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VALENCIA. El pleno de la Eurocámara ha dado su aprobación final por una amplia mayoría a la nueva Comisión que presidirá el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Su equipo ha relevado oficialmente al actual Ejecutivo comunitario de José Manuel Durao Barroso el pasado 1 de noviembre.

Finalmente, Miguel Arias Cañete ha sido nombrado comisario europeo también con una amplia mayoría: con 83 votos a favor y 42 en contra y 3 abstenciones, las comisiones de Industria y Medio ambiente del Parlamento Europeo han votado para que el ex ministro español de agricultura sea el responsable de la cartera de Energía y Acción climática.

La canciller alemana, Angela Merkel, apostaba por que el conservador alemán Günther Oettinger continuara cinco años más en Bruselas como comisario de Energía. Pero finalmente el luxemburgués Jean-Claude Juncker propuso a Cañete la cartera de Energía y Acción por el Clima: cartera que fusiona las del alemán Gunther Oettinger y la danesa Connie Hedegaard.

Independientemente de estas consideraciones, me gustaría reflexionar sobre esta cartera que sin duda tiene peso tanto a nivel político como económico teniendo en cuenta que las decisiones de los comisarios se toman de manera colegiada.

No voy a entrar en consideraciones energéticas en profundidad, pero la actual crisis de Ucrania ha puesto en un primer plano la necesidad de mejorar la seguridad energética de la UE y la importancia que tienen las interconexiones entre los Estados miembros. Según el exComisario de Energía Günther Oettinger, "los países de la UE solo podrán ayudarse unos a otros en materia energética si están bien conectados". El 30% del gas que llega a la UE viene de Rusia y la mitad pasa por Ucrania.

El ahora comisario europeo, en su audiencia en el Parlamento Europeo marcó el camino a seguir por la UE en seis grandes líneas de actuación:

1. Avanzar de manera decidida hacia una economía de bajas emisiones de CO2.

2. Disminuir significativamente la emisión de gases de efecto invernadero.

3. Construir un sistema energético que asegure energía asequible a todos los consumidores.

4. Garantizar la seguridad de abastecimiento.

5. Reducir la dependencia de las importaciones de energía.

6. Crear nuevas oportunidades para el crecimiento económico y la creación de empleo.

Todas estas líneas van encaminadas a cumplir los objetivos de la estrategia Europa 2020 de la UE en el área de cambio climático y sostenibilidad energética: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 20%; mejorar la eficiencia energética de la UE en un 20 % y, por último, aumentar el porcentaje correspondiente a las energías renovables en un 20 %. A todo esto hay que sumar la definición de las políticas energéticas y climáticas hasta 2030 y las negociaciones para la cumbre de París de 2015 sobre el clima.

Para conseguir estos ambiciosos objetivos, la UE dispone de diversas fuentes financieras y líneas presupuestarias, de las cuales creo importante destacar las más importantes.

Los fondos estructurales

Los fondos estructurales de la Unión Europea son uno de los principales recursos económicos comunitarios para alcanzar los objetivos climáticos y energéticos de la UE en 2020.

En el periodo 2007-2013 se han invertido 18.500 millones de euros del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y del Fondo de Cohesión en actividades e infraestructuras relacionadas con la reducción de emisiones de carbono, como energías renovables, eficiencia energética y transporte urbano limpio.

Debido al gran impacto que han tenido estas actuaciones, en el nuevo periodo 2014-2020, la Comisión Europea ha establecido unos porcentajes mínimos de asignación de fondos del FEDER en cada región para que los invierta en medidas que apoyen el cambio a una economía con bajas emisiones de CO2:

• un 20% en las regiones más desarrolladas, entre las que se encuentra la Comunidad Valenciana.

• un 15% en las regiones en transición.

• un 12% en las regiones menos desarrolladas.

Esto garantizará una inversión en la UE del FEDER de 23.000 millones de euros durante el periodo 2014-2020 como mínimo, ya que también se realizarán otras inversiones a través del Fondo de Cohesión ─principalmente en los países del este, ya que España ya no recibe fondos de cohesión─ que respaldarán el cambio a una economía con bajas emisiones de CO2.

