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VALENCIA. La seguridad tanto en Internet como en el espacio físico se ha convertido en la clave de muchos servicios. Las contraseñas y comprobaciones buscan evitar la suplantación de identidades pero cada vez más se busca más la perfección, ¿y por qué no evitar intrusos si realmente es posible conseguirlo? En esto se concentrado la empresa valenciana Umanick, especializada en la identificación de personas a través de tecnologías biométricas.

Reconocimiento facial, huella dactilar, iris o voz son las fórmulas que han desarrollado para incluir en softwares de otras compañías. "Dirigimos nuestro producto a todos aquellos procesos en los que se identifica a las personas", explica Emilio Gallego, CEO de Umanick. "Ahora se hace sobre todo por claves y tarjetas, pero existen muchos procesos en los que podrían incorporarse las nuevas tecnologías como la banca o el software hospitalario". 

"Estamos cansados  de todos los días meter una clave", apunta. De hecho, destaca que caben dos posibilidades. Por una lado, utilizar claves que se cambian cada mes para dar un nivel elevado de seguridad, o en el caso de ser cómodo y no hacerlo, convertirse en algo muy inseguro. "Hay robos de tarjeta, hackeos, y la única forma cómoda y segura para evitarlo es la biometría", apunta Gallego. 

Su principal cliente son empresas fabricantes de software bancario y hospitalario. "Si tu banco, en lugar de poner una clara pone un sistema para reconocer tu cara nadie lo puede cambiar", destaca el CEO de Umanick. Además, asegura que lo hacen muy sencillo para que las empresas simplemente tengan que introducirlo donde deberían introducirse las claves y la tarjeta. Gallego apunta a que las tecnologías biométricas están en desarrollo y el mercado en fase de crecimiento. "Hay más demanda que empresas que trabajan en ello".

Para Umanick, la clave de su producto es, por un lado, la fácil implantación de su tecnología en otros software, además de su coste asumible. "Somos conscientes de que lo que producimos no es un fin en sí mismo, sino una herramienta", apunta. "Además, tiene que ser integrado muy rápido". Su producto también va dirigido, por ejemplo, a la gestión de alarmas, al control de accesos o de presencia. "También hemos integrado el reconocimiento facial para acceder a aplicaciones financieras a través del iPad", destaca Gallego.

De las tecnologías que han desarrollado, las más seguras son la huella o el iris, "después del ADN". No obstante, también es más cara implantarlas que, por ejemplo, la facial, ya que para el iris se necesita un sensor específico para ello, mientras que para detectar un rostro solo hace falta una cámara.  No obstante, destaca que también usan tecnología multimodal para utilizar diferentes combinaciones.

A pesar de que tienen su sede en Valencia, son conscientes de la necesidad de seguir una estrategia global.  "Tenemos una visión internacional. Además, cuando empezamos a diseñar la estrategia fue hace más de tres años y ya estábamos en crisis", apunta Gallego. Sobre todo, han puesto el foco en Latinoamérica . De hecho, destaca que, tras realizar un análisis, México, Latinoamérica y Perú entienden que van a necesitar la biometría  ya que hay mucho más fraude de identidad y con esta tecnología se ahorra mientras que en España se sabe que es mejor, pero se piensa que aún es posible esperar.

Actualmente tienen unos 15 clientes a nivel nacional e internacional, además de dos cerrados en el extranjero.  Además, destaca que clientes de España les han comprado la tecnología para dar el servicio en Latinoamérica. A pesar del poco tiempo de vida de esta empresa ha conseguido desarrollarse con fondos propios, además con un préstamo participativo del Ivace. Sobre su competencia, el CEO de Umanick apunta a que en España existen 7 u 8 empresas en España. "Lo que sí hay son empresas que se dedican al control de empresas con dispositivos estándar".

No obstante, insiste en que simplemente cogen dispositivos estándar de control de accesos de oficinas y eso es algo que no tratan ya que no interactúan con nada y no sirven, por ejemplo, para identificar pacientes en un hospital. Además, insiste en que su mayor competencia no son las empresas de biometría sino los clientes finales que usan claves y contraseñas al uso. "Este es el producto sustitutivo contra el que más luchamos".