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VALENCIA (VP). "La economía social facturó 150.000 millones en 2013". Esta es un de las cifras que el presidente de la Confederación de Cooperativas de la Comunitat Valenciana, Emili Villaescusa, puso este martes sobre la mesa en un desayuno de trabajo organizado por la Asociación Española de Directivos (AED) en el Hotel Westin de Valencia bajo el título 'Cooperativas: la economía al servicio de la sociedad'.

El acto, al que asistieron medio centenar de directivos, fue presentado por Juan Latorre, vicepresidente de la Comisión Directiva de AED en la Comunitat Valenciana. "El mundo de las cooperativas está ahí, pero es desconocido para muchos directivos", apuntaba. Villaescusa recordaba que existen 4.500 entidades relacionadas con la economía social en España que dan empleo a más de dos millones de personas entre las que se encuentran mutuas, asociaciones, empresas de inserción o entidades singu-lares como la ONCE.

De esta cifra un 50% son cooperativas, además de tener de tener en cuenta que uno de cada tres españoles pertenece a una empresa u organización de la economía social. "Ahora le ponemos el adjetivo social a todo pero lo cierto es que la sociedad está al servicio de la economía y no al revés, pero tenemos que plantear las cosas de otra forma", destacaba Villaescusa.

"Ya hemos superado el debate de decir que las cooperativas no son empresas", apuntaba. De hecho, insistió en que se han creado cooperativas que han terminado transformándose en grandes empresas y muchos no lo saben. Villaescusa resaltó siete principios cooperativos: adhesión voluntaria y abierta, gestión democrática por parte de los socios, participación económica de los socios, autonomía e independencia, formación e información , cooperación entre cooperativas e interés por la comunidad.

Entre los beneficios de las cooperativas como fórmula para crear empresas ha destacado la generación de empleo estable y de calidad. Además, cuestionó el por qué hasta el momento se envía a los jóvenes a emprender en solitario pudiéndolo hacer de manera colectiva. "Es un fórmula ideal para emprendedores en la que ponen en común el conocimiento, el trabajo y una forma distinta de repartir los beneficios".

No obstante, reconoció que uno de los problemas históricos del modelo cooperativo es la falta de financiación. "Hemos aguantado porque los más espabilados han sido capaces de generar reservas en poco tiempo", apunta Villaescusa. Sin embargo, ha destacado la reciente inversión de un fondo de capital riesgo en La Fageda, la cooperativa catalana dedicada a la fabricación de yogures, helados y mermeladas en la que trabaja discapacitados psíquicos.

La directora de Florida Universitaria, Victoria Gómez, fue la encargada de exponer el caso de éxito. "Somos un centro de formación de la vida porque desarrollamos educación de 0 a 100 años", explicaba. "Es una cooperativa integrada por socios que aportan el capital humano y económico a la empresa". "Buscamos formar a personas emprendedoras, que quieran aportar y transformar la sociedad". Entre sus diferentes propuestas, Gómez destacó el Grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación en el que crean cooperativas desde el primer año y van desarrollando la empresa.

Entre todos los servicios que ofrecen ha destacado las escuelas infantiles municipales Ninos que han ido creciendo en tiempos de crisis. "En la parte de la evolución de empleo de Florida hemos crecido en socios y plantilla a tiempo completo hasta llegar a los 199 socios", apuntaba Gómez. "El cooperativismo pone en el centro a las personas y pretende generar riqueza a nivel común".

Sobre el rol del directivo en un modelo cooperativo destacó el liderazgo distribuido. "En una cooperativa los cargos directivos tienen esa capacidad de delegar y compartir el proyecto pero lo más complicado también es gestionar a las personas", explica. Además, insiste en la necesidad de la confianza. "Aquí tenemos que ser mucho más sensibles porque no solo es el rol de trabajador, sino también de socios".