WASHINGTON (EFECOM / Alfonso Fernández). De este modo, todo está preparado para que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, en inglés) del banco central dé por finalizada en octubre la tercera ronda de inyección de liquidez lanzada para estimular la recuperación económica lanzada en septiembre de 2012.
La Fed inició la retirada de este programa a finales de 2013, bajo la presidencia de Ben Bernanke, y en cada reunión desde entonces ha rebajado en 10.000 millones el volumen mensual de compra de bonos.
El comunicado de la FOMC subrayó que la actividad económica en EEUU había mejorado ligeramente respecto a su anterior reunión de julio, pero matizó que se mantiene la preocupación por la debilidad en el mercado laboral.
"El mercado laboral tiene todavía que recuperarse del todo. Todavía hay demasiada gente que busca trabajo y no los puede encontrar", afirmó Janet Yellen, que sustituyó a Bernanke al frente de la Fed en febrero de este año, en la rueda de prensa posterior a la publicación del comunicado de política monetaria. "Y muchos de los que no están buscando trabajo", agregó, "lo estarían haciendo si el mercado laboral fuese más fuerte".
Para Yellen, el descenso registrado en la tasa de desempleo en los últimos doce meses, en los que se pasó del 7,2% de agosto de 2013 al actual 6,1 %, es todavía demasiado lento.
La otra gran duda del encuentro era observar si la Fed dejaba entrever alguna pista sobre la eventual subida de los tipos de interés de referencia, actualmente entre el 0 % y el 0,25 % desde 2008, que los analistas prevén para mitad de 2015.
Yellen esquivó las preguntas de los periodistas con habilidad y dejó claro que los progresos económicos son aún pequeños. Por ello, remarcó que no se espera que los tipos sean modificados en un "tiempo considerable".
Pero, matizó rápidamente, no existe una "interpretación mecánica" de esta expresión, y subrayó que la Fed cuenta con la suficiente "flexibilidad" para adaptarse a cambios en las circunstancias.
Yellen defendió como argumento para cautela las leve rebaja de la perspectivas de crecimiento para EEUU para 2014 a entre un 2 % y un 2,2 %, y para 2015 las rebajó entre un 2,6 % y un 3 %. Asimismo, pronostica que se cierre el año con un desempleo en torno al 6 % y no se baje del 5 % hasta 2017.
El banco central estadounidense ha venido reduciendo sus pronósticos de crecimiento de manera consecutiva en sus dos últimas actualizaciones (marzo y junio). La inflación, por su parte, parece controlada por debajo de la meta del 2 %, después de que el Departamento de Trabajo informase hoy que se había situado en 1,7 interanual.
La decisión del banco central estadounidense se saldó con ocho votos a favor y dos en contra, los de los presidentes de la Reserva Federal de Filadelfia, Charles Plosser, y de Dallas, Richard Fischer.
Ambos se mostraron su desacuerdo porque el lenguaje empleado no dejase entrever con más claridad la posibilidad de una modificación de los tipos antes de lo esperado.
Por su parte, los mercados dieron la bienvenida al compromiso de la Fed de no finalizar antes de tiempo la era del dinero barato, y el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, cerró con una subida del 0,15 % suficiente para firmar un nuevo récord histórico. La próxima reunión de la Fed para analizar la política monetaria, la penúltima del año, está prevista para el 29 y 30 de octubre.
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