VALENCIA. El Festival Internacional de Benicàssim está en crisis. Este jueves comienzan los conciertos de un certamen que cumple veinte años marcado por la incertidumbre. El futuro no es halagüeño y así lo sabe el director del festival, Melvin Benn, quien ha desembarcado en la Comunidad Valenciana para intentar que la maquinaria vuelva a funcionar engrasada.
Conoce bien el festival y es consciente de sus posibilidades pero tiene ante sí un reto complicado. El FIB creció desde la modestia, incluso desde el fracaso. A los hermanos Miguel y José Luis Morán, creadores del invento, les encantaba acordarse de como los escasos 8.000 espectadores que se acercaron al velódromo en su primera edición fueron insuficientes para cuadrar la caja. Y les gustaba recordarlo viendo el público que se congregaba delante del escenario verde en cualquiera de las actuaciones estelares de sus últimos años al frente de la nave, cuando rara vez se bajaba de los 20.000 espectadores.
1. VOLVER A SER EL FESTIVAL MÁS IMPORTANTE
El paso de Vince Power por Benicàssim ha sido un desastre. Estuvo a punto de hundir el festival. Tuvo que declararlo en concurso de acreedores. Fue incapaz de renovar la propuesta del FIB y, es más, hizo que perdiese su identidad como punto de encuentro de la escena independiente española, hasta el punto que le han robado protagonismo el Primavera Sound, el único festival nacional que se le podía comparar, y otros de menor nivel o presupuesto como el Arenal Sound, el BBK Live, el Low Festival.
Benn debe vencer la actual dispersión. El FIB es sólo un certamen más entre muchos que se celebran en España. Fue el primero que importó el modelo británico, el que mejor lo adaptó a la realidad española, y ha sido superado por todos sus imitadores. La gloriosa mediocridad del FIB es digna de un personaje del Billy Wilder más agrio.
Lo que es peor: Sus multitudes no se diferencian en mucho de las de festivales ramplones y vulgares como el Marenostrum Music Festival que se acaba de celebrar en Valencia. No en cuanto a gusto musical. La propia publicidad del festival habla de tres 'eses': Sea, sun and sound (Mar, sol y sonido). Sonido, así, en general, no es sinónimo de música.
2. MEJORAR LAS CIFRAS DE ASISTENCIA
Aunque parezca mentira, viendo las imágenes del público que se congregará ante el escenario Maravillas, Benicàssim hoy es una sombra de sí mismo. Las previsiones que se manejan para este año es que acudirán unas 30.000 personas por día. Se producirán grandes aglomeraciones. Se podrán exhibir fotografías de multitudes.
La realidad es que esa cantidad es un fracaso. Supone una reducción del 20% con respecto a las cifras de asistencia dadas por el propio FIB en 2013. Los 120.000 espectadores de los cuatro días de 2014 están a años de luz de los 200.000 espectadores de hace tan solo tres años. Con el actual ritmo de venta de entradas, el festival se verá obligado a reducir su cartel y la calidad de sus artistas en el futuro.
3. RECUPERAR AL PÚBLICO LOCAL, PESE AL IVA
Benn, astutamente, es consciente de que buena parte de la debacle del FIB radica en que se ha perdido al público local, sustento y pilar durante la primera década de existencia del festival. De ahí que haya lanzado una campaña de precios reducidos para valencianos o personas residentes en la Comunidad Valenciana. Es un camino a seguir pero no dará sus frutos en esta primera edición en la que él está al frente del festival. La idea es buena pero quizás ha llegado tarde.
Asimismo tiene que acostumbrarse a vivir con un IVA del 21%, que es uno de los más altos de Europa para industrias culturales. Las previsiones que se manejan es que antes de fin de año el Gobierno lo reducirá unos puntos. Un alivio al menos.
