VALENCIA (EFE). Los coches eléctricos se presentaron como una verdadera revolución del mundo de las cuatro ruedas, aunque, con el paso de los años, el incremento de usuarios en España es bastante limitado y los compradores se inclinan todavía mayoritariamente por lo clásico.
Según datos del Instituto de Estudios de Automoción (IEA), las matriculaciones de coches eléctricos en 2013 se situaron en 811, un 85,58 % más que en 2012, cuando fueron 437.
Parecen cifras esperanzadoras, pero no responden a una realidad uniforme del mercado español porque la mayor parte de esos 811 coches se reparten entre Madrid (352), Cataluña (144), Andalucía (58) y Valencia (20), con presencia casi testimonial del resto de comunidades.
A pesar de las diversas ayudas implantadas por el Gobierno, especialmente el Plan Movele, el mercado de los coches eléctricos en España está estancado.
En Europa, hay países como Noruega donde se venden ya más coches eléctricos que térmicos (los tradicionales), indica Juan Refoyo, responsable de Movilidad Eléctrica de Endesa, una empresa que sigue muy de cerca la evolución de este mercado.
2014 TAMPOCO MEJORA
Lejos de Noruega, España vive una realidad bien diferente. Los primeros siete meses de 2014 muestran una tendencia poco halagüeña, ya que solo se han matriculado 423 coches eléctricos, uno más que en el mismo periodo de 2013, según los datos de la Asociación Nacional de Importadores de Automóviles, Camiones, Autobuses y Motocicletas (Aniacam).
Pese a las escasas posibilidades de negocio que parece ofrecer este sector de mercado, hay empresas que apuestan por él, como Cochele-Bluemove en Sevilla, que con la técnica del "carsharing" también ofrecen coches eléctricos.
Aunque por el momento son cinco los vehículos de esta tipología (cuentan con treinta en total), uno de los responsables de la empresa, Manuel Leonicio Carmona, es optimista respecto al futuro: "Seguro que se implantarán los coches eléctricos. Cuando se solucione el problema de la autonomía y se pueda repostar en gasolineras, darán un gran empujón".
El problema, en ocasiones, está en el desconocimiento y el "miedo" a utilizar un coche nuevo. Aunque, como indica Manuel, "el usuario que prueba el coche eléctrico y le va bien, casi siempre sigue utilizándolo".
Para Manuel, que los coches eléctricos y no manuales también influye para que los conductores se decanten por lo clásico.
MEDIDAS DE IMPULSO PÚBLICO
Las autoridades intentan facilitar la implantación de lo eléctrico. Por ejemplo, en Sevilla pueden aparcar en zona azul de manera gratuita y circular por el carril bus-taxi.
A nivel nacional, el Plan Movele cuenta con diez millones de presupuesto para facilitar la adquisición de los coches eléctricos, con ayudas que van de los 6.500 euros hasta los 20.000.
Al igual que Endesa, Renault también es una empresa que ve en el mercado eléctrico una apuesta de futuro. Cuenta con uno de los coches más vendidos de 2013 en este apartado (Renault Zoe, 182 unidades) y el innovador Renault Twizy (cuadriciclo), del que en 2012 se comercializaron cerca de 1.000 unidades.
"Hay gente que pregunta por los coches eléctricos aunque sí es cierto que no son muchos", dicen en el concesionario Syrsa Automoción de Renault-Dacia de Sevilla. En Renault tienen claro que quién se interesa por un coche eléctrico es "porque lo conoce antes de venir".
El Plan Movele parece el único incentivo del mercado español para seguir mejorando cifras, que se mantienen bastante alejadas de las de Europa, con cerca de 50.000 vehículos vendidos en 2013, datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente.
España aporta una mínima parte a ese impulso sostenible del motor, muestra de la poca aceptación que hay en este país de una medida ecológica pero con pocos recursos atrayentes para un usuario poco conocedor del mercado del motor.
La única mirada positiva que se puede hacer es que el crecimiento sigue, aunque, como se puede observar en 2014 sea en tan pocas unidades.
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