VALENCIA. 70 años después, Libération corrigió su error. Cuando hace ahora siete décadas el diario tituló ‘Ils sont arrivés!' (¡Han llegado!), en su información ocultó cualquier mención al valenciano Amado Granell (Burriana 1898 -Sueca, 1972). Este domingo el diario francés, cuyo nombre viene precisamente de la liberación de París, dedicó un largo reportaje de seis páginas en su edición impresa, portada incluida, escrito por Christophe Forcari y Laurent Joffrin, en el que se le mencionaba expresamente.
La cita no era casual. Granell era el oficial que aparecía en portada en el diario el 25 de agosto de 1944, junto al presidente del Comité Nacional de la Resistencia, Georges Bidault, y el prefecto del Sena en el encuentro en la alcaldía que se considera como el momento clave de la liberación. Era la cumbre de semanas de luchas en las calles de la ciudad de la Luz.
La noticia de Libération nunca mencionó a Granell. Este domingo, en el artículo, dividido en diez puntos, el séptimo estaba dedicado a una compañía, "La Nueve", así, en castellano, y a él se le citaba expresamente. "Así los primeros soldados franceses en entrar dentro del edificio liberado son los españoles, que combatieron al fascismo durante ocho años, en España, en África y ahora en Francia", señalaba el texto del diario parisino. Los mismos nombres de los camiones semioruga que llegaron eran explícitos en cuanto al origen de sus ocupantes: Ebro, Teruel, Santander, Guadalajara...
Todos estaban a las órdenes del capitán francés Raymond Dronne, un hombre que se entendió a la perfección con sus subordinados extranjeros, la inmensa mayoría españoles, veteranos de la Guerra Civil, republicanos exiliados y enemigos declarados del fascismo, y que junto a ellos protagonizó algunas de las acciones más valerosas de la II Guerra Mundial en Francia.
La Nueve, la Novena Compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre, de la que formaban parte 146 republicanos españoles, tomó también el nido de Águila de Adolfo Hitler en los Alpes, el 5 de mayo de 1945. Tal y como recordaba en un artículo este lunes en El Mundo el embajador de Francia en España, Jérôme Bonnafont, sólo 16 sobrevivieron a la Guerra.
La referencia al heroísmo de los españoles no había sido práctica habitual en Francia por diversos motivos hasta que en 2004 el ayuntamiento de París les dedicó una placa. Entre estos se hallaba el deseo de ocultar el colaboracionismo de parte de la población gala y reivindicar los sacrificios de la Resistencia francesa, tanto que se mitificó hasta casi la parodia. De hecho, aún hoy se cometen errores e incluso en el extenso y excelente reportaje de Libération se cita al extremeño Domingo Baños como "un soldado francés".
Su imagen de felicidad con una bandera republicana en su vehículo, mirando a la cámara, mientras los parisinos se abalanzan sobre él para agasajarle, es icónica y fue portada del libro El hombre que liberó París, de Rafael Torres, editado por Temas de Hoy en 2007 y que constituyó uno de los primeros volúmenes dedicados a reivindicar la memoria de los soldados españoles que se enfrentaron al nazismo a las órdenes del general Leclerc.
Con todo, si hay un libro que es de referencia a la hora de hablar del heroísmo de La Nueve y de sus hombres éste es sin duda La Nueve. Los españoles que liberaron París. Escrito por Evelyn Mesquida, natural de Alicante, periodista, investigadora, este libro, que fue prologado por Jorge Semprún, inspiró por ejemplo el cómic de Paco Roca Los surcos del azar.
A día de hoy se considera a Mesquida como la principal autoridad a la hora de hablar sobre La Nueve. De hecho ha participado en los actos organizados para recordar a la compañía española que se han celebrado sólo en Francia.
BURRIANA, NINGÚN ACTO OFICIAL POR SU HÉROE
Porque en España sólo ha habido silencio. Al margen de unas contadas iniciativas de la sociedad civil, las instituciones en general han dado la espalda a los heroicos soldados españoles. De hecho este lunes el ayuntamiento de Burriana, localidad natal del teniente Granell, confirmaba que no tenía previsto ningún acto oficial a corto plazo para reivindicar su figura.