4. QUE VUELVA A GENERAR DINERO
El FIB es ahora, para muchos, un festival británico de segunda. Lejos quedan los años en los que los entonces pujantes Chemical Brothers decían que la capital de España eran "Benicasimmm" (con acento en la i final). En 2012 el 70% de los espectadores procedían de las islas. Sólo el 27% eran españoles. El festival se celebra en Benicàssim de casualidad. Podría trasladarse mañana mismo a cualquier otra parte de España. De hecho Power, en uno de sus arrebatos de genialidad, planteó hacer un festival gemelo en Sevilla.
Benn dice que quiere todo lo contrario. Y algunos de los que le han tratado, como el vicepresidente segundo de la Diputación de Castellón y coordinador de Turismo, Andrés Martínez Castellà, le creen. Para la corporación castellonense es importante que el festival siga siendo una máquina de ingresar dinero. En 2012 su impacto económico superó los 21 millones de euros. En 2013 bajó a 18. En 2014 puede que no pase de 15 millones. Son cifras de hace cinco años, de antes de que llegara Power. En Castellón están preocupados por la evolución del festival. En ese sentido, Benn puede estar tranquilo porque encontrará apoyo por parte de las diferentes administraciones.
5. RECUPERAR EL ESPÍRITU ORIGINAL
Cualquiera que haya pasado por el festival evocará grandes conciertos. Uno de los más espectaculares lo proporcionó Belle & Sebastian en el FIB de 2001. Por deseo expreso de la banda, los escoceses actuaron en el segundo escenario. Fue tal el éxito que al año siguiente se les invitó a actuar en el Escenario Verde, en el principal, como grandes estrellas. El concierto de 2002 se celebró ante más de 25.000 personas que vibraban y saltaban. Un periodista se acercó entonces a un ejecutivo de la multinacional del grupo y le señaló a los espectadores: "¿Ves? Ellos también son unas estrellas". El ejecutivo, con gran lucidez, replicó: "Están todos sus fans aquí. En España no hay más".
Si el FIB quiere seguir siendo importante, pasa por recuperar ese espíritu de cita musical que le hizo grande, pasa por volver a congregar a todos los fans del Belle & Sebastian de turno. Pasa por volver a tener conciertos como el de Primal Scream en 2000, o el de PJ Harvey en 2001. Pasa por volver a la música. Porque, a fin de cuentas, el FIB es un festival de música, y siendo un festival de música fue como se hizo famoso.
6. RECONDUCIR LA PROGRAMACIÓN
En este sentido, uno de los puntos clave para el certamen es reconducir su programación. Dentro de los disparates de los últimos años, el FIB ha llegado a incluir a los por otra parte muy simpáticos Munford & Sons, un grupo puro mainstream entre sus cabezas de cartel, la antítesis del espíritu original.
Los hermanos Morán, quienes atendían a sus gustos personales, sí, pero también estaban abiertos a la incorporación de sonidos o grupos que no les eran próximos, dieron con la clave: Un festival no es una mera acumulación de nombres de buenos músicos o famosos. En su caso su apuesta era siempre jugar con lo diferente, lo alternativo, con un plus de calidad. No bastaba con que el músico fuera talentoso; era también una actitud, una forma de ser.
7. SER REFERENCIA DE LA ESCENA NACIONAL
El FIB fue durante mucho tiempo el punto de encuentro de todos los aficionados a la música independiente de España. Hasta una película, A+ (amas), de Xavier Ribera Perpiñá, intentó retratar esa sensación de que el festival era un cruce de caminos. Ahora no. Ahora, como señala un promotor musical valenciano, "vamos algunos de Valencia y porque nos para cerca".
La clave de esta desvinculación reside en la despersonalización del festival, que ha soslayado por completo a la escena musical independiente española. Hubo un tiempo en que la proporción entre grupos nacionales y grupos extranjeros estaba en un 40% -60%. En los últimos años los pocos grupos españoles que han sido invitados han llegado por los motivos más peregrinos e incluso se llegó a dislates como incluir a Julieta Venegas.
