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VALENCIA. El futuro del turismo no viene por el mar. La llegada de cruceristas a la ciudad de Valencia se redujo en 2013 un 1,4% hasta los 473.000 viajeros y la previsión de la Asociación Empresarial de Agencias de Viajes de la Comunitat Valenciana (Aedave) es que en 2014 esta bajada sea de alrededor de 15%, quedando en menos de 400.000.

Esta caída no es fortuita y se suma a la serie de frustraciones que se han ido produciendo, por culpa de unas expectativas muy alejadas de la realidad, en opinión de la presidenta de Aedave, Teresa Altarejos. "La definición de Valencia como destino turístico de cruceros se debía haber enfocado de otra manera para evitar esta caída", señala.

Sin contar con un aeropuerto internacional para ser puerto de salida (como sí que lo es Barcelona), desde el sector se entiende que se ha tocado techo y el volumen de cruceristas se moverá en torno a los niveles actuales. Una cifra muy alejada del millón de personas que se esperaba ver bajar de los barcos a lo largo de un año ideal y más próxima a la demanda objetiva del destino.

IDEAS ZOMBIE Y OTRAS MENTIRAS

Entre los pecados capitales que se han cometido está desde el hecho de no tener en cuenta los intereses y necesidades de las compañías navieras, que son las que eligen el puerto; hasta no tener en cuenta las costumbres del propio negocio crucerista. Además, en la ciudad se despertaron unas expectativas de venta a los comerciales que no iban a tener nada que ver con la realidad.

Tomando la terminología del premio Nobel, Paul Krugman, entre estas falsas ideas compartidas de forma poco reflexivas, las 'ideas zombie', se armó un espejismo que pasaba por entender que este turismo estaba destinado a viajeros de lujo con alto poder adquisitivo y ganas de gastar, aunque en el mejor la media ha sido de 12 a 15 euros por persona.

"Se presentó a los cruceros como la alternativa a los grandes eventos", lamenta Altarejos, y además iban a ser para siempre. Y es que no se tuvo en cuenta que las compañías navieras renuevan sus destinos cada cierto tiempo para ofrecer novedades a sus clientes. 

CRUCEROS, LOS NUEVOS GRANDES EVENTOS

Por otra parte, también se olvidó advertir que, sin perder navieras, también se puede perder viajeros. La razón está en que no todos los barcos son iguales. Por ejemplo, MSC atracaba en Valencia con cruceros de 3.500 plazas, mientras que este año lo está haciendo con otros de 2.500. Teniendo en cuenta que esta compañía aporta el 25% de los cruceros que llegan a la ciudad, Altarejos también recomienda que se le trate mejor para reforzar su fidelidad.

En todo caso, que la ciudad de Valencia haya alcanzado las cifras actuales no es una mala noticia para el sector. De hecho, si se toma perspectiva y contexto, se ha duplicado el número en los últimos cinco años, un periodo que en el que se ha llevado un línea inversa a la media nacional.

Mientras que en 2010 se creció en Valencia un 37%, en 2011 un 49% y en 2012 un 26,9%; la media estatal fue de un crecimiento del 17% en 2010 y del 11,5% en 2011, más una caída del 5% en 2012.