ESTEFANÍA PASTOR. 01/09/2014 La situación económica ha aumentado la voluntad de crear en empresas, no solo que den beneficio, sino que también mejoren la sociedad, como las valencianas Sostenibilidad a Medida y Nunna, compañías que consiguen sobrevivir cumpliendo un fin social

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VALENCIA. ¿Existen empresas con tres balances? Existen, y siguen cogiendo fuerza. Y es que la crisis económica no solo ha agudizado el ingenio económico, el de obtener beneficios, sino que también ha sacado la parte más solidaria de los emprendedores, ya sea con las personas o con el medio ambiente. Sociedades que buscan sobrevivir por sí mismas y ser rentables para sus creadores, pero a la vez tener un impacto social que, aunque sea pequeño, ayude a mejorar la sociedad. 

La aceleradora valenciana Socialnest fue pionera en centrarse en este tipo de empresas, eso sí, siempre que tuviera viabilidad económica. Al igual que la empresa tradicional, debe tener sostenibilidad por sí misma.  "Debe tener clientes, no beneficiarios", apunta Margarita Albors, impulsora de Socialnest. "La empresa social debe cubrir una necesidad en el mercado y ofrecer servicios de calidad.

¿Y por qué ser emprendedor social? Albors destaca que no hay un perfil de emprendedor social único, aunque es cierto que suelen ser personas que intentan resolver una necesidad que han sufrido en primera persona y conocen la realidad muy de cerca, mientras que en otros algo hace ‘click', normalmente algo que les parece injusto, y deciden hacer algo al respecto. "Eso sí, como cualquier emprendedor, no tiene aversión al riesgo y son personas creativas", apunta.

Sin embargo, estos emprendedores piensan que se pueden crear empresas éticas y responsables, que no solo crean valor para ellas mismas, sino para la sociedad. "La necesidad la ven, y la sienten propia", destaca Albors. 

NUNNA, LA AGENDA ONLINE PARA LOS MÁS PEQUEÑOS

Daniela Cruz es una de esas emprendedoras que vieron una necesidad y actuaron al respecto. Nunna es su empresa, un nombre que recuerda a como su hija llamaba a la luna de pequeña, y que inspiró innovadora propuesta.  Se trata de una solución en la nube que nace para mejorar la comunicación entre las escuelas y las familias con niños de 0 a 3 años, periodo en el que existe un vacío. "El niño no puede contar como le ha ido en el cole y hay una necesidad de transmitir", apunta Daniela. 

El formato es el de una agenda online que permite saber desde cualquier dispositivo con Internet si su hijo ha comido bien, qué canciones le han enseñado en el colegio o si ha tenido algún tipo de problema. "Para hacerlo económicamente viable hemos planteado la escalabilidad de los servicios y bridarlo de manera rápida y eficiente", destaca. "Es como la agenda de papel que va y viene, pero con menos costes de trabajo y económicos".

En la plataforma los padres puede ver los comunicados generales del colegio, los recados del aula, las comunicaciones cortas, fotos, música, vídeos e incluso el calendario escolar. Esto permite que las profesoras automaticen la introducción de mensajes es general, evitando tener que anotarlo en cada agenda, por ejemplo. También evita su compra por lo que se ahorra el soporte físico. Actualmente lo utilizan más de 1.000 padres en más de ocho provincias españolas. 

Su modelo de negocio se basa en cobrar una cuota mensual a las escuelas que depende del número de alumnos que tenga. "Sale rentable porque no hay que imprimir circulares ni agendas", destaca Daniela. Además, la plataforma se personaliza y se adapta y se añaden y retiran funcionalidades dependiendo de lo que se necesite: horarios, alergias, ficha de alumnos, etc.

Daniela tiene claro que, al margen de satisfacer esta necesidad, busca seguir contribuyendo a la sociedad, por lo que su intención es, a medida que aumenten los ingresos de la empresa, aportar ayudas para becadas de comedor y a la escolarización de niños. "Queremos que las oportunidades para los niños sean para todos por igual", destaca. 

SOSTENIBILIDAD A MEDIDA,  AHORRAR CUIDANDO EL MEDIO

Juan José Amate estudió Ciencias Ambientales  y durante más de 15 años ha trabajado en consultoría. "Para mí, una de las que cosas que echaba en falta es que muchas veces desde las consultorías se explica como ser sostenibles pero no se seguía el ejemplo", apunta. Por eso creó Sostenibilidad a medida, una empresa que diese ejemplo de cómo ponerla en práctica. Realizan ‘constructoría a sostenibilidad'.

"Ayudamos a construir procesos de cambio hacia la sostenibilidad en las organizaciones", explica Juan José.  Abarcan desde los procesos de comunicación de la empresa -eventos y comunicación corporativa- hasta los procesos de producción de productos y servicios de las empresas. "Creemos que ambas partes deben ir de la mano al abordar la sostenibilidad, hacerlo correctamente dentro de la empresa pero comunicarlo de una manera igualmente eficaz, etica y honesta".

Juan José reconoce que cuando planteaba la idea le decían si estaba creando una ONG. Pero lo que ofrecen no supone un gasto, sino también un ahorro con las medidas tomadas. "Tenemos que hacer de evangelizadores, debemos de convencer a nuestros clientes que mejoran tanto desde el punto de vista ambiental como desde el económico", apunta. Para impulsar esta parte, crearon un blog para generar contenido y mostrar ejemplos que van en esa línea, además de ser un ejemplo ellos mismos explican detalles sobre los materiales que usan o el gasto de la luz. "Esto lo contamos y lo hacen muy visible con memorias de sostenibilidad".

"La percepción es que poco a poco hay más demanda de este tipo de servicios", explica. Destaca que sobre el papel, los consumidores cada vez más aseguran que les interesa este concepto y que quieren que las empresas sean sostenibles. Eso sí, asegura que está costando que los consumidores sean críticos y primen el consumo en empresas sostenibles.  "Vamos a remolque de las tendencias de otros países como los de centroeuropa". Además, Juan José quiere dejar claro que la sostenibilidad es medible y se puede llevar a los balances contables.

EN ESPAÑA EL ESTADO Y LO SOCIAL HAN IDO DE LA MANO

Países como Estados Unidos y Reino Unido llevan un ventaja abismal a España. "En EEUU, la cultura emprendedora es muy fuerte y siempre se ha apoyado en fases iniciales", apunta. "La gente te anima, yo lo viví, y eso te quita muchos miedos".

Para Albors, quien tuvo ese ‘click' tras estudiar en Harvard y ver una gran cantidad desigualdad en las personas en la misma puerta de la universidad, la empresa social se ha expandido mucho más tarde en España porque todo lo social ha estado siempre vinculado con el Estado, mientras que en EEUU si si querías mejorar el parque de tu barrio tenías que hacerlo desde la iniciativa privada. "En España no ha sido así, el Estado proveía con fondos sociales pero en muchos ámbitos se ha acabado".

Para ella la crisis ha sido como una llamada a este tipo de empresa. "Se ha demostrado que buscar solo el dinero a corto plazo no ha funcionado y que hay otras formas de hacer las cosas y ver las necesidades que van en aumento", apunta. "La crisis ha hecho aflorar estas cosas que no funcionaban bien y el emprendimiento social puede tener un rol importante para mejorar la situación futura".