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VALENCIA. Conclusiones del primer Foro 2014 Fundación Cañada Blanch a cargo del director del Ivie, Francisco Pérez, coautor junto a los investigadores Javier Quesada y Juan Pérez del informe "Cómo puede competir la economía valenciana.

Con el objetivo de promover, impulsar y difundir la reflexión colectiva sobre las perspectivas económicas de la CV en el actual escenario competitivo mundial y europeo en este foro hemos contado con unos ponentes excelentes y hemos tenido la fortuna de contar con una audiencia numerosa -más de 250 participantes entre ayer y hoy, diversa en su composición y muy representativa de los colectivos empresariales, profesionales, académicos e institucionales a los que queríamos convocar.

Ordenaré las conclusiones en torno a diez puntos, pero comenzaré por destacar una cuestión preliminar que, desde mi punto de vista, se desprende del desarrollo de las sesiones: las visiones de los participantes sobre la economía valenciana, su trayectoria reciente y sus posibles vías de avance son mucho más coincidentes de lo que podría esperarse. Esas coincidenciasponen de manifiesto consensos quepueden y deben servir para facilitar la convergencia en una misma dirección de las actuaciones de las empresas, las familias, las universidades y las instituciones públicas. Si esto sucede será más fácil que se produzcan sinergias entre los esfuerzos y resulte posibleavanzar más rápidamente hacia los objetivos que necesitamos alcanzar.

DIEZ PUNTOS CLAVE

1) El cambio de escenario es estructural y los competidores no están parados.

El escenario económico internacional exige a las economías desarrolladas revisar en profundidad sus estrategias competitivas para adaptarse a los cambios derivados de las nuevas tecnologías y de la competencia de los países emergentes. Ese doble reto obliga a las economías a ser más productivas cuanto mayores sean sus costes.La propuesta europea de responder a esos retos mediante impulsos al uso productivo del conocimiento es adecuada pero su implantación es lenta y muy desigual. Mientras algunas regiones han avanzado mucho impulsadas por sus empresas y sus instituciones, otras se ven frenadas por la falta de visión de sus líderes y las resistencias de quienes temen las consecuencias del cambio. También ha frenado el avance el estancamiento económico durante buena parte de la última década, un periodo en el que el proyecto europeo ha presentado su cara más débil, optando por políticas que de corrección de los desequilibrios existentes que -a diferencia de lo sucedido en EEUU- se han centrado en los ajustes pero no han contribuido a la recuperación. Hemos de saber que, probablemente, habremos de remar contra el viento, pero quizás es mejor así vistos los resultados del pasado cuando avanzamos con viento de cola.

2) La resistencia al cambio tiene costes.

España es un caso claro de resistencia al cambio durante los años del boom inmobiliario. Hubo brillantes excepciones pero, en general, el tejido productivo y las instituciones retrasaron los esfuerzos de adaptación al nuevo escenario competitivo, a pesar de que los desequilibrios comerciales y financieros y la negativa evolución de la productividad lanzaban señales repetidas de alerta. La crisis ha obligado a reconocer que el camino seguido no era sostenible. Se ha producido un cambio de rumbo que era imprescindible y comienza a dar resultados, pero el coste en términos de destrucción de empleo y tejido empresarial y desconfianza institucional ha sido enorme.

3) La economía valenciana necesita refundar sus cimientos

En la Comunidad Valenciana los problemas descritos se han dado con mayor intensidad. La crisis nos ha obligado a reconocer que el viejo modelo sirvió para progresar mucho pero ahora está agotado y es imprescindible transitar hacia un nuevo patrón de desarrollo. Los graves problemas de estos siete años de vacas flacas han convertido en residual un punto de vista que a principios de este siglo todavía recibía mucho apoyo: la pretensión de prolongar el anterior patrón de inversión basado en activos inmobiliarios, actividades tradicionales y funcionamiento inercial de las instituciones. Si no reformamos muchas piezas del tejido productivo y muchas institucionespúblicas corremos el riesgo de padecer nuevos retrocesos como los de estos años, en la riqueza acumulada, la renta, el empleo y el bienestar social.

