BRUSELAS (EUROPA PRESS). Los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona ratificaron ayer el plan pactado por Francia y Alemania, dotado con hasta 25.000 millones de euros, para acudir al rescate de Grecia si se agravan sus problemas de endeudamiento. El mecanismo consistirá en préstamos bilaterales voluntarios de los países de la eurozona completados por una aportación "sustancial" del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La canciller alemana, Angela Merkel, que se resistía a aprobar el plan de salvamento, acabó dando su visto bueno tras imponer todas sus condiciones. Además de forzar la contribución del FMI (de hasta 10.000 millones de euros), que no era vista con buenos ojos por el resto de los países de la eurozona, Merkel logró que para activar el mecanismo y liberar las ayudas a Grecia se requiera la unanimidad, lo que le da poder de veto. El plan sólo se activará en el caso extremo de que Grecia no pueda conseguir fondos en los mercados
Para contentar a Berlín, los líderes europeos pidieron también al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que cree un grupo de expertos con representantes de los Gobiernos, la Comisión y el Banco Central Europeo (BCE) cuya misión será presentar propuestas para endurecer en el futuro las sanciones contra los países que superen los límites de déficit y deuda y evitar que se repita un nuevo caso como el de Grecia.
Las propuestas deberán estar listas antes de que acabe el año. Aunque la mayoría de países se oponía a la petición de Merkel de llegar incluso a la reforma de los Tratados para poder expulsar de la eurozona a los incumplidores, el acuerdo señala que se explorarán "todas las opciones".
Alemania consiguió además endurecer las condiciones en las que Grecia podrá acceder a los fondos. Aunque en un principio se había pensado que el tipo de interés de los préstamos bilaterales sería la media de la eurozona, muy por debajo del 6% que paga actualmente Atenas, el acuerdo final resalta que el objetivo del mecanismo "no será ofrecer financiación a los tipos de interés medios de la zona euro, sino fijar incentivos para volver a la financiación del mercado lo antes posible mediante un precio basado en el riesgo". Por ello, los tipos de interés no incluirán ningún tipo de subvención.
TRICHET: "ES MUY, MUY MALO..."
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, afirmó ayer que si el Fondo Monetario Internacional (FMI) o cualquier otra institución interviniera en el rescate de Grecia en lugar del Eurogrupo o los gobiernos europeos sería "muy, muy malo".
En una entrevista en la televisión francesa 'Public Sénat', Trichet insistió en que, desde su punto de vista, todo aquello que vaya en contra de la asunción de responsabilidades de los miembros de la zona euro es "malo".
"Queremos que los países miembros de la eurozona ejerciten plenamente, totalmente y fielmente al Tratado en su espíritu y letra, sus responsabilidades", destacó el presidente del BCE.
Francia y Alemania lograron hoy un acuerdo sobre un plan europeo para rescatar a Grecia si se agravan sus problemas de endeudamiento que consistirá en préstamos bilaterales voluntarios completados por una aportación del Fondo Monetario Internacional.
CONTRIBUCIÓN DE ESPAÑA
El plan estará dotado con hasta 25.000 millones de euros. El FMI contribuiría con 10.000 millones de euros, mientras que los préstamos bilaterales voluntarios oscilarían entre los 12.000 y los 15.000 millones de euros, según las fuentes consultadas.
Las contribuciones de los países de la eurozona se basarán en sus respectivas cuotas en el capital del Banco Central Europeo (BCE). La cuota de España en el capital del BCE asciende al 8,3%. No obstante, la contribución final española podría situarse alrededor del 12,5% del total, teniendo en cuenta que los países de fuera de la eurozona, que también aportan capital al Banco, no contribuirán en principio al rescate griego.
Considerando estas variables, las autoridades españolas calculan que les corresponden 2.000 millones de euros. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no confirmó la cifra pero señaló que España "aportará lo que le corresponde por su peso, del PIB y de la población" pese a sus problemas económicos. En este sentido, aclaró que esta participación computará como deuda y no como déficit al tratarse de préstamos, y recordó que "la deuda española está 20 puntos por debajo de la media europea". La cuota de Alemania se sitúa en el 18,9%, la de Francia en el 14,2% y la de Italia en el 12,4%.
El pacto franco-alemán se produjo justo antes del inicio en Bruselas de la tradicional cumbre de primavera de líderes europeos tras 48 horas de intensos contactos entre los líderes europeos y se comunicó en primer lugar al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y al presidente del BCE, Jean-Claude Trichet. A continuación, se hizo llegar al resto de líderes de la eurozona y fue ratificado por el Eurogrupo.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, jugó un "papel destacado" en la consecución del compromiso aunque no estuvo presente en la reunión que le dio el "toque final", según explicaron fuentes gubernamentales. Zapatero desayunó con Van Rompuy y mantuvo una conversación telefónica con la canciller Merkel poco después de las 14:00 horas.
Además, fue Zapatero el que, con Sarkozy, reclamó la convocatoria de la reunión del Eurogrupo el pasado martes. El presidente del Gobierno insistió esta mañana en que era "de gran importancia" para la estabilidad del sistema financiero y de la economía que los líderes europeos pacten hoy el plan para rescatar a Grecia si se agrava su crisis de endeudamiento.
En la rueda de prensa posterior a la cumbre social tripartita, Zapatero resaltó que la solución debe ser "fundamentalmente europea" aunque consideró "admisible" la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI). Se mostró dispuesto a "mejorar los mecanismos dentro del Pacto de Estabilidad, pero insistió en que "hoy la UE tiene que demostrar el compromiso con el euro y el compromiso con los países que lo integran, haciendo bien las cosas".
Por su parte, la canciller Merkel volvió a destacar poco antes del inicio de la cumbre que la posibilidad de un rescate a Grecia que combine la intervención del FMI y las ayudas bilaterales debe ser "la última opción", y sólo en caso de que el país heleno no pueda conseguir el dinero por sí mismo.
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