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VALENCIA. El Consell volvió a ofrecer este viernes una rueda de prensa en la que uno de los asuntos estrella fue la defensa de las señas de identidad. En este caso, el titular de Gobernación, Luis Santamaría, se presentó ante los periodistas para explicar el anteproyecto aprobado por el ejecutivo valenciano bajo el pomposo título 'Ley de Señas de Identidad del Pueblo Valenciano'.

Los motivos por los que los valencianos necesitan un entramado legislativo de estas características que les explique qué es lo que son o qué deben temer son un 'misterio', aunque tras diversas preguntas de los medios de comunicación el conseller aclaró al fin que la norma pretende "poner en valor lo que nos define como pueblo" ante "determinadas posturas de ruptura". Es decir, la defensa de las señas de identidad valencianas ante los supuestos ataques del pancatalanismo. 

Un argumento meramente electoral que el PPCV lleva aprovechando durante años. En el pasado, pactando y engullendo posteriormente a Unió Valenciana; cuando su mayoría absoluta fue sólida, creó la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y se preocupó de asfixiar cualquier posibilidad de resurgimiento de este tipo de formaciones regionalistas. Resumiendo, y pese a que algunos votantes 'populares' creen realmente en la defensa de ese valencianismo anticatalán y ponen en duda la unidad de la lengua, el PPCV se ha ocupado en estos años de estos asuntos de una manera particularmente electoralista.

Ahora, a seis meses de elecciones, el Consell pone sobre la mesa una ley de señas de identidad con la que pretende arrastrar ese voto valencianista, no ya solo de las pequeñas formaciones regionalistas que logran unos pocos miles de sufragios, sino también el de los abstencionistas que han perdido la confianza en los 'populares' y que volver al redil al temer un tripartito o cuatripartito de izquierdas, como dirían desde el PPCV, "catalanista". 

LA AVL, FUERA. DENTRO, LA RACV Y LO RAT PENAT

Santamaría se esforzó en la rueda de prensa por recalcar que esta ley "no es de carácter lingüístico" y aseguró que el Consell no pretende con el anteproyecto "entrar en conflicto". No obstante, la norma da especial relevancia a la lengua valenciana como "principal seña de identidad" y el conseller indicó que el respeto a la misma implica "defender su individualidad respecto a las demás lenguas del Estado y su valor como patrimonio propio y exclusivo del pueblo valenciano".

Ahora bien, ni el Consell Valencià de Cultura (CVC), ni la AVL, el órgano estatutario cuya función es determinar y elaborar la normativa lingüística, se encuentran en el Observatorio "independiente" -según lo describió Santamaría- de carácter consultivo que se encargará de la protección, defensa, revalorización y difusión de las señas de identidad. ¿Por qué sí están dentro organizaciones como Lo Rat Penat y la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV) y no las otras?

A esta pregunta, el conseller respondió subrayando que estas entidades "son instituciones de la sociedad civil" y negó que se busque "enfrentamiento" con la decisión. Un enfrentamiento que el Consell ha tenido con la AVL a raíz de la definición del valenciano hecha por la institución en el reciente Diccionari Normatiu Valencià (DNV) y y que venía a decir que 'valenciano' y 'catalán' son dos formas de llamar a la misma lengua. Resumiendo: ahora mismo, al PPCV le viene mejor 'arrimarse' electoralmente a los postulados de la RACV y de Lo Rat Penat que a otros. 

De hecho, en esta línea se inquirió al conseller sobre los motivos por los que no se ha integrado a Acció Cultural o a la Societat Coral El Micalet, a lo que respondió, sin tapujos, que esas instituciones se encuentran "mucho más identificadas con proyectos de integración cultural políticos que este Consell no comparte".

Por otra parte, el anteproyecto, en su artículo 22, establece que la Generalitat y sus entidades en ningún caso podrán otorgar subvenciones que tengan por objeto la realización de una actividad que suponga "un agravio o menosprecio" hacía las señas de identidad del pueblo valenciano recogidas en la ley.

Santamaría insistió en que la norma no es "fiscalizadora, ni represora" ni tampoco busca "quitarle el dinero a ninguna institución", pero señaló que no se podrán emplear subvenciones públicas para actividades que supongan "un ataque" a las señas de identidad, es decir que las "menosprecien" o sean "vejatorias" con las mismas.

EL OBSERVATORIO Y LAS SEÑAS: LA COLOMBICULTURA, UNA DE LAS NOVEDADES

Concretando los miembros del citado Observatorio, estará integrado por el titular de la conselleria con competencias en materia de desarrollo estatutario, que ostentará la presidencia; el titular de la secretaría autonómica a la que le corresponderá la vicepresidencia; el Tribunal de las Aguas; la Junta Rectora del Patronato del Misteri d'Elx; Patronato de la Festa de la Mare de Déu de la Salut d'Algemesí; Federació de Pilota Valenciana; Lo Rat Penat y la Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV).

También formarán parte de este órgano la Federación de Folklore de la Comunidad Valenciana, la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana, la Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer; y la persona titular de la dirección general competente en materia de protección, defensa, revaloración y difusión de las señas de identidad del pueblo valenciano que ostentará la secretaría. El titular de Gobernación explicó que la ley no tiene consignación presupuestaria, ya que estas personas no cobrarán.

Por otro lado, el artículo 6 del anteproyecto de ley señala que se reconocen como señas de identidad del pueblo valenciano la lengua valenciana, el Siglo de Oro de la lengua valenciana, los Reales Monasterios de Santa María de El Puig y Santa María de la Valldigna, el Archivo de la Corona de Aragón, el 9 d'Octubre; Els Furs y el Derecho Civil Foral Valenciano, los bienes de la Comunitat declarados patrimonio de la Humanidad, las bandas de música; el cant d'estil y el folclore valenciano.

También los deportes autóctonos, las fiestas tradicionales, los festejos taurinos tradicionales; las manifestaciones religiosas arraigadas, la gastronomía y productos autóctonos, la indumentaria típica, el arte pirotécnico y la colombicultura, la gran novedad con respecto a lo presentado hace dos semanas.