No ocurría así con Esquerra Unida de esta localidad, que le evocaba con un escrito. O el editor y escritor Rafa Arnal, quien encabezaba la comitiva de medio centenar de republicanos que le rendía homenaje este domingo en Sueca, ciudad donde fue enterrado y donde yace tras una lápida que sufragó el gobierno francés.
Son como actos de resistencia ante el completo silencio. Salvo los voluntariosos recuerdos lanzados en su día por el ex presidente Rodríguez Zapatero, en general ni el Gobierno de España ni los gobiernos autonómicos se han distinguido por su generosidad a la hora de evocar a la figura de estos soldados españoles que combatieron al nazismo.
Todo lo contrario de lo que ocurre ahora en Francia. E incluso antes. Puede que a nivel de propaganda se solapara de continuo la presencia española, pero siempre se les tuvo en cuenta. Por ejemplo, la lápida de Granell en el cementerio de Sueca fue pagada por Francia y consta de las letras L. H., en alusión a la Legión de Honor que el gobierno galo le concedió.
La relación de Francia con los soldados republicanos españoles fue peculiar. Como recordaba el propio Granell, el general Leclerc siempre le recriminó que se negara a decir que luchaba por este país. Y Granell, con inteligencia, le explicaba por qué: "Nos embrollemos las cosas. Yo a España la quiero como a una madre y a Francia como a una novia".
EL DIARIO 'PUEBLO' Y EL ARTÍCULO DE VICENTE TALÓN
La memoria del heroísmo de Granell tiene una fecha de partida, un kilómetro cero, que es el artículo que publicó el 1 de septiembre de 1970 en el diario Pueblo Vicente Talón. Con el hiperbólico pero eficaz titulo de El hombre que liberó París, Talón relataba todas las andanzas de Granell en dos partes. En la primera desde que abordaba en Alicante el Stanbrook abrazado a su ametralladora, derrotado, hasta que puso los pies en las playas de Normandía pocos días después del Día D. En la segunda sus avances hasta la conquista de la ciudad al mando 120 hombres en veinte vehículos, frente a la guarnición alemana compuesta por unos 18.000 soldados.
Obviamente la compañía de Granell no tomó la ciudad sola, era apenas una pequeña parte de una de las divisiones más numerosas de De Gaulle, que a su vez formaba parte de una alianza de ejércitos, pero su participación fue significativa en varios de los momentos cruciales de la II Guerra Mundial. Fue un destacado eslabón de la cadena que apresó al ejército nazi. Y así se le reconoce hoy día en Francia.
La liberación misma de París fue producto de una unión inquebrantable entre distintas facciones y en muy distintos frentes. El anuncio el 15 de agosto del desembarco de los aliados en el Mediterráneo, cerca de Saint-Tropez, y la huelga de la policía espoleó una sublevación que venía larvando desde hacía meses. El periódico L'Humanité, del partido comunista francés, llamaba a "la insurrección popular".
Mientras en las calles de París los ciudadanos atemorizaban a los soldados alemanes, a decenas de kilómetros la discusión era estratégica. Los soldados franceses querían recuperar la ciudad. Los americanos, perseguir a los nazis por el sur de Francia.
De Gaulle quería que la ciudad la liberara la Segunda División Blindada de la Francia Libre, la liderada por el general Leclerc, la favorita del que sería presidente de Francia. Esta división estaba compuesta por 16.000 hombres de los que 2.000 era españoles, y era aquí donde se encontraba La Nueve, esa compañía cuyo heroísmo se evoca hoy.
Hubo un enfrentamiento entre franceses y americanos por cuándo iniciar la toma de la ciudad. Los americanos, que estaban al mando del ejército aliado, siempre consideraron que los franceses se habían insubordinado por sus prisas por recuperar París. Pero la realidad es que los franceses mismos se daban órdenes contradictorias.
