en su discurso varias veces sobre el "orgullo" de ser socialista. Este argumento se empieza a repetir como consigna especialmente en las últimas semanas, entroncándolo casi siempre con la antigüedad y la tradición histórica del partido socialista. Una idea que se utiliza de refuerzo de cara a mantener la fidelidad de la militancia y su motivación, como evidenció Sánchez ayer: "Hemos sufrido dictaduras, hemos vivido tiempos de cárcel y de exilio, de clandestinidad, hemos tenido que soportar y hacer frente al terrorismo que quería hacernos desaparecer y siempre hemos sabido resistir y avanzar", subrayó.
3. Reanimar el prestigio de las figuras socialistas. Pese a que Sánchez ha tenido roces con Felipe González y Rodríguez Zapatero, en los últimos días -lo hizo también en Valencia el lunes-los ha recordado insistentemente para realzar de manera general su gestión. Por un lado, esto le sirve para templar gaitas con Susana Díaz y ciertos sectores del partido y, por otro, recuperar de alguna manera lo positivo que han aportado estas figuras para intentar recuperar votos. Esta estrategia, no obstante, es discutida en sectores dentro del propio PSOE.
4. Situarse como 'verdadero rival' del PP. El líder socialista planteó otro argumento que sale al paso de las múltiples encuestas que ya empiezan a colocar a Podemos por encima de los socialistas: "A quien teme el PP es al PSOE", afirmó ayer. En realidad, todo gira en torno a esta situación: tratar de impedir que los votantes progresistas identifiquen a Podemos como el nuevo referente hegemónico para luchar contra la formación 'popular'.
5. Instalar la idea de que el PP alimenta a Podemos. Este argumento flota desde hace meses pero ha sobrevolado la conferencia durante todo el fin de semana. Ya la citó el presidente de Asturias, Javier Fernández, al señalar en su intervención que la estrategia del PP es "mucha coleta en televisión para fragmentar centro izquierda". Una idea, la de dividir a la izquierda para perjudicar al PSOE en la que también incidió Sánchez o el propio Ximo Puig, quien lo recalcó en un ejemplo en clave valenciana: "El PP sabe que ha perdido, pero su objetivo es que no ganen los socialistas".
6. Discurso de contraposición a Podemos pero evitando el choque de la mención directa. Sánchez no evitará mencionar al partido en entrevistas, pero sí puede hacerlo en un mitin, lo que resta opciones a entrar en un cruce de declaraciones directo. De esta manera, se amortigua la sensación de persecución hacia Podemos de la que la formación de Iglesias también sabe sacar partido.
7. Redirigir el adelanto electoral de Susana Díaz como el primer golpe a Podemos. Aunque también se ahorró citar al partido que lidera Iglesias en este punto, tanto Sánchez como Puig alabaron a la andaluza y apuntaron a su próximo triunfo en el mes de marzo. La estrategia que se maneja internamente entre los socialistas apunta a la importancia de una victoria de Díaz que venga acompañada, además, de un resultado discreto de Podemos en esa plaza. Esta es una de las esperanzas del PSOE para empezar a pinchar el llamado -teórico- 'soufflé' de Iglesias, que tendrá como segundo examen decisivo las elecciones autonómicas del 24M. De paso, estos mensajes de ánimo a Díaz van dirigidos a silenciar el debate sobre un hipotético salto a la política nacional de la lideresa andaluza, que ha tenido roces con Sánchez en los últimos meses.
8. Los errores o decisiones de Syriza se usarán contra Podemos. Pedro Sánchez, antes del mitin, hizo a través de los medios una petición a las mujeres para "gritar alto y claro que el PSOE es el partido más feminista de España". Un argumento sobre la que también incidió Ximo Puig en su discurso, criticando que no hubiera ninguna mujer en el gobierno formado por Syriza (el partido griego similar a Podemos que ha alcanzado el gobierno recientemente). Sin duda, las decisiones del nuevo ejecutivo del país heleno serán utilizadas en España en la batalla política.
9. Poner en valor la constante lucha contra el PP. Pedro Sánchez trata de mostrar distancia con la formación 'popular' para evitar que se mimeticen ambas marcas, uno de los argumentos preferidos de Podemos y otros partidos (críticas al llamado PPSOE). "No es la crisis, es la derecha", porque con "cada decisión económica del Gobierno, cada una de sus contrarreformas y recortes, el PP ha hundido a la clase media trabajadora, ha traído más desigualdad y más pobreza", señaló este sábado, para remarcar el carácter de izquierdas del PSOE alejado del eterno rival.
10. Mano tendida al votante de centro. Ahora bien, al mismo tiempo, se ofrece un discurso dirigido al "cambio seguro" -otra referencia a Podemos sin mentarlo- de cara al votante de centro 'arrepentido' que haya apoyado a los 'populares'. "Los votantes del PP son honrados, sus dirigentes, no", ha afirmado en más de una ocasión Sánchez en sus visitas a Valencia.
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