Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• Economía incumple con Unión Gremial el criterio que aplicó para excluir a Anged del Observatorio
• El 'problema valenciano' se cuela en Madrid
• A quién le sube y a quién le baja los impuestos Joan Ribó

VALENCIA. El presidente de la Generalitat y del PPCV, Alberto Fabra, viajó este martes a Alicante para participar en los actos del Día de la Persona Emprendedora y no le quedó otra que sentarse al lado de la alcaldesa, Sonia Castedo. Le llevó a casa el presidente una foto que había intentado evitar en otras ocasiones, como cuando fue a la salida de la Volvo Ocean Race hace unas semanas y en las fotos que se colgaron en la página web de la Generalitat no había ni rastro de la alcadesa.

La cuestión es que en el encuentro obligado de ayer, a Fabra y a Castedo les pillaron con escuchitas en el acto al que asistían conjuntamente. Hablaron, por tanto. O eso parece.

Porque de esas conversaciones privadas se pasó a declaraciones públicas que parecían dardos envenenados. Dijo Fabra tras el acto: "José Císcar [vicepresidente del Consell y presidente del PP de Alicante] ya ha hablado con ella y le ha comentado cuál es la situación", en referencia a que la actual alcaldesa no irá en las próximas listas electorales del partido por estar imputada en el caso Brugal.

Y la respuesta de la alcadesa fue la siguiente: "Yo tengo muchos defectos pero yo no miento. Conmigo no ha hablado nadie. Punto pelota. Y no tengo nada más que decir". Y se marchó tras pedir a los periodistas que dejen de preguntarle por lo mismo. "Llevamos tres años seguidos igual...".

El caso de Castedo se ha convertido un auténtico sainetete. Al margen de la imputación, la imagen de la alcaldesa está severamente castigada públicamente por las conversaciones que mantenía con el empresario Enrique Ortiz y su supuesta connivencia para reformar el PGOU al gusto del empresario. Presuntos regalos adornan una relación poco edificante para la política.

Pero Castedo resiste. Niega la mayor. Ella tiene los amigos que quiere y no le han regalado nada, digan lo que digan policias, peritos, jueces o grabaciones. Y quiere repetir. Y aunque cada vez parece que va asumiendo más que no será la candidata del PP en las próximas municipales, hacer que ceda le va a costar a Fabra más que palabras.

Todo, además, con el añadido de meter a Císcar por el medio. Si bien es cierto que el vicepresidente es el responsable del partido en Alicante, la candidatura de una ciudad como Alicante -capital de provincia de más de 50.000 habitantes- no depende de la provincial del PP. Ni tan solo de la dirección regional. Tendrá que ser Génova quien tome esa decisión, pues de Madrid dependen estas candidaturas. 

El espectáculo debe continuar, parecen pensar en el PP. 

Noticias relacionadas

• Pastor sobre Castedo: "Si el partido ve que hay causa, la podría expulsar"