4) La recuperación del crecimiento debe impulsar las reformas, no frenarlas

Para conjurar ese peligro necesitamos un modelo que consolide los positivos signos de recuperación de este último año y nos permita volver a crecer de manera regular y sostenible, ofreciendo oportunidades de empleo y progreso a toda la población, en especial a las generaciones más jóvenes. La Comunidad Valenciana está presionada por la urgencia de crear empleo de forma inmediata, pero no debe descuidar la importancia de que los empleos creados sean más productivos, las empresas más competitivas y las instituciones más eficientes. El empleo de hoy no puede comprometer la productividad del futuro porque sería pan para hoy y hambre para mañana. Por eso, la recuperación del crecimiento se debe aprovechar para impulsar más los cambios en las empresas y las reformas en el sector público, y no para retrasarlos una vez más. Para que eso suceda no basta cualquier patrón de crecimiento: se necesita uno apoyado en inversiones mucho más productivas y más inteligentes que en el pasado.

5) La base del nuevo patrón de crecimiento ha de ser el aprovechamiento productivo del conocimiento, partiendo de lo que tenemos

Para ser más productivo, el patrón de desarrollo ha de basarse más en inversiones cuyo contenido es el conocimiento: el capital humano, la tecnología, las mejoras organizativas, la formación en la empresa. Esos han de ser los pilares de la futura economía valenciana. La estrategia no es nueva: es la que la Unión Europea propone en su Horizonte 2020. Y no es una fantasía, pues está comprobado que es viable y viene avalada por experiencias de éxito. Llevan años desplegándola las regiones españolas y europeas más prósperas y las empresas valencianas más dinámicas. Es el camino para que la productividad permita compensar nuestros actuales niveles de costes. Disponemos de recursos para avanzar en esa dirección pero debemos aprovecharlos y completarlos. El desarrollo valenciano ha de basarse más en el aprovechamientoproductivo del conocimiento, la mejora de la productividad y la competitividad de las empresas, las existentes y las nuevas.

6) Para disfrutar de mayor nivel de renta es necesario ser más productivo.

La pregunta es qué hemos de hacer para subirnos a ese trende alta velocidad que permite cubrir nuevas etapas de progreso a las sociedades más avanzadas, que son competitivas pese a tener salarios y otros costes superiores a los nuestros. La respuesta es la siguiente: es necesario que las empresas,los bancos, el sistema educativo y el sector público revisen sus estructuras y sus actuaciones, haciendo mucho más esfuerzo por mejorar sus resultados y la eficiencia de sus organizaciones. En otras palabras, el billete para viajar en ese tren del progreso se compra con productividad.

7) La clave de la competitividad está en las empresas, en especial su tamaño y la calidad de su dirección y su internacionalización

El papel del sector privado es crucial porque desarrolla más de las tres cuartas partes de la producción y el empleo. Para que las empresas -las existentes y las nuevas- sean las protagonistas del refuerzo de la competitividad han de estar dirigidas por personas con una visión de los problemas acorde con las circunstancias actuales, sensibles al potencial productivo del capital humano y, en general, del conocimiento. Para ello, muchas empresas crecen en dimensión, profesionalizar su dirección y ganar en transparencia en las relaciones con sus trabajadores para comprometerlos, reforzar su presencia internacional para abrirse a otros mercados y orientarse hacia actividades más innovadoras sabiendo que no se puede competir solo con el conocimiento generado localmente. Para conseguirlo las empresas deben invertir más en activos intangibles como la I+D+i, las TIC, la marca, la formación en el puesto de trabajo y el capital organizativo. Esas inversiones requieren más fortaleza financiera de las empresas y criterios de evaluación de riesgos de los bancos distintos de los del pasado. La primera garantía de las inversiones ya no puede ser el valor de los activos inmobiliarios sino la calidad de los proyectos y la profesionalidad de los gestores, reflejadas con transparencia en la información económico-financiera suministrada. Sin cambios a ambos lados de las relaciones financieras será más difícil cambiar el patrón de inversión.

