Vicente Grimalt (Ale-hop), Ignacio Gaspar (Toy planet) y Rafael Juan (Dulcesol)
VALENCIA. En crisis también se crece. Aunque hace siete años se repetía hasta casi la saciedad que "la crisis es una oportunidad", más que calar en el pensamiento colectivo, la coletilla llegó a hacerse odiosa para muchos empresarios afectados por los reveses de la demanda y la falta de crédito.
Sin embargo, entre las empresas valencianas hay ejemplos de crecimiento en el mercado español durante este periodo adverso por medio de mejoras en la organización interna, la logística, la adecuación a la demanda y el aprovechamiento de oportunidades de posicionamiento.
En este último caso se encuentra la firma alicantina de regalos, decoración y complementos de moda Ale-hop, marca de Clave Denia, que se ha expandido hasta superar las 70 tiendas por España y Portugal en un tiempo record. Aunque su actividad comenzó hace más de 20 años, ha sido en los últimos siete años cuando ha dado el salto, mientras otros competidores más veteranos eran arrastrados por la crisis, como la también valenciana Bañón.
OPORTUNIDADES INMOBILIARIAS
En su caso, una de las claves de la empresa que preside Vicente Grimalt ha sido la buena selección de producto en origen para su catálogo, una concienzuda estrategia de renovación de producto y la buena elección de puntos de venta. Los destinos vacacionales destacan en su mapa de implantación, destacando especialmente la provincia de Alicante, Barcelona y Lisboa, aunque esté ya en la práctica totalidad de las comunidades.
De hecho, la empresa ha vuelto a ser noticia por razones ajenas a su más estricta actividad tras el alquiler de la antigua sede del Impiva (actual Ivace) en la plaza del Ayuntamiento de Valencia por 204.000 euros anuales por un plazo de cinco años, prorrogable hasta un total de 20.
Aunque la compañía ya estaba presente en el centro de la ciudad y terminaba de abrir una tienda a escasos metros, sus responsables decidieron aprovechar la oportunidad que se les presentaba tanto por el precio como por el plazo de vigencia del contrato. Fuentes del mercado inmobiliario reconocen que la cadena está aprovechando el ajuste de precios a cambio de garantizarles a los propietarios periodos largos de permanencia.
ASENTAMIENTO Y FORTALECIMIENTO DE ALIANZAS
Otro ejemplo de fortalecimiento lo ofrece la cadena valenciana de jugueterías Toy Planet, que ha incrementado su facturación desde 2009 un 15% hasta los 95 millones de euros, elevando su cuota de mercado de un 5% a un 7% con 15 a 20 puntos de venta nuevos al año desde 2003.
Aunque su director, Ignacio Gaspar, asegure que la crisis les llegó mas tarde que a otros sectores, también reconoce que el camino no ha sido fácil. A partir de una agrupación de jugueterías que constituyeron en 1988 Joguets Sociedad Cooperativa, la empresa se convirtió en 1996 en central de compras y pronto empiezó a desarrollar una marca propia, Toy Planet, con 16 líneas de producto que no se ciñen exclusivamente al precio, sino que plantean competir en igualdad de condiciones con marcas asentadas.
La llegada de la crisis del consumo le encontró en pleno proceso de expansión, por lo que optaron por mejorar el canal de adquisición de productos con la puesta en marcha en 2009 de una oficina para la gestión y coordinación de pedidos en extremo oriente en la provincia china de Shenzhen.
La caída de la natalidad, apreciada especialmente en los dos últimos años, está haciendo que la empresa reoriente su oferta para ganar al público preadolescente. "Esto implica un cambio cuantitativo y cualitativo en el surtido de producto en las tiendas", como señala Gaspar, y plantean desarrollar un espacio dedicado a esta edad.
DIVERSIFICACIÓN INTEGRAL
"La crisis nos ha ayudado mucho. Si no hubiera sido por la crisis, no creo que hoy estuviéramos vivos", asegura Rafael Juan, consejero delegado de la marca de bollería Dulcesol. Como es habitual, su buena salud actual es el resultado de una combinación de factores y de líneas de negocio.
Aunque hace años que se desvinculó de Mercadona, el 60% de sus ingresos vienen de la marca de blanca para diversas cadenas de distribución, donde el precio es clave. "Si el consumidor ve un producto de similares características a un precio más barato, puede que pague de un 10% a un 25% por la marca, pero no mucho más", asegura Juan.
Además, la compañía ha aumentado la productividad más de un 30% en cinco años, a la vez que hemos aumentado el número de referencias, pasando de 400 a 1.500 en los últimos cuatro años en función de las necesidades del cliente, detectadas por los distribuidores, y centrándose en productos más saludables.
En lo que se refiere a marca propia, han optado por innovar en márketing, siendo pioneros en una gama de productos a un euros que han copiado diversos competidores directos y hasta las primeras marcas. Por otro lado, las redes sociales les han servido para dar a conocer las novedades en el mercado local e internacional. Así, disponen de 580.000 seguidores en Facebook, de los más de 200.000 son argelinos, donde son la marca líder en el mercado de bollería.
De cara al futuro van a seguir desarrollando la internacionalización, aunque están presentes en 30 países entre Europa, Norte de África, México y Japón. Igualmente, prevén seguir invirtiendo en la distribución en el punto de venta, para dar más valor al distribuidor y al consumidor y comunicar mejor las novedades y optimizar la distribución de los productos propios.
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