VALENCIA. La antigua sede de la Caja del Mediterráneo en Valencia, un edificio noble situado en la calle Pascual y Genís, a escasos metros de la calle Colón, la principal arteria comercial de la ciudad, está en alquiler desde que hace unos meses Sabadell, la entidad que se quedó con el negocio de CAM, decidiera dejar el inmueble.
El edificio, que cuenta con 4.500 metros cuadrados distribuidos en dos plantas de garaje, la planta baja y otras cinco alturas, está en el mercado por una renta mensual de 75.000 euros. Esa cifra, en bruto, supone un coste de 16 euros por metro cuadrado, un precio notablemente más alto al que se está cobrando en el mercado de oficinas en el centro financiero de la ciudad.
El inmueble no es propiedad de Sabadell. La entidad financiera ocupaba este edificio como lo hacía CAM en régimen de alquiler después de que la caja se lo vendiera en el pasado al fondo de pensiones de sus empleados.
A finales de la pasada década, CAM vendió varios de sus inmuenles emblemáticos a sus trabajadores para captar fondos y como fórmula de inversión para el fondo, ya que garantiza la ocupación durante un largo periodo de tiempo como inquilino. Al no ser de su propiedad, Sabadell no puede venderlo, pero sí realquilarlo a terceros.
Sabadell intentó recomprar tanto este edificio como los otros dos que vendió al fondo (la sede de Oscar Esplá en Alicante y la sede de Barcelona) pero los empleados consideraron insuficiente la oferta.
El banco catalán decidió hace unos meses dejar el espacio y trasladar la oficina que tenía en el bajo y los empleados que ocupaban las plantas superiores (fundamentalmente dedicados al negocio inmobiliario) a un edificio de su propiedad en la calle Lauria y a la Ciudad Gran Turia (antigua Ciudad Ros Casares). Sabadell, además, tiene su sede central en Valencia en un palacete de la calle Pintor Sorolla, junto a Bankia y Banco de Valencia-La Caixa.
El edificio está en alquiler desde el pasado mes de marzo aproximadamente, sin que hasta la fecha se haya conseguido un inquilino. La encargada de su comercialización es Solvia, la inmobiliaria del grupo Sabadell. De momento Sabadell sigue pagando el alquiler, pese a no ocupar las instalaciones, puesto que tenía un contrato con el fondo de pensiones de larga duración que aún está vigente.
Fuentes del mercado inmobiliario atribuyen el alto precio por metro que se pide por el inmueble al hecho de que se alquila en la totalidad y al carácter representativo que tiene un edificio protegido y con elementos arquitectónicos reconocibles.
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