VALENCIA. El próximo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no dejó pasar ni 24 horas para encontrarse en Ferraz con su principal valedora en la consulta a la militancia celebrada este domingo, la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz. La clara victoria cosechada por el diputado madrileño sobre Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias se ha cimentado en la absoluta superioridad lograda en Andalucía: uno de cada tres votos conseguidos por Sánchez en este proceso nacional ha salido de esta tierra.
Llega ahora el momento de preparar la nueva Ejecutiva que acompañará al secretario general que, junto a la ratificación del propio líder, deberá aprobarse en el congreso extraordinario que tendrá lugar el fin de semana del 26 de julio. Un proceso de diálogo ya abierto que se prolongará a lo largo de casi dos semanas y en el que federaciones como la andaluza y la valenciana tendrán mucho que decir. De hecho, el propio Ximo Puig subrayó ayer que Pedro Sánchez es "sensible" a los problemas de la Comunitat y lo demostrará "en la confección de la nueva dirección".
No obstante, hay otra cuestión que preocupa a las ejecutivas más potentes del partido, especialmente a las dos citadas y a otras como la madrileña. El calendario programado en su día señalaba que las elecciones primarias para el designar al candidato a la Presidencia del Gobierno tendrían lugar en noviembre. Una fecha que, a juicio de diversas fuentes socialistas valencianos, "carece ahora de sentido", pese a que el nuevo secretario general del PSOE -y este es uno de los problemas- se comprometió a celebrarlas en esa fecha.
El PSOE-A, tras la exhibición realizada en la victoria de Sánchez, no quiere enfrascarse de nuevo en un proceso de estas características. Más aún cuando su líder, Susana Díaz, ha sido señalada como el valor de futuro más potente del socialismo español. Igual que desechó la opción de presentarse al proceso celebrado este domingo, la cita de las primarias abiertas en noviembre no seduce para nada a la conocida como 'máxima accionista' del PSOE.
PEDRO SÁNCHEZ, EN PERÍODO DE OBSERVACIÓN
Fuentes del partido consultadas por este diario subrayan que a partir de ahora se inicia un "período de observación" sobre el nuevo líder socialista, Pedro Sánchez. "Cuatro meses es muy poco tiempo para decidir si el candidato debe ser el secretario general actual y, de la misma manera, tampoco le conviene a Díaz porque todavía no se ha descartado como posible candidata para la Presidencia del Gobierno", comenta un veterano dirigente del PSPV.
Tampoco agrada a la cúpula de los socialistas valencianos un proceso de esas características en noviembre. El PSPV-PSOE fue el primero en abrir el melón de las primarias en marzo con un procedimiento abierto en el que Ximo Puig venció a Toni Gaspar convirtiéndose oficialmente en el próximo candidato a la Generalitat. Dos meses después, los socialistas volvieron a movilizarse de cara a la campaña de las europeas y, casi a renglón seguido, han vuelto a recurrir a la militancia para este proceso de elección del secretario general del PSOE. Demasiados compromisos seguidos para los afiliados y para la dirección del partido que, además, tendrá todavía una movilización pendiente después del verano en lo que se refiere a las primarias en municipios, que en teoría deben celebrarse entre septiembre y octubre.
Con este escenario, en Blanquerías, aunque favorables desde el primer momento a las primarias abiertas, rechazan ahora que se mantenga el calendario inicialmente previsto de celebrar el proceso en noviembre. El panorama, según defienden las fuentes socialistas consultadas, ha cambiado radicalmente y al PSPV, con las elecciones autonómicas y locales a la vuelta de la esquina (mayo de 2015), le conviene reservar a la militancia para la campaña del próximo año. Más áun si finalmente hay primarias locales de por medio.
¿PRIMARIAS DESPUÉS DE LAS AUTONÓMICAS DE 2015?
En esta línea, según las citadas fuentes, los socialistas andaluces y valencianos coinciden en el interés de retrasar las primarias a la Presidencia del Gobierno a después de las elecciones locales y autonómicas. Una manera de comprobar la evolución de Sánchez, dar un margen a Susana Díaz para asentarse en Andalucía e, incluso, afrontar el procedimiento con quizá alguna dosis de optimismo si el PSPV ha logrado su objetivo de gobernar en la Comunitat Valenciana.
El problema, sin embargo, y al margen de que otros dirigentes y federaciones puedan tener otros criterios, es fundamentalmente de imagen. Durante el debate celebrado en campaña electoral, Pedro Sánchez, presionado por Madina, aseguró que se respetaría el calendario y habría primarias en el mes de noviembre. Una afirmación que, ahora, resulta altamente incómoda para sus principales aliados y, por consiguiente, para él mismo. Desde que ayer venciera en la consulta a la militancia, Sánchez ha evitado concretar nada, apuntando que la decisión se tomará "entre todos", en lo que parece una manera de empezar a recular camino de complacer a los que le han aupado al liderazgo socialista.
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