COREA DEL SUR (EP). Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 han realizado este sábado un llamamiento a la cooperación entre los estados ante la "frágil e irregular" recuperación que experimenta la economía global, según se recoge en su declaración final al término de la reunión celebrada en Gyeongju (Corea del Sur).
Se ha alcanzado un acuerdo de reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) para aumentar el peso de las economías emergentes y, en un guiño a China, se ha hecho especial hincapié en la necesidad de desarrollar políticas monetarias orientadas al mercado contra la devaluación de la moneda.
El G-20 expresa su compromiso de "seguir persiguiendo reformas estructurales para potenciar el crecimiento y completar sin dilación las reformas regulatorias y las reparaciones del sistema financiero". De igual modo, y en el caso de las economías desarrolladas, el grupo se marca el objetivo de poner en marcha los planes de crecimiento a medio plazo para la consolidación fiscal acorde con los compromisos alcanzados en la última cumbre de Toronto.
El grupo insiste en la necesidad de "avanzar hacia sistemas de tipo de cambio más orientados al mercado, que reflejen los fundamentos económicos subyacentes" y pide a los países que se abstengan de devaluar sus monedas con fines competitivos. En este sentido, estas "economías avanzadas" deberán "mostrarse alerta ante el exceso de la volatilidad y el movimiento desordenado en sus divisas".
El G-20 puntualiza que estas acciones "podrían mitigar la volatilidad excesiva de los flujos de capital que están experimentando algunos países emergentes", un mensaje a China y otras economías en desarrollo para que dejen de mantener sus monedas devaluadas con el objetivo de fortalecer sus economías.
Todas estas medidas, apunta el G-20, deberán llevarse a cabo en un entorno de colaboración. El G-20 advierte de que "las respuestas descoordinadas desembocarán en un resultado peor para todos". "La cooperación", subrayó el grupo, es "esencial".
El grupo se congratula especialmente del acuerdo de reforma del Fondo Monetario Internacional que se ha alcanzado en este encuentro, y que tiene como objetivo potenciar la influencia de los países en desarrollo dentro de la institución económica, al recibir la cesión de dos asientos europeos en la junta del Fondo, así como la transferencia del seis por ciento de los votos.
Para el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se trata de "la mayor reforma jamás realizada sobre el sistema de gobierno de la institución", que hace un año ya acordó el desvío de al menos del cinco por ciento de los derechos de votación a países en desarrollo como India o Brasil, cuya escasa influencia en la institución económica distaba mucho de equipararse a su impacto real en la economía mundial.
Hasta el acuerdo, los 27 estados miembros de la Unión Europea gozaban del 32 por ciento de los derechos de voto, por un 17 por ciento de EEUU. China, la segunda economía mundial, sólo podía disfrutar de un poco menos del 4 por ciento de los votos; Rusia, un 2,49%; India, un 2,44%; Brasil, un 1.78%; y Corea del Sur, el 1,41%.
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