VALENCIA. Feria Valencia es una empresa privada, según el dictamen del Consell Jurídic Consultiu (CJC). "¿Entonces, quién es su dueño?". La pregunta se quedó flotando en hasta tres conversaciones telefónicas mantenidas este martes por ValenciaPlaza.com con las partes vinculadas a la institución ferial.
Lo cierto es que Feria Valencia no tiene accionistas. Su forma societaria es, salvando las distancias, semejante a la que tenían las cajas de ahorros. Son empresas privadas pero sin accionistas. En el consejo de administración se sientan fundamentalmente administraciones públicas. Pero el concepto de propietario no existe. La institución ferial no es de nadie. Pero tampoco es de todos, según el informe del CJC.
Esta situación se modificará de salir adelante el plan de viabilidad que diseñó en su día el nuevo equipo directivo de la feria, con José Vicente González en la presidencia y Enrique Soto en la dirección, y que se paralizó tras el informe de la Intervención de la Generalitat que desveló los elevados sobrecostes de la ampliación y reclamaba al Consell que tomara las riendas de la institución ante la evidencia de que tendrá que pagar más de mil millones por las obras.
Según las fuentes consultadas por este periódico, la separación de Feria Valencia en dos sociedades se retomará en breve. Una, la que se ha venido en llamar la feria mala, se quedará con los edificios y será propiedad de la Generalitat Valenciana, que al fin y al cabo será quien los pague.
La otra sociedad será la que se quede con la concesión que actualmente tiene Feria Valencia para organizar eventos y que expira en 2051 así como con las marcas de los distintos certámenes propios y el conocimiento que lleva aparejado. Es decir, el negocio de organizar ferias.
Según ha podido saber ValenciaPlaza.com, esa parte saldrá a concurso público para ser adjudicado a una empresa privada. Es la paradoja que vive la institución en estos momentos: es necesario privatizar una empresa que, supuestamente, es privada.
Las fuentes concocedoras de la operación consultadas por este periódico señalan que aún no se sabe con detalle como se procederá a esa privatización, si bien se garantiza que será un proceso abierto y con publicidad. Los nuevos dueños del negocio de Feria Valencia, con toda probabilidad, tendrán que pagar un canon anual a la sociedad que se quede los edificios y que servirá para que la Generalitat recupere parte de los 1.027 millones que tendrá que pagar por los préstamos de la ampliación que avaló.
La nueva sociedad realmente privada, es decir, con accionistas, podría contar con una participación pública simbólica para controlar dos aspectos fundamentales: que el uso de los activos de negocio propios de Feria Valencia, como las principales ferias y sus marcas (Hábitat, Cevisama, Franquicia...) se siguen explotando en colaboración con los sectores empresariales así como el compromiso de seguir aportando dinero a la Generalitat en pago por los edificios.
HASTA EL FINAL DE LA CONCESIÓN Y MÁS SI SE PRORROGA
La intención es que la operadora privada de Feria Valencia haga aportaciones a la 'feria mala' hasta el final de la concesión, y que, en el caso de que se renovara por 50 años, por ejemplo, mantenga el compromisop de seguir realizando estas aportaciones.
Precisamente la concesión es un elemento clave incluso en el caso de la constitución de la empresa pública que se quedará con los edificios. Los pabellones, que serán de la Generalitat según el plan previsto inicialmente, están sobre el suelo público que el Ayuntamiento de Valencia tiene cedido en calidad de concesión. Al final de la misma, 2051, todo lo que esté sobre ese suelo será propiedad del consistorio.
Este es un problema para la Generalitat, ya que entre las opciones para recuperar parte de la inversión está vender los pabellones a algún fondo inmobiliario. Dado que con ese modelo de concesión no habrá interesados -los edificios no serían suyos al final de la concesión- en el Consell y en la propia feria quieren introducir modificaciones en el contrato del Ayuntamiento y Feria Valencia.
El objetivo es que el consistorio ceda su derecho futuro a cambio de una participación accionarial. Pero la actual alcaldesa y presidenta del patronato de la feria, Rita Barberá, no se muestra partidaria de esta vía.
La deuda que tiene feria valencia no sera privada si no la pagaremos todos los contribuyentes, no son listos estos pajaros. Que investiguen los partidos de la oposicion el uso de las tarjetas visa oro de los directivos de feria valencia y exdirectivos.
Algunos altos cargos deben estar ya actualizando el curriculum para la feria buena. Y vuelta a empezar....
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