España, por ejemplo, ya ha presentado en su borrador de Acuerdo de Asociación -aprobado por la CE recientemente-, inversiones por valor 3.200 millones para favorecer la transición hacia una economía baja en carbono. La Comunidad Valenciana no se queda atrás. En efecto, en la propuesta de inversiones para ser financiadas por la UE que la conselleria de Hacienda y Administración Pública envió a Bruselas el pasado mes de julio, se incluyen proyectos por valor total de 201,6 millones de euros en el ámbito del fomento de la movilidad urbana sostenible; la eficiencia energética de las empresas; la reducción de emisiones de CO2 en edificaciones, infraestructuras y servicios públicos; la mejora de la eficiencia energética; y el aumento de las energías renovables para usos térmicos. A esto habría que añadir las inversiones gestionadas por la Administración General del Estado con fondos FEDER asignados a nuestra región y las inversiones de desarrollo urbano para municipios que en estos momentos se están negociando con Madrid y Bruselas.

Estas últimas, fueron motivo de discusión y debate en Bruselas durante los Open Days, cita anual de referencia conocida internacionalmente como la semana europea de las ciudades y los municipios. En este sentido, el alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, tuvo una participación muy activa en este consorcio de ciudades y regiones pioneras en Europa para atraer inversiones medioambientales, manteniendo incluso una reunión con el entonces candidato a comisario Arias Cañete.

Por el momento, es seguro que los municipios de más de 50.000 habitantes percibirán las ayudas de los Fondos Estructurales pero la Generalitat está negociando que los municipios con menor volumen de población puedan participar también en estos fondos, bien directamente bien a través de las diputaciones provinciales y desarrollar así acciones de carácter medioambiental orientadas a disminuir las emisiones de CO2.

También es importante destacar que el Fondo Social Europeo (FSE) apuesta por el empleo "verde" y por ello apoyará medidas dirigidas a reforzar los sistemas de educación y formación necesarios para adaptar los conocimientos y cualificaciones de la mano de obra al trabajo en los sectores relacionados con la energía y el medio ambiente.

El programa comunitario LIFE

Otro de los instrumentos financieros destinados al cambio climático es el Programa LIFE. Este es un programa de la Unión Europea dedicado, de forma exclusiva, al medio ambiente y al cambio climático. Su objetivo general para el período 2014-2020 es contribuir al desarrollo sostenible y al logro de los objetivos y metas de la Estrategia Europa 2020 y de las estrategias y planes comunitarios en materia de medio ambiente y clima.

Cuenta con un subprograma denominado "Acción por el Clima" destinado a mitigar los efectos del calentamiento global, la adaptación al mismo y la gestión e información sobre el clima. Para ello dispondrá de 864 millones de euros para desarrollar acciones innovadoras destinadas a hacer frente al cambio climático.

Mecanismo Conectar Europa (Europe Connecting Facility)

Este mecanismo es más conocido en nuestra región por las infraestructuras de transporte que por las de energía, ya que es el instrumento que financiará en parte el Corredor Mediterráneo. El Mecanismo Conectar Europa pretende desarrollar la preparación y ejecución de proyectos de interés europeo, en el marco de la política de las Redes Transeuropeas en los sectores del transporte, las telecomunicaciones y la energía. En concreto financiará la ejecución de proyectos de interés comunitario encaminados al desarrollo y construcción de infraestructuras y servicios nuevos o a la mejora de infraestructuras y servicios existentes en dichos sectores.

Cuenta con un presupuesto total de más de 33.000 millones de euros para todo el período 2014-2020 de los que unos 5.850 se destinarán específicamente al sector de la energía. Los objetivos que se pretenden con este programa son:

• Aumentar la competitividad fomentando una mayor integración del mercado interior de la energía y la interoperabilidad transfronteriza de las redes de electricidad y gas.

• Aumentar la seguridad del abastecimiento energético de la Unión.

• Contribuir al desarrollo sostenible y a la protección del medio ambiente integrando la energía de fuentes renovables en la red de transporte.

Todos estos fondos comunitarios permitirán en gran medida dar soporte a las políticas energéticas y de cambio climático europeas de la mano de un representante español muy conocedor de los entresijos comunitarios y, sobre todo, un hábil negociador. Cualidades importantes en su cartera. En definitiva, un gran comisario que deberá hacer frente a uno de los grandes desafíos de la Comisión Juncker.
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* Juan Viesca es director general de Proyectos y Fondos Europeos de la Conselleria de Hacienda y Administración Pública.