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VALENCIA. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se decidió este martes a levantar el teléfono y llamar al ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, para pedirle una reunión en la que plantearle de manera formal el grave problema de infrafinanciación que padece la Comunitat Valenciana. 

Pese a que el problema financiero de la Generalitat se arrastra desde hace años y el Consell insiste en el mensaje de que es necesario cambiar el sistema, la reacción de Fabra de llamar a Montoro para pedirle directamente un encuentro bilateral llega después de que los principales representantes empresariales de la Comunitat Valenciana le puentearan este pasado lunes para dirigirse directamente al ministro de Hacienda y a la de Fomento, Motoro y Ana Pastor respectivamente, para exigir que las inversiones en infraestructuras dejen de discriminar a la Comunitat Valenciana.

El plante patronal tuvo como consecuencia directa que Fabra llamase al Palau este martes no solo a los firmantes de la declaración del lunes (y de la carta a los ministros) sino también a otros representantes de organizaciones empresariales para aprovechar el impulso.

Tras dos horas de reunión, la consellera portavoz, María José Català, compareció con el presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González. Fue este último el que adelantó que el presidente de la Generalitat les había anunciado que había llamado este mismo martes al ministro Montoro para pedirle una reunión con el Consell y los empresarios y que este había aceptado.

REUNIÓN SIN FECHA Y SIN SITIO

La llamada de Fabra a Montoro, sin embargo, está aún llena de incertidumbre. Pese a que Català aseguró que el ministro dijo que sí a reunirse con el Gobierno valenciano y con una representación empresarial para afrontar tanto la financiación como la falta de inversiones, lo cierto es que aún no hay fecha ni lugar para el encuentro.

"Tiene que ser en Valencia", dijo el presidente de Cierval, que aseguró que el ministro no ha venido a la Comunitat Valenciana nunca -en su nueva etapa con Mariano Rajoy de presidente- en calidad de responsable de Hacienda (sí ha acudido a actos de partido). La consellera portavoz fue más prudente. "Hay que mirar la agenda del ministro, pero confiamos en que sea durante el mes de julio", dijo. 

"TENDRÍAMOS QUE RECIBIRLE CON UNA PITADA" 

La reunión, que deberá concretarse, no tiene de momento un orden del día claro y, según Català, deberá abordar la principal preocupación del Consell, la financiación, y la planteada por los empresarios sobre las infraestructuras. Los dos puntos de conflicto de la Comunitat Valenciana con el Estado no se sostienen, a juicio de Català y de González, con los datos económicos en la mano.

"Se trata de una decisión política solucionarlo. Y si no lo hacen es porque no quieren", insistió el presidente de Cierval que reconoció que si juzgaran a Montoro por los datos de los últimos dos años, lo recibirían "con una pitada inmensa". "Pero lo trataremos bien, con amabilidad pero con contudencia en el mensaje", señaló el presidente de los empresarios. 

"GALICIA NO REFORMÓ EL ESTATUTO Y RECIBE MÁS DINERO" 

Fue el propio González el que se mostró más escéptico con la efectividad de la reforma de L'Estatut que se aprobó en Les Corts pero que el PP no quiere ahora tramitar en el Congreso en Madrid. En esa modificación se incluía la obligación del Estado de hacer inversiones equivalentes al peso en el PIB de la Comunitat Valenciana cada año. 

Aunque primero advirtió a los diputados valencianos en el Congreso de su responsabilidad y obligación de recordar que "están allí porque les han votado desde aquí", González aseguró que Galicia recibe más inversiones que la Comunitat Valenciana sin reformar su estatuto. "Es una cuestión de voluntad política".

La posición beligerante de los empresarios con las infraestructuras ha sido, por tanto, el punto sobre el que Fabra ha decidido apoyarse para intentar que le hagan caso en Madrid. Su intención de endurecer su postura ha chocado con una Generalitat debilitada y un PPCV en caída electoral y sin enganche en Génova.

Aprovechar el rebufo de los patronos -un lobby positivo, como dijo tanto Català como González- para tener el valor de llamar por teléfono a Montoro para pedirle una reunión es uno de los pasos de Fabra para intentar romper la indiferencia. Otra cosa será lo que diga el ministro en esa reunión y si una negativa suya a aceptar las reivindicaciones tendrá alguna consecuencia.