VALENCIA. Los precios del mercado inmobiliario valenciano y la conveniencia de reforzar la presencia en periodos concretos del año ha hecho que en el último año se haya producido un auge de las llamadas tiendas pop-up, locales efímeros de una marca o establecimiento en concreto situados en puntos estratégicos de la ciudad.
Aunque este tipo de arrendamientos se limitan a periodos muy cortos de tiempo, limitándose a algunas semanas en algunos casos, resulta mutuamente beneficioso para el arrendador y para el arrendatario: uno gana en proximidad con determinado perfil de cliente y el otro obtiene ingresos por un espacio desocupado.
En estas fechas son las jugueteras las que sondean el mercado para localizar los mejores emplazamientos para la campaña de Navidad. En su caso, planifican en julio y agosto para alquilar en el entorno de la calle Colón entre octubre o noviembre y la segunda quincena de enero.
"Se trata de abrir en puntos en los que no se está presente ni haya otro competidar para no canibalizar el mercado", señala Ignacio Gaspar, director general de la cadena Toy Planet. En el caso de Valencia, el pasado año optaron por la calle Conde Salvatierra, pero es cada distribuidor local el que elige el punto en su área geográfica.
TEMPORALIDAD EN SERIE
Abriéndolo a otros productos, la ciudad de Valencia cuenta con un espacio fijo para este formato en el Mercado de Tapinería, en el barrio del Carmen de Valencia. En su caso, reúnen las marcas por temáticas, programando pequeñas ferias en sus cuatro espacios reforzados con una sala multiusos para conferencias o actividades complementarias y una terraza bar.
Este servicios fue aprovechado por Ikea para hacer su presentación en Valencia, antes de abrir su centro de Alfafar, pero también ha acogido a marcas de puericultura, antigüedades, moda, diseño e interiorismo o gastronomía y street food.
EFECTO PROMOCIONAL
En otros casos, la fórmula de las pop-up también se aplica a un espacio concreto de un establecimiento ocupado. Habitualmente se aprovecha el escaparate o un punto a la vista para atraer a los compradores con un producto complementario o vinculado de forma cultural con la tienda de origen.
También entre las experiencias que se han realizado en Valencia destaca la organizada por el estudio de diseño CuldeSac en la calle Poeta Querol para la marca de cerveza Turia, del grupo Damm. El espacio permaneció abierto seis meses para realizar catas y maridajes, reforzando el conocimiento de la marca más que para la venta de producto estrictamente.
Desde el negocio inmobiliario se advierte que la fórmula de las pop-up se ha aplicado de forma muy modesta en España y es muy difícil hablar de un auge o analizarla como una alternativa asentada. En todo caso, la quietud del mercado inmobiliario ha animado a algunos propietarios que "atarse" durante unos meses, con la confianza de que estas acciones también permitan destacar el local a otros posibles arrendatarios más estables.
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