BERLÍN (EFECOM/Juan Palop). Entre los firmantes se encuentran un gran número de países europeos (aunque no Suiza), territorios dependientes de estados del continente (como Gibraltar), tres naciones latinoamericanas (Argentina, Colombia y México), dos asiáticos (Corea del Sur y Mauricio) y un africano (Suráfrica). Estados Unidos es el gran ausente.
El ministro de Economía español, Luis de Guindos, presente en la conferencia tributaria en la que se suscribió esta iniciativa afirmó que hoy se ha dado un "paso fundamental" en un "tema vital".
Con la firma de este acuerdo, agregó, se ha iniciado "un proceso que va a determinar un nuevo estándar desde el punto de vista del intercambio de información, de colaboración de las autoridades fiscales" y animó a sumarse a la iniciativa al mayor número de estados posible para aprovechar el "efecto red".
El objetivo del pacto es doble, por un lado facilitar la persecución de los individuos que tratan de engañar al fisco ocultando dinero en el extranjero y, por otro, evitar las prácticas -legales pero polémicas- de ingeniería tributaria de ciertas multinacionales.
"No puede ser que las grandes internacionales paguen menos impuestos que la panadería de la esquina", resumió en rueda de prensa el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Por su parte, Michel Sapin, titular de Finanzas francés, tachó de "inaceptable" que unos contribuyentes tuvieran "que pagar impuestos cuando otros no lo hacían" y su homólogo británico, George Osborne, abogó por tratar a los evasores como "delincuentes comunes".
Sapin incidió además en los efectos más prácticos de este acuerdo, pues reforzar la lucha contra el fraude fiscal ayudará a su país a "estabilizar las cuentas públicas", uno de los principales caballos de batalla en materia económica de la segunda mayor economía de la eurozona.
Para varios de los ministros presentes en esta conferencia, el acuerdo de hoy supone una de las primeras reacciones coordinadas a escala global que tratan de subsanar.
Así lo indicó el titular de Finanzas italiano, Pier Carlo Padoan, quien tildó la firma de "ejemplo de reformas estructurales a nivel internacional" y de "una de las primeras respuestas a la crisis económica".
El secretario general la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos), Ángel Gurría, destacó asimismo las "enormes consecuencias políticas" del documento, ya que a su juicio favorecerá la "recuperación de la confianza" de la ciudadanía en las instituciones.
Mediante este pacto, basado en unas reglas de intercambio automático de información financiera pergeñadas por la OCDE, se registrarán a partir de 2016 los datos de todas las nuevas cuentas bancarias y comenzar a intercambiarlos de forma rutinaria desde septiembre de 2017.
Entre los datos que se compartirán están incluidos los saldos, los intereses aplicados, los dividendos, los beneficios procedentes de productos financieros y los números de identificación fiscal (NIF).
Los 50 firmantes van a ser los primeros en implementar este acuerdo, con el que en principio están comprometidos un total de 91 países y jurisdicciones, entre ellos Suiza, Liechtenstein, Singapur y las Islas Caimán. No obstante, hasta 34 han optado por no suscribirlo en Berlín, ya sea por motivos políticos o legales. Otros seis países más se han comprometido a firmar el pacto para 2017.
El gran ausente en este acuerdo es Estados Unidos, que hasta el momento ha preferido firmar acuerdos bilaterales en esta materia a grandes pactos multilaterales.
El Ministerio de Economía español destacó en un comunicado que va a liderar un proyecto piloto para la implantación por Colombia del sistema de intercambio automático de información.
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