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PARÍS (EFE). Las zonas de costa bañadas por el Mediterráneo fueron las más solicitadas por los inversores franceses que se han acercado hasta la primera edición del Salón Inmobiliario y del Turismo Español en París (SITEP), que se inauguró este viernes y se clausuró este domingo. 

"Para los compradores tener el mar cerca es un criterio muy importante" explicó el responsable de la inmobiliaria Zapinvest, Jonathan Buchet, para quien la clientela busca "sol todo el año y zonas que tengan aeropuertos cercanos".

El presidente de la Cámara de Comercio de España en Francia (COCEF), José Miguel García, destacó que Barcelona, Andalucía y la Comunitat Valenciana fueron las más demandadas, en una cita que en sus cerca de 40 expositores ha permitido descubrir otras regiones que el público no conocía o tenía menos exploradas, como Murcia o Cádiz.

Los presupuestos barajados durante estos tres días han sido variados y han ido desde los 50.000 euros hasta más de un millón, dependiendo del tipo de propiedad y de la zona, pero el presupuesto medio del visitante, según coinciden los expositores, oscila entre los 100.000 y los 200.000 euros.

En cuanto al tipo de vivienda, según Buchet, "sobre apartamentos de dos habitaciones que tengan terraza o terreno alrededor para poder aprovechar el buen tiempo", una de las razones principales que hizo que el año pasado España fuera visitada por cerca de 10 millones de franceses.

El comprador galo supera los 50 años y aspira a encontrar una segunda residencia donde poder pasar largas temporadas después de la jubilación, o un inmueble al que se le pueda sacar rentabilidad a través del alquiler.

Es el caso de Gregory Torrents, de 31 años, que comentó haber acudido hasta el SITEP para informarse sobre el mercado y el nivel de rentabilidad. En concreto, en Cataluña, definida por este inversor profesional como "la zona más dinámica de España".

La costa, frente a las zonas del interior, se confirma así como la principal zona de interés de los inversores franceses, que en 2013 se colocaron como los terceros compradores extranjeros de bienes inmuebles en España, por detrás de los británicos, con cerca de 4.000 viviendas que supusieron el 10 % del total de esas ventas.

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