VALENCIA. La Generalitat ha pecado de "garantista". Esa es la impresión de buena parte de los interesados en la adjudicación por concurso público de l'Oceanogràfic y el Àgora de la Ciutat de les Arts i les Ciencies de Valencia (Cacsa), ofertadas en un paquete único.
El estudio de las condiciones impuestas por la Generalitat para esta adjudicación ha retraído a buena parte de las empresas inicialmente interesadas. De hecho, desde la apertura del proceso sólo dos aspirantes se han acercado a las instalaciones para cumplir con el trámite de 'pisar' el complejo entero, ya que también incluye la programación del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe y de l'Hemisfèric.
Las dos que lo han hecho han sido Parques Reunidos, que ya explota l'Oceanogràfic desde hace 11 años (los diez de la primera adjudicación más un año de prórroga) y la candidatura encabezada por Aguas de Valencia.
LAS TRABAS PARA LA ADJUDICACIÓN
Aunque el plazo para solicitar la visita de complejo está abierta hasta octubre, lo cierto es que la publicación de las condiciones ha enfriado el ánimo de otros candidatos que han preferido seguir estudiando la forma de encajar las demandas públicas con sus expectativas de negocio o no han vuelto a dar señales de vida.
Los puntos más polémicos son siete:
#1 El pliego se define como de un contrato de "riesgo y ventura" por 15 años para el adjudicatario con cánones variables garantizados sin revisión posible. Este hecho hace que sean interpretados los planteamientos como comprometedores y no como incentivadores de la actividad.
#2 Los objetivos han de fijarse con anterioridad para todo ese periodo, un plazo muy largo e inusual para este tipo de contratos, además de estar sujeto a muchas incertidumbres.
#3 La adjudicación incluye además una fiscalización por parte de la Generalitat casi diaria, lo que dificulta actuar con la agilidad e independencia que requieren este tipo de instalaciones cuando se asumen riesgos de esta envergadura con la inversión que lleva asociada, según fuentes conocedoras del proceso.
#4 El desequilibrio de las condiciones que se establecen entre quien adjudica y el adjudicatario es otro de los puntos sensibles, al establecerse "derechos y obligaciones" para el gestor, mientras que para Cacsa se asume "derechos y prerrogativas", según el propio pliego.
#5 Las condiciones penalizan la inversión del adjudicatario, ya que no se puntúan ni se priman, al tener que restarse del margen de beneficio. Aunque se establece una inversión obligatoria de 3,3 millones de euros y unas inversiones facultativas de 7 millones, el problema surge ante el hecho de que la mayor inversión resta ingresos a la Generalitat, por lo que cualquier previsión en ese sentido resta puntos al aspirante que quiera realizarlas.
#6 La parte económica se valora sobre 60 puntos, mientras que el plan director sobre 40. Esta segunda parte se basa en una valoración subjetiva, pero distintas fuentes echan en falta apartados muy relevantes a la hora de definirla.
#7 El pliego no da ningún punto al plan de mantenimiento del complejo, pero sí penalizaciones por parte de Cacsa en aspectos referidos en su mayoría al mantenimiento, lo que se interpreta como incoherente.
EL RIESGO DE UNA VUELTA ATRÁS
Algunos adjudicatarios defienden que las motivaciones del Consell para imponer estas exigencias vienen de una manera de entender la salvaguarda de los intereses públicos "excesivamente celosa". Sin embargo, no descartan que un posible incumplimiento de las demandas obligue a replantearlas sobre la marcha, como ya se hizo con la gestión privada del Hospital de la Ribera en 2003.
En aquella ocasión, la Generalitat anuló la adjudicación a Adeslas, Lubasa, Dragados Bancaja y CAM, les concedió una indemnización por lucro cesante de 25 millones de euros (criticada por la Sindicatura de Comptes) y, acto seguido, volvió a adjudicar la gestión a las mismas empresas con un incremento del 68% de la aportación pública para favorecer la explotación.
La costa de la Comunidad Valenciana no se parece a la Costa Azul ni desde el espacio, hacer una copia barata del modelo de nuestros vecinos más cercanos tampoco funcionaría... hay que bajar de la nube, tocar con los pies en el suelo ... el Gobierno Valenciano, cada día más endeudado, no puede ni hacer frente a sus gastos de mantenimiento... ni turismo de calidad, ni artes, ni ciencias ni parques..:¡botellón!. ¡El mayor botellodromo de Europa! con todas las atracciones: inhalación de alcohol, balconing, mamanding, etc. Tenemos una costa suficientemente degradada, cuando sopla levante el agua del mar huele a alcantarilla, tenemos la cuidad lo bastante fea y sucia, los jardines dan pena, tenemos el espacio perfecto para montarlo, tenemos los turistas con el perfil adecuado para llenarlo, nos lo están pidiendo a gritos.... ¡a qué esperamos!. Gracias Gobierno Valenciano.
Que no haya candidatos ahora no quiere decir que no aparezcan el último dia, a última hora de que termine el plazo de presentación de solicitudes, porque puede pasar que nadie quiera enseñar sus cartas . Con todo, yo creo que el Pliego de Condiciones, plantea clausulas de “ruleta rusa” para empresas que van a tener que asumir mucho riesgo en caso de perdidas, por lo que necesitan una mayor capacidad de maniobra, que se les niega. En fin , a mi todo el proceso me parece un despropósito.
Al parecer no ando muy desencaminada en mis comentarios y sin animo de infravalorar la lista de candidatos, a mí me da la impresión que Merlin Entertainment no ha pasado del primer renglón del Pliego de condiciones. En realidad es que operadores y Generalitat, están hablando en idiomas distintos, imposible de entenderse porque no han puesto ni tan siquiera un Traductor en medio.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.