VALENCIA (FOTOS: EVA MÁÑEZ). Las aguas bajan revueltas en el Partido Popular de la Comunitat Valenciana. El malestar en las familias -es justo denominarlas así- de la formación que lidera Alberto Fabra empieza a ser incontrolable. El caso del topo, la línea roja del presidente y la desastrosa encuesta -para el PPCV- publicada por El País este jueves son algunas de las gotas que ha colmado el vaso para varios referentes del partido.
Con el escenario actual, en distintos sectores del PPCV admiten su deseo de que la dirección nacional de la formación 'popular' tome cartas en el asunto y eleve finalmente a un candidato distinto a Fabra para las elecciones autonómicas. La incertidumbre que vive el presidente es un hecho. Lo demuestran decisiones personales como la de haber nombrado ya un comité de campaña -se aprobó el miércoles-, un intento, a juicio de varios dirigentes, de "forzar la máquina" para ser el cabeza de lista a la Generalitat. "Es extraño crear un comité a siete meses de las elecciones cuando no está confirmado el candidato", admite un veterano diputado autonómico.
Génova, que maneja encuestas autonómicas, está al tanto de los problemas del PPCV. Ahora bien, según señalan dirigentes del partido en Madrid, Mariano Rajoy solo tiene en su cabeza de cara a los próximos meses tres prioridades: tratar de solucionar el problema de Cataluña, conseguir que cale su mensaje de recuperación económica y, este no estaba en su agenda, resolver la crisis del ébola. Los problemas de candidaturas los dejará posiblemente para el mes de enero. En este sentido, aunque el elegido a encabezar la lista fuera otro, tendría sentido que el actual presidente terminara la legislatura.
LAS TENSIONES VAN POR 'BARRIOS' EN EL PPCV
El caso del topo sigue llenando páginas de medios autonómicos y nacionales. La información publicada este jueves por el diario Levante, apunta a un informe de dirigentes del PP en el que se narra el "acoso" del entorno de Fabra al vicepresidente del Consell, José Císcar. Uno de los ejes del documento es el supuesto interrogatorio en dependencias policiales llevado a cabo por el jefe de escoltas del presidente a un asesor de prensa del número dos del Gobierno valenciano. El informe, según narra el citado diario, ha sido recibido también en Génova.
Este asunto ha terminado de quebrar las relaciones entre el Palau de la Generalitat y el Palau dels Valeriola, donde se ubica la Conselleria de Presidencia que lidera Císcar. El malestar en el entorno del también líder del PP alicantino es notorio: la rivalidad política entre miembros del equipo de Fabra y los afines a Císcar ha traspasado con el caso del topo un punto de difícil retorno. En este momento, la preferencia es clara: si hay otro candidato distinto a Fabra, mejor.
Los afines al presidente de la Diputación de Valencia y líder del PPCV, Alfonso Rus, tampoco son precisamente unos aliados para Fabra. Este caso es distinto al de Císcar, quien a lo largo de la legislatura sí estuvo un periodo de tiempo muy próximo al jefe del Consell. Los rusistas, en cambio, resistieron al inicio de legislatura el pulso con el presidente cuando situó a Serafín Castellano (rival histórico de Rus) como secretario general del PPCV. Cuando Fabra terminó por relevarlo tras las elecciones europeas, tampoco corrieron a abrazarse con el presidente. Así, el barón provincial ha contravenido públicamente las opiniones del jefe del Consell o ha realizado críticas a actuaciones del Gobierno valenciano cuando lo ha creído oportuno, sin ir más lejos este miércoles en el Comité Ejecutivo Regional del PPCV. Fuentes del entorno de Rus señalaron a este diario que en la dirección provincial, una vez vistas las últimas encuestas, opinan que debería darse "un golpe de timón" en la candidatura.
Tampoco el sector democristiano está con Fabra. El discurso de Juan Cotino en el comité del PPCV anunciando su marcha como presidente de Les Corts no dejó lugar a dudas. Elogió a Francisco Camps y a Rita Barberá, sin nombrar al actual líder, al que lanzó un dardo al criticar las "líneas de color" en el ámbito judicial. Una referencia expresa a la llamada 'línea roja' establecida por Fabra en esta legislatura. Aunque los fieles a Cotino han descendido en los últimos tiempos, los dirigentes del llamado sector democristiano en el PP son poderosos: un ejemplo de ello, es el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, muy próximo a Mariano Rajoy y con buena relación con Cotino. El propio ministro ha llegado a sonar como un posible candidato a la Generalitat, aunque él mismo se ha autodescartado públicametne. En cualquier caso, en este sector opinan que habría que impulsar a un candidato distinto a Fabra.