Los grupos españoles tienen que volver al Escenario Verde. El FIB era la fiesta de la música independiente española con algunos guiños a Francia (Dominique A, Michel Houellebecq). Ahora es un refrito de no se sabe qué, que parece construido con los retales de lo que han desechado otros.
8. SEGUIR BUSCANDO NOVEDADES Y EL RELEVO GENERACIONAL
En una edición como la del 20 aniversario no hay ninguna novedad especialmente destacable. No hace ni una década, este mismo festival daba la oportunidad a los escoceses Mogwai de ocupar el escenario principal.
Este inmovilismo, que ha hecho que se haya preferido apostar por grupos consolidados, le ha ido distanciando de las nuevas generaciones de aficionados que ven al FIB como algo de cuarentones y británicos. Y los primeros, por una cuestión generacional, están criando a sus familias. Urge un relevo demográfico de la audiencia. Además de manera perentoria. Y eso pasa por nuevos grupos. Hay que pescar en nuevos caladeros.
9. NO PERDER A (UNOS POCOS) GRUPOS FETICHES
A ello hay que unir la pérdida de algunos grupos de referencia del propio festival, señas de identidad, grupos fetiche que, como han sido los casos de Damon Albarn y Placebo, han optado este año por otros certámenes (Sos Festival el primero, Arenal Sound los segundos) que fueron más hábiles.
Este equilibrio entre grupos fetiche, unos pocos, sólo los realmente importantes, y no caer en la reiteración fue otro de los aciertos de los hermanos Morán, algo que ni Vince Power ni su equipo británico han conseguido reeditar. La fórmula Morán era muy sencilla: Por cada grupo fetiche que se recuperaba (otra vez Placebo, otra vez Primal Scream), se intentaba incluir uno nuevo (con conciertos míticos como Radiohead). Esa proporción no se contempla ahora ni de lejos. Y es más, repiten los que menos interesan.
10. RECUPERAR PATROCINIOS
A finales de agosto de 2009 se hizo público que el Festival de Benicàssim y la cervecera holandesa Heineken rompían un vínculo de diez años. Durante esa década el dinero y el apoyo publicitario que le había ofrecido la marca de cervezas al festival había contribuido a popularizar su imagen. Movido por la arrogancia de los números, el equipo de Power no le dio importancia. A fin de cuentas sólo eran 700.000 euros de un presupuesto de decenas de millones.
La realidad era, como siempre, otra. El dinero de Heineken le permitía al festival acudir en septiembre a Londres y conseguir los mejores grupos. Asimismo, las campañas de publicidad de Heineken valían millones. El FIB, en ese sentido, ha empeorado sensiblemente.
Hoy entre sus patrocinadores la web del FIB cita a Heineken, pero también a la extinta RTVV y a la desaparecida Ràdio 9. Un ejemplo más de la desorientación en la que se encuentra sumido un festival que, pese a lo que se pretenda vender por parte del siempre optimista Benn, está muy lejos de ser lo que fue. Levantarlo costó quince años. Hundirlo, sólo cuatro. Queda saber cuántos costará recuperarlo.
Sorry , it's more easy for me to speak in English. I'm French journalist and i went in FIB during 7 years , from 2007 to 2013. For the first year i am not in FIB. Let me explain why ... From our French point of view , FIB WAS the best european festival. The line up were a perfect mix between great pop rock band , and the best of underground electronic music (elen alien , carl craig...) FIB was a great rock event , and then later in the night a great rave. The mix of these 2 atmosphere wasn't exist in france. Most important , THE QUALITY of the lineup was great in rock and techno. Of course , the sea , the sun ,the mediteraneam atmosphere where also part of our choice to go to FIB. BUT , since 3 year , since that guy (Vince power) , the quality of the music is really low... so how is it possible that commercial music like david guetta or Madeon , Fake blood is booked in FIB ... ??? So the line up like Katy B or all these commercial bullshit are not interesting at all for music lovers. Last year i came for the last time ... because of the sun and the sea , not for that poor quality line up... and now , 2014 , i'll go in croatian events... because they also have sun and sea , a great atmosphere... and QUALITY music !! So adios FIB , you was my favorite event , and i hope to come back again one day... but you'll never see me again if you don't bring back great dj's , great bands... Indy music disapeared fro FIB ... me and my friends too !!