8) El sistema educativo y las universidades deben firmar una nueva alianza con la sociedad para mejorar sus resultados y la empleabilidad de los jóvenes y la transformación del tejido productivo.

En el entorno de las empresas también existen otros condicionantes, además del financiero,imprescindibles para el avance de la productividad. Dos de ellos son la mejora de la formación y la cooperación entre universidades y empresas.

Las empresas y las instituciones públicas han de comprometerse a aportar recursos a los centros educativos que desarrollen iniciativas de mejora formativa y a apoyar el esfuerzo de los centros que destaquen por sus resultados.

La misión de la universidad y de los centros educativos no debe terminar al licenciar a sus egresados. Y la contribución de las empresas a la formación debe comenzar mucho antes de que los jóvenes llamen a la puerta del mercado de trabajo. La colaboración entre instituciones de educación superior y empresas debe contribuir a alcanzar los niveles de conocimientos y competencias que otros países y nuestras mejores unidades educativas consiguen.

Las universidades y centros tecnológicos deben comprometerse en la transformación del tejido productivo, comenzando por el fomento del emprendimiento entre sus estudiantes. Y los mejores titulados deberían ser apoyados para completar su formación empresarial y tecnológica en centros de excelencia, con la mirada puesta en la atracción y retención de talento por las unidades de excelencia de las universidades, los centros de investigación y las empresas valencianas. Sin no tenemos esas aspiraciones seremos incapaces de competir con éxito con otras regiones y áreas metropolitanas que ya atraen mucho capital humano y tecnológico y desarrollan más actividades intensivas en conocimiento. Como generan muchas oportunidades de trabajo cualificado y salarios elevados se benefician de procesos de concentración espacial de la renta y la riqueza muy acusados a los que no debemos renunciar.

9) Gestión pública profesionalizada, transparente y al servicio de todos

La competitividad necesita más instituciones de calidad, un sector público que desempeñe eficazmente sus funciones: se necesita una administración financieramente estable, que cuente con recursos suficientes, gestionada de manera eficiente, profesionalizada, y transparente y comprometida con el progreso de todos. La exigencia de mayor profesionalidad de los responsables de nuestro sector público es un clamor entre los administrados que querrían observar mayor estabilidad y competencia en muchas decisiones de la administración y menor influencia de los criterios de afinidad política, recompensa o fidelidad.

Para mejorar su insuficiencia financiera la Comunitat Valenciana necesita poner fin a una injustificada discriminación financiera que dura décadas y ha provocado enormes tensiones financieras y un elevado endeudamiento. Sin resolver este problema será difícil que la Comunitatpueda ofrecer los servicios públicos de calidad que su economía necesita para ser competitiva y socialmente avanzada. Pero no basta con disponer de más recursos: es preciso también gastarlos mejor, de manera que contribuya a la eficiencia de las empresas y no obstaculice su funcionamiento. La calidad de las instituciones es más importante para el crecimiento que las infraestructuras. Sin garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a los servicios fundamentales y luchar contra la pobreza y la exclusión social que generael desempleo de larga duración, la CV tendrá dificultades morales para lograr que la sociedad haga el esfuerzo que requiere la competitividad.

Para lograrlo es necesario erradicar la corrupción, y racionalizar y simplificar la regulación de las actividades económicas. Es preciso impulsar las reformas necesarias, explicando sus objetivos y el coste de no realizarlas. Solo avanzando en la mejora de la eficiencia, la equidad y la transparencia de las actuaciones se recuperará la confianza en las instituciones, tan afectada durante la crisis. Sin ella no mejorará ladisposición de los ciudadanos a cooperarpara que las instituciones funcionen mejor con un coste más reducido. Para lograrlo, hace falta que, como hacen las regiones europeas más avanzadas, las políticas sean más evaluadas por sus resultados que en base a apriorismos ideológicos y que la información sobre las políticas sea mucho más abundante.

