VALENCIA. La Generalitat ya tiene un culpable por la guerra abierta con Ikea por la libertad de horarios comerciales en Alfafar: el "conflicto" se ha generado por culpa de "la mala gestión del ayuntamiento". Así lo ha asegurado el conseller de Economía, Máximo Buch, marcando definitivamente la posición de su departamento.
Después de meses de tensión en los que la Generalitat había alabado públicamente el desembarco de la multinacional sueca e intentaba ponerse de perfil en los rifirrafes entre el centro y el consistorio que preside el popular Juan Ramón Adsuara, ha llegado la hora de la verdad y tomar partido.
A pesar de que el consistorio retiró el 15 de mayo la solicitud para declarar Alfafar Zona de Relevancia Turística para el sector del mueble, lo que le permitiría abrir en festivo, esto no ha paralizado el proceso, ya que Ikea permanece personada, obligando a que la solicitud sigua su curso.
DOS MESES PARA DECIDIR
En su nueva vocación opositora, el consistorio ha demandado a Economía que se prorrogue una semana el plazo para la presentación de alegaciones a la declaración (que expiraba este viernes), con lo que la respuesta podría llegar en el margen de dos meses a contar desde el 4 de julio. En el mismo momento en que se hiciera público un visto bueno, la compañía ya ha anunciado que la aprovecharía, para lo que dispone de un refuerzo de 40 trabajadores disponibles de forma inmediata.
Las posibilidades de que la compañía se imponga al consistorio se dan casi por seguras, entre otras cosas por cuestiones técnicas, ya que toda la extensa documentación presentada por el Ayuntamiento en su día es favorables a esta medida. Además de por la condición estratégica para el Consell de al implantación de Ikea, que en el caso de Alicante ha side declarada Actuación Territorial Estratégica (ATE).
El alcalde del municipio respalda ahora su negativa en la "escasa" contratación de vecinos del municipio en el complejo (en opinión del primer edil) y la oposición del pequeño comercio local a la libertad de horarios. Sin embargo, el conseller Buch ha recordado públicamente que esta situación la conocía el alcalde "desde hace casi un año".
De hecho, en agosto de 2013 el consistorio realizó una encuesta a los comerciantes de Alfafar y "el cien por cien estaba en contra", en palabras del conseller, y "ha tenido diez meses para pensárselo".
ALBORAIA Y ALFAFAR: DISTINTOS ESCENARIOS
Sin embargo, desde la Generalitat se advierte que el de Ikea no es el mismo caso que el del centro de la cadena Alcampo en Alboraya, un centro que obtuvo la pasada semana la autorización para abrir en festivos con la oposición del consistorio, cuya Alcaldía ocupan los socialistas. Y es que, a diferencia de Alfafar, Alboraya ya es considerada como zona turística.
A diferencia de los años anteriores, para este verano el consistorio no había demandado el permiso especial de apertura en verano, pero sí el centro comercial, con lo que la conselleria le ha dado el visto bueno. Aunque desde el ayuntamiento se ha criticado la concesión, fuentes de la Generalitat advierten que en su momento tampoco se opuso en el periodo de alegaciones, como podía haber hecho.
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