Me parece un análisis muy certero sobre la decadencia de un festival en el que, a lo largo de bastantes años, he disfrutado mucho. Fue precisamente esa 'clientela renovada' que alguien menciona más arriba la que me hizo renunciar al FIB. Al principio había comunidad, interés por la música. El último año que fui, rodeado de guiriis hasta las cejas a los que les importaba un pimiento quien actuara, me di cuenta de que ese ya no era mi festival. Es sol, playa y ruido de fondo para los turistas. Y con todo el respeto para Mumford & Sons (y para Julieta Venegas), yo prefiero el FIB de los Chemical Brothers, el de Primal Scream, el de Stereo Mcs o Saint Etienne.
Perot, el FIB ha caído en picado. Solo tienes que ver el impacto que tenía en los medios hace 10 años y el de ahora.
bastante tendencioso. de hecho, contradictorio a veces 1) el concurso no lo provoca el FIB, sino otros dos festivales de Power que se la pegan en las islas y lo arrastran 2) estas cifras son un fracaso en 2014, pero no lo eran en 2006, cuando eran las mismas, antes de la crisis. (?) cuando había 50.000 por día nos quejábamos de la masificación 3) los descuentos a residentes no son nuevos de este año. otra cosa es que muchos residentes pasen de la música y la fiesta se la puedan pegar igual en el Arenal o entre sitio, por menos dinero 4) si el festival se celebrara en Benicàssim de casualidad ya se hubiera ido. No es así, a ver si pensáis que la infraestructura que tiene montada, después de 20 años, se crea de un día para otro en cualquier parte. Ni el valor de la marca. De hecho, el FIB ha atraído a otros festivales a benicàssim (Rototom, el último) 5) ay, el "espíritu" 6) precisamente lo que pasó con Mumford & Sons fue lo mismo que con Belle & Sebastian. actuaron en un escenario secundario y lo pegaron (revisad crónicas, ya que imagino que no estuvisteis). al año siguiente pasaron al Verde 7) A+ era una mierda. el festival siempre tuvo vocación Internacional. Ya en el 95 TODOS los cabezas de cartel eran extranjeros. De vez en cuando se cuela un español. Este años los Triángulo tocan en el Maravillas, y no es la primera vez. De hcho, la selección nacional pasa desapercibida y este año es muy interesante. Muy "indie", muy espíritu que decíais antes. Sin Vetustas Morlas, Love of Lesbians y demás... 8) esta es buena. si por algo se caracteriza el FIB es por renovar a su clientela. El público es joven. Mucho. falta de novedades? muy opinable y discutible. Conocéis Wolf Alice, por ejemplo, o Blank Realm ?? el año pasado vino Chvrches, antes de sacar disco, y este fueron en plan estrellas al Primavera. o los propios Tame Impala, que este año vuelven, después de hace 3-4 que no los conocía aquí nadie 9) ni pies ni cabeza 10) pues como todas las empresas de España
Amén. Los que hemos crecido con el FIB y llevamos unos 15 FIB´s a las espaldas, ya incluso con hijos, nos duele en el alma ver en lo que se ha convertido en los últimos años. El Primavera trataba de alcanzar al FIB y ahora lo ha pasado a la velocidad de la luz. No sé si volveremos a ver un FIB mítico como el de 2002 o como el de 2006 o simplemente es que times are changing y nosotros, los que nos dejábamos la pasta del verano en una semana de agosto al principio y luego de agosto, también estamos cambiando.
Te has olvidado de la carpa techno. La mítica carpa techno de las primeras ediciones, en las que no hacía falta ni pasarse por el escenario principal...
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