VALENCIA. ¿Cuál es la edad ideal para crear nuestro negocio? ¿Es mejor emprender joven o esperar un tiempo? Muchas son las voces favorables a que los jóvenes emprendan sus propios negocios como mecanismo para salir de la crisis. De hecho, alguna de las medidas del Gobierno ha ido encaminadas a favorecer el emprendimiento entre los jóvenes menores de 30 años.
Es cierto que los menores de treinta años son uno de los colectivos con mayor potencial de innovación y creatividad, pero las personas más adultas pueden aportar otros factores que sin duda pueden beneficiar nuestro negocio, como es el bagaje empresarial, conocido como el know how.
Cuando una persona decide comenzar una aventura empresarial a partir de los 40 años no ha de preocuparse en absoluto en pensar que son demasiado mayores para emprender, sino todo lo contrario. Cuentan con una serie de ventajas con respecto a los jóvenes que les hace diferentes.
En primer lugar, la experiencia es un grado. Pasados los treinta años, los emprendedores suelen tener una amplia experiencia en los negocios y una formación empresarial que les hace no caer en los errores de los principiantes, centrando todos sus esfuerzos en lo que realmente merece la pena. Además, cuentan con una mayor red de contactos profesionales, un activo que en muchas ocasiones marca la diferencia entre un negocio u otro, y que suele tomarse con cierta pasividad en la mayoría de ocasiones.
En segundo lugar, lo habitual a esa edad es que el emprendedor haya trabajado previamente como empleado para otras empresas. Algo que le aporta una perspectiva muy necesaria para tener una visión general de lo que es un negocio.
En tercer lugar, la persona tiene un nivel de madurez y de claridad de ideas que no tiene antes de los treinta, ya que la experiencia es básica para poder crecer como profesional. La etapa de los cuarenta años es un momento de libertad personal en el que la persona se ha liberado de muchos miedos y barreras internas. Al sentirse mejor consigo misma también arriesga más.
Para el emprendedor, la experiencia es, por lo tanto, algo muy importante para ver con distancia la actividad a emprender, así como para poder encontrar y evitar cometer errores. Desde ese punto es mejor emprender a los 40 y no a los 20.
Además, cuanto más esperemos, más dinero habremos ahorrado para montar nuestro negocio, y menos tendremos que pedir prestado, hecho que hará que nuestro negocio sea mucho más solvente que aquellos que cuentan con un alto grado de apalancamiento o deuda. Ya que a los cuarenta se miran más los pasivos (familia, trayectoria profesional, o si se tiene una deuda...) que los activos.
Al igual que no hay momento malo o idóneo para emprender, tampoco hay edad mala para emprender nuestro negocio. Todo depende de las ganas que tengamos para ello. Emprender es arriesgarse, y da igual si tenemos 20, 40 o 70 años. Cada edad nos proporciona una madurez totalmente diferente, lo que supone un activo muy beneficioso para nuestro negocio del que deberemos sacar partido para llevar la empresa al éxito.
Pasados los 40 es un buen momento para empezar de nuevo a nivel profesional y asumir la responsabilidad de ser tu propio jefe. ¡Adelante!
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Artículo de Womenalia
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