En cuanto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, el mero hecho de que sea la única dirigente del PPCV que puede compartir más de tres horas en La Moncloa con Mariano Rajoy sin dar cuentas a nadie habla por sí solo. En el encuentro, de cuyo contenido concreto no se informó, se entiende que la situación de los 'populares' valencianos estuvo sobre la mesa e incluso muchos dirigentes de la formación 'popular' creen que hubo oferta formal para que Barberá fuera la candidata a la Generalitat. En cualquier caso, la alcaldesa no se ha caracterizado en la legislatura por ser una de las aliadas de Fabra, sino más bien todo lo contrario.
Pese a que el líder del PPCV no ha tenido en los últimos meses un apoyo especialmente sólido de las distintas familias, se había llegado a dar por hecho que sería el candidato, asumiendo la probable pérdida de la mayoría absoluta pero recibiendo la oportunidad de medirse en las urnas. Sin embargo, tras el verano y con el actual escenario, sumados los últimos hechos, en los distintos sectores de la formación 'popular' está creciendo de forma generalizada la opinión de que Génova debería tomar la determinación de apostar por otro candidato que pueda mejorar los resultados que ahora mismo arrojan los sondeos.
Buenas noches: han tenido casi veinte (20) años el poder absoluto podrían haber dejado esta ciudad y esta Comunidad en magnifica situación.Toda la inteligencia y energia de sus dirigentes la han utilizado para su propios beneficios y los de su partido.Una verdadera pena ya nada será igual cambian a Fabra o no.Pura verguenza leer ,las cosas que aún sucede.¿Es que no hay nadie en ese partido capaz de frenar esta sangria moral y de votos que se esta observando.Es, como si desearán acabar con todo.Pena realmente lo mismo que en Madrid,lo mismo que en Andalucía los del PSOE la gente ya no tiene en quien confiar.- Un saludo Alejandro Pillado Tarifa 2014
Me gustaría saber qué llamada se ha recibido esta mañana en el períodico para que en la foto que ilustra la noticia se haya eliminado la bandera con la cruz gamada que aparecía ayer, porque estaba, durante la procesión del 9 de octubre. Ocultar la realidad no es la mejor manera de informar. Me gustaría que publicaran este comentario.
La verdad que el actual Consell es lo mas decente que ha tenido el PPCV en tiempos, pero el problema no esta aquí, si no en el maltrato del PP como partido a la CV (Psoe antes) , y los de aquí no olvidamos (vease Psoe). Ya vale del Levante feliz, nos han dado por todos los sitios, y al final nos haremos nacionalistas a la fuerza. Las cosas son así, mas claro agua. Si piensan que cambiando el cartel se recuperan, no merecen seguir al frente de la CV, hay que ser cortos.
Probablement el millor dirigent que ha tengut el PP, o almenys, el més honest, dintre de la "podredumbre" d'eixe partit. El posaren per a netejar, però no els agradat als companys i ara el sacrificaran...
Que no se hagan los remolones ni los idiotas: El Problema del PP en Valencia no es Fabra, sino el propio PP. A Fabra lo puso y lo eligió Génova, ni los valencianos ni el PP valenciano. Es el PP el que maltrata a los valencianos sistemáticamente, como si de una colonia de la península barataria se tratara: nos infrafinancia, nos ningunea, nos perjudica, invierte mucho menos en Valencia por persona que en muchas otras Comunidades, no respeta nuestra cultura, cierra la televisión autonómica cuando las hay en peor situación, y dice defender lo nuestro cuando solo es pura pose. Los valencianos estamos hartos del PP. Hemos sido leales al partido durante mucho tiempo, y lo único que hemos recibido son bofetadas, endeudarnos más para cubrir nuestros servicios públicos y pagar más impuestos. Mientras, el PP está dispuesto a sentarse con los de Convergencia para revisar la Constitución y darles el concierto económico y más dinero a los nacionalistas catalanes. Pero en Valencia pretenden ponerse el sello de anticatalanistas. Cuando es todo lo contrario. ¡No queremos más PP en Valencia¡
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