10) Las familias deben prestar la misma atención a la educación

Por último, la mejora de la competitividad y la productividad también requiere cambios de valores y actitudes en los que el papel de las familias es clave. Las familias deben saber que para el éxito de la inversión en educación, su contribución y esfuerzo son imprescindibles: es necesario que se comprometan para extender su duración, vigilar su calidad y contribuir con su esfuerzo personal y económico a reforzarla -para mejorar la capacidad de acceder al trabajo y reducir la probabilidad de perder el empleo-. Los valencianos, en especial los jóvenes, necesitan sensibilizarse de que la solución a este problema también depende de ellos e intensificar el conocimiento de idiomas, las habilidades y conocimientos informáticos y los complementos formativos a lo largo de la vida laboral. Convendría promover iniciativas culturales -científicas, artísticas o deportivas- que transmitan que para el desarrollo personal y el aprovechamiento de las oportunidades , es importante poner en valor el conocimiento y cultivarvalores como la disciplina, la creatividad, la cooperación, la solidaridad, los buenos hábitos, la salud y el respeto al medioambiente.

Este decálogo de conclusiones es solo un resumen de las muchas aportaciones, propuestas e iniciativas aportadas por los participantes en las sesiones del Foro, de cuyos resultados daremos cuenta más detallada en el documento resumen que esperamos hacerles llegar antes de que acabe el año.
Permítanme que para terminar destaque la respuesta implícita en estas conclusiones a la pregunta que ha dado título a este Foro Cañada Blanch 2014,: ¿Cómo puede competir la economía valenciana?

Los componentes principales de la respuesta son dos:
El primero es: contando con mejores empresas, que hacen un mayor uso productivo del conocimiento, es decir, que cuentan con personas cada vez mejor preparadas, en especial en los puestos en los que se adoptan las decisiones, que piensan en el largo plazo.

Y el segundo: contando con un sistema educativo, y en especial de educación superior, capaz de formar a los recursos humanos adecuadamente e interactuar con el sistema productivo para responder a los retos que representa participar en la sociedad y la economía del conocimiento.

Cuando se observa la realidad valenciana actual encuentra ejemplos de buenas prácticas en ambos terrenos, el productivo y el formativo, para también mucha heterogeneidad en el conjunto. Las buenas prácticas de las mejores empresas, los mejores centros universitarios y los grupos de investigación valencianos más internacionales indican que aquí es posible lograr resultados excelentes. En cambio, los bajos niveles medios de productividad económica, docente o investigadora, advierten que nos queda una gran tarea para generalizar las buenas prácticas.

Para lograrlo es importante compartir la visión de los problemas, como hemos hecho en este Foro, entiendo que diagnósticos erróneos nos desvien del objetivo y que la práctica de escuchar para responder de paso en más ocasiones a la de escuchar para comprender. Necesitamos una gran corriente de opinión que converja en la necesidad de cambiar para que las reformas no se bloqueen. Esta convergencia de puntos de vista es imposible si las reformas no ofrecen expectativas de que habrá oportunidades para todos y prestan atención al riesgo de que siga aumentando la desigualdad. Sería más decisivo alcanzar compromisos socialesamplios que permitieran actuar sobre los obstáculos que condicionan el desarrollo valenciano delfuturo. En la medida en que los logremos resultará más factible competir, el crecimiento serámás duradero, el empleo de más calidad y el patrón de desarrollo valenciano más sostenible que en el pasado reciente. En cambio, si no conseguimos que esta estrategia cale en el conjunto de la sociedad y no solo entre los ya convencidos corremos el riesgo de que nuestras recientes pérdidas de posiciones relativas en el conjunto de España se hagan irreversibles y nos tengamos que conformar con seguir en el pelotón, situados por debajo de la media y no poder encima como en el pasado.

Estos mensajes son, probablemente, conocidos por muchos de ustedes. Pero uno de nuestros objetivos era, precisamente, que los grupos sociales y profesionales aquí presentes estos dos días sepan, sepamos, que ya muchos vemos las cosas de este modo y podremos, si queremos, dar pasos para avanzar juntos en la misma dirección.