ALICANTE (EP). El juzgado de lo penal número 3 de Alicante ha absuelto al empresario Enrique Ortiz y a otras tres personas, Luis Perea, Miguel Carratalà y Vicente Ferrandiz -a éste último por prescripción- de un delito de tenencia ilícita de armas por el que el ministerio fiscal pedía un año y medio de prisión, informa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).
La causa se abrió después de que la Policía hallara un revólver en la sede de su empresa durante uno de los registros en el marco del 'caso Brugal' -caso en el que está imputado Ortiz-, en julio de 2010.
La sentencia considera como hechos probados que en el transcurso de la entrada y registro efectuada el día 6 de julio de 2010 en las dependencias de la mercantil Cívica se encontró en el interior de una caja fuerte un revolver de simple y doble acción, en buen estado de conservación, para cuya tenencia y uso se precisa tener una licencia tipo B, así como una guía de pertenencia, junto con unos cartuchos del calibre 38.
El revolver, prosigue la resolución judicial, fue colocado por uno de los acusados, Vicente Ferrandiz, quien no tenía licencia ni guía para el mismo en la caja fuerte en fecha indeterminada anterior al año 2003. No obstante, el juez también decide su absolución al haber prescrito el supuesto delito.
En el caso del resto de acusados, el archivo se debe a "falta de prueba de los hechos objeto de acusación", ya que "no ha quedado acreditado que tuvieran conocimiento de la existencia del mencionado revolver en la caja fuerte".
"ALUCINADO"
Durante el juicio, celebrado la semana pasada, Ortiz declaró ante el juez que estaba "alucinado" de que la Policía hubiera encontrado el arma.
Explicó, a preguntas del fiscal, que se enteró de la existencia del arma "cuando la policía registró la sede" de Cívica e indicó que "el 90% del tiempo está en la calle" por lo que "desconoce el uso que se da a las cajas fuertes". "Tengo mis propias cajas en mi casa", declaró.
Por su parte, Vicente Ferrandiz reconoció que el arma era "un regalo" de un tío suyo "ya fallecido". Además, apuntó que depositó el revólver, que carecía de documentación y de registro policial en regla, a principios de 2003 en la caja fuerte porque "era un lugar seguro". Ferrándiz, que ha sido socio del Real Club de Tiro Olímpico de Alicante, agregó que su intención era depositarla de manera "momentánea", pero que olvidó su existencia incluso cuando entregó en junio de 2008 las dos armas que usaba en el club de tiro olímpico.
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