Tuvo que ser Leclerc quien le dijera a Dronne que no cumpliera órdenes "idiotas", en referencia a las directrices del coronel Billotte que le pedían replegarse, y le impeliera a recuperar la capital, haciendo oídos sordos al Alto Mando. No podían dejar que París fuera destruida. Los historiadores Antony Beevor y Artemis Cooper relatan en París después de la liberación. 1944-1949 el siguiente diálogo entre Leclerc y Dronne.
LECLERC: ¡Dronne! ¿Qué diablos está usted haciendo aquí?
DRONNE: Mi general, estoy siguiendo órdenes de replegarme.
LECLERC: No, Dronne, diríjase a París y entre en la ciudad. No deje que nada lo detenga. Tome la ruta que quiera y diga a los parisinos y a los miembros de la Resistencia que no pierdan las esperanzas: mañana por la mañana estará con ellos la División al completo.
Y allí fue Dronne, con sus españoles, encabezados por su mano derecha Granell, el teniente valenciano, el primer soldado aliado que se presentó en la ciudad y al que una radio entrevistó como francés de pura cepa, a lo que Granell le replicó en castellano: "Señor, soy español".
NOVELAS, UN CÓMIC Y EL SILENCIO INSTITUCIONAL
Los libros y obras sobre La Nueve se han sucedido en los últimos años. Así, al margen de los excelentes trabajos de autores como Mesquida, se puede citar una de las novelas de Carmen Amoraga, El rayo dormido, o el cómic de Roca. Son intentos de evocar unas figuras difuminadas a parte iguales por el chauvinismo francés, ansiosos por acaparar todos los parabienes, y por el silencio oficial franquista que se ha prolongado en democracia.
Salvo los homenajes de la época de Rodríguez Zapatero, España se ha destacado año tras año por silenciar a los héroes españoles. Es más, una vez retomó el poder en el Gobierno el PP, los homenajes a La Nueve han prácticamente desaparecido de la agenda institucional. Pese al ninguneo inicial, Francia ha sido mucho más generosa en esta última década con los soldados españoles que España en 70 años. Y lo sigue siendo.
Como bien apunta la propia Amoraga, en plena celebración por el 70 aniversario de la liberación de París "sorprende que en España no se le haya rendido homenaje ni a Granell ni al resto de componentes de La Nueve". Es más, como apunta la escritora valenciana, "un simple post de la alcaldesa de París [Anne Hidalgo, este domingo] ha conseguido lo que años y años no han hecho posible".
"Amado Granell fue el primero en entrar en el ayuntamiento de París, pero no estaba solo. El olvido es terrible para todos", se lamentaba este lunes Amoraga. Frente al silencio institucional español de estos últimos años, se elevan desde París las palabras de Hidalgo, quien decía este domingo: "No olvidemos jamás a eso hombres y hagamos vivir a través de su recuerdo el espíritu de unión tan rico en enseñanzas". Y lo hacía con una fotografía de ellos, de los héroes olvidados por España.
Ja era hora !Vergonya al gobern español.
Pobre España, siempre luchando con sus demonios y tan cicatera con sus hijos.
Por desgracia en este país es así lo propios poderosos que no luchan si no abusan y roban se les hacen homenajes de grandes.Pero al pobre que lucho y se sacrificó nunca tuvo honores y el pobre fue el verdadero guerrero español, el problema es por culpa de esta sociedad que no se forma ni lucha por cambiar porque elegimos siempre al bipartido que no representan na mas que vergüenza y deshonra para España .La desgracia de España ha sido los dirigentes que ha tenido ladrones como el rey y toda su familia de sangre podrida azul y los políticos y la iglesia ,que pena que no hallamos sido igual que los franceses cuando la revolución ,seguro que si hubiermos destruido el propio pueblo la familia real hubiece cambiado todo.
CUANDO SE LUCHA POR UN IDEAL JUGANDOSE LA VIDA HAY QUÉ SER MUY RUIN PARA NO RECORDAR LOS QUÉ SUFRIERON TANTO Y FUERON TAN GENEROSOS POR LOS DEMAS.
Me ha gustado mucho la noticia, muchas gracias!
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.