VALENCIA. La muerte de Isidoro Álvarez a los 79 años ha sido una noticia inesperada dentro de El Corte Inglés (ECI), pero no ha cogido a la empresa desprevenida.
Lo que el pasado miércoles parecía una insuficiencia respiratoria de la que podría salir sin mayor contratiempo ha terminado por abrir de forma luctuosa el proceso sucesorio al frente de los grandes almacenes españoles de referencia.
Ya el pasado año, Álvarez renovó buena parte del consejo de administración de la empresa e introdujo como consejero director general de la empresa a su sobrino Dimas Gimeno Álvarez, que comenzó un proceso de renovación que ha empezado a dar sus primeros frutos.
Las bases de este cambio son el establecimiento de un nuevo equipo, más joven y dinámico; regenerar el consejo de administración; aplicar un lavado de imagen de una estructura obsoleta como la de la compañía; potenciar las distintas áreas de negocio con las que cuenta con una nueva política de bajos precios y el lanzamiento de marcas blancas; además de abrirse a los mercados financieros mayoristas para no depender de la banca.
Al tiempo, su tío optó por reforzar estas medidas con un hombre de su absoluta confianza y muy conocido en el negocio financiero: Manuel Pizarro. El expresidente de Ibercaja y vicepresidente de la Bolsa de Madrid, se incorporó como adjunto a la presidencia para asesorar en temas financieros y respaldar con sus contactos y capacidades la nueva estrategia del grupo.
LA BOLSA ESPERA A EL CORTE INGLÉS
Tras el fallecimiento de Álvarez, aumentan las expectativas de que El Corte Inglés saque a bolsa una parte de su capital. Su carácter conservador le había hecho mantener sus reservas ante esta opción y seguir optando por la financiación bancaria, como había hecho desde siempre.
Ironías del destino Álvarez ha muerto en la misma semana que Emilio Botín, su principal valedor bancario y de hecho socio.
EL APOYO DE BOTÍN
La venta al Santander de la financiera de la cadena hace casi un año se tradujo en una inyección de liquidez en las arcas de la compañía de unos 250 millones de euros.
Pero la alegría no quedaba ahí porque un mes después Dimas Gimeno logró apuntarse un gran -y muy valioso- tanto, al refinanciar en tiempo récord un préstamo sindicado de casi 5.000 millones de euros para refinanciar su deuda bancaria. Una operación a ocho años vista que aseguraba las necesidades de financiación del grupo y alejaba así la posibilidad de salir a bolsa.
Unas necesidades que se mitigaron todavía más a primeros de noviembre de 2013 cuando El Corte Inglés llevó a cabo su primera emisión de bonos por valor de 600 millones de euros para inversores institucionales a dos años de vencimiento. Dos fueron las entidades que suscribieron dicha emisión: Deutsche Bank se quedó 225 millones y... Banco Santander se metió en cartera 375 millones.
APROVECHAR EL PARQUÉ
Sin embargo, el nombramiento de Manuel Pizarro como adjunto a la presidencia de ECI en junio de este año volvió a traer consigo la posibilidad de salir a bolsa. De hecho, su nuevo asesor no tardó mucho en volver a recomendar a Isidoro Álvarez las ventajas de salir al parqué bursátil.
"Éste sería un buen momento para que El Corte Inglés se planteara la posibilidad de cotizar en bolsa porque ha mejorado -y mucho- la confianza de los inversores extranjeros hacia España", apunta un broker de una reputada mesa bursátil madrileña.
EL 'EFECTO PIZARRO'
"Sería poner en valor a una de las mayores empresas nacionales, lograría reducir su deuda -incluso eliminarla dependiendo del porcentaje que sacaran a bolsa- y, además, contaría con el aval de un Pizarro con una dilatada experiencia en los mercados financieros", añade.
Lo cierto es que no le falta razón porque a buen seguro que no habría problemas en contactar con colocadores institucionales de primer nivel mundial teniendo en cuenta su agenda; por no hablar de que ello supondría el reducir notablemente su histórica dependencia a la financiación bancaria.
El nombramiento como ‘número dos' de Dimas Gimeno ya supuso un histórico cambio en la larga historia de estos grandes almacenes que habían perdido la hegemonía indiscutible para lograr cambiar la mentalidad de un grupo que siempre ha funcionado 'tirando de bancos'. Con la llegada de Pizarro y el fallecimiento de Álvarez gana peso -y mucho- que El Corte Inglés se convirtiera en una compañía cotizada.
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