VALENCIA. La Generalitat Valenciana dejó impagadas facturas por valor de 2.669 millones de euros en 2013. Así se desprende de la Cuenta General del ejercicio pasado que formalmente presentará este jueves el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, y a la que ha tenido acceso ValenciaPlaza.com. La cifra no incluye las facturas en el cajón, es decir, gastos sin consignación presupuestaria que se contabilizan en una cuenta aparte.
Según los datos correspondientes a la Administración general, en el pasado ejercicio el Consell solo atendió de forma completa los gastos de personal, que ascendieron a 4.694 millones de euros, y los gastos financieros, 1.172 millones. El resto de capítulos del presupuesto presentan tasas de impago en algunos casos muy elevadas.
Pero lo más llamativo de la liquidación es que los 2.669,88 millones que se dejaron pendientes de pago al final del ejercicio es una cantidad superior a la que se registró a finales del año precedente. En concreto, un 9% más. A ese dato se añade que el montante total supone un 18% del total de los gastos comprometidos, mientras que el año anterior era del 14,39%.
Entrando el detalle, los mayores impagos en números absolutos se dieron en el capítulo dos, el de compra de bienes corrientes y gastos de funcionamiento. Este apartado es el que afecta directamente a los proveedores de la Generalitat. Según la Cuenta General, de los 3.195 millones que se contabilizaron como obligaciones reconocidas, solo se atendieron 1.795,54 millones. Se dejaron pendientes 1.399,51 millones, el 43% del total.
Le sigue el capítulo de transferencia de capital -subvenciones y ayudas- que de los 883,54 millones que se tenían que haber pagado solo se atendieron 479 millones, dejando impagados 404,48 millones, el 45% del total. El capítulo con un porcentaje mayor de impagos fue el de inversiones reales. Las obligaciones reconocidas eran de 352,85 millones pero solo se pagaron 110,26 millones. Pendientes quedaron 242,68 millones, el 68,76%.
Aunque porcentualmente el impacto es menor, en el capítulo de transferencias corrientes -el dinero que se destina al funcionamiento de la propia estructura autonómica- también quedaron por pagar 589 millones, un 18% del total de obligaciones reconocidas.
MÁS IMPAGOS PESE A MENOS OBLIGACIONES
La complicación de las cuentas autonómicas se agrava cuando se observa que las obligaciones reconocidas netas de 2013 fueron de 14.136 millones, lo que supone 2.838 millones menos que el año precedente. Es decir, la Generalitat solo pudo pagar el año pasado 11.466 millones mientras que en 2012 había conseguido abonar 14.532 millones.
Estos impagos y el empeoramiento del escenario de morosidad choca con el recurso permanente de la Generalitat a los planes extraordinarios de pago a proveedores arbitrados por el Gobierno y la adscripción al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), líneas de crédito con las que el Consell ha ido trampeando la falta de fondos para cubrir todos sus gastos.
La diferencia entre el coste de la Generalitat en un año -con restricciones en las inversiones- y sus ingresos, que han dejaron esos 2.669 millones sin atender al final del ejercicio, cargan por un lado de razón al Consell en su reivindicación de una mejor financiación pero, por otro lado, ponen de manifiesto la imposibilidad de poner coto a